Fuentes de la Casa Blanca anunciaron que esta semana desarrollarían una ofensiva diplomática de cara a los países árabes. Esa ofensiva se ha traducido ya en compromisos concretos con los dos países que han sido el objetivo de la Administración Bush. El primer encuentro fue con el rey de Marruecos, quien, no se sabe a qué precio aunque es seguro que lo habrá, arrancó de EEUU un claro posicionamiento a su favor en el contencioso que le enfrenta al pueblo saharaui.

En el segundo encuentro, la Administración Bush consiguió arrancar a Arabia Saudí la promesa de que no utilizarán el petróleo como arma de presión en su contra. En los últimos meses se viene alertando desde muy diversos medios de los preparativos que Estados Unidos estaría realizando para atacar militarmente Irak. Preparar esta ofensiva en el mundo árabe era, además, el objetivo de la gira que el vicepresidente Cheney realizó a la zona, que en gran medida se vio frustrada por la ofensiva de Sharon en los territorios palestinos. Ahora, sin embargo, recupera su objetivo de conseguir aliados en una zona en la que parece que tiene muchas cosas por hacer, no sólo en Irak, sino en Israel... Para desgracia de palestinos y saharauis, por encima de la ONU y sus resoluciones nunca cumplidas, está el poderío político y económico de EEUU, dispuesto, cómo no, a alargar y endurecer cualquier conflicto que le pueda resultar rentable.

Gara/La Haine