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Militares ganan protagonismo en conflicto social
boliviano
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La Paz, 8 de Enero (PL).- Un insólito
y sorpresivo protagonismo mantienen hoy las fuerzas armadas bolivianas,
en el contexto de una conflictiva situación social en la que
son convocados para fines contrapuestos por el Gobierno y la oposición.
Por una parte, el Ejecutivo ratificó su disposición a
echar mano de los uniformados contra un bloqueo de carreteras anunciado
para comenzar el lunes próximo por los cultivadores de coca de
la región central.
El líder de esos labriegos y del Movimiento al Socialismo (MAS),
Evo Morales, intentó a su vez reunirse con la cúpula castrense
para pedirle, según dijo, que se abstenga de reprimir la anunciada
protesta y en cambio se sume a las demandas populares contra el ALCA
y contra un proyecto de exportar gas por las costas de Chile.
Según el dirigente opositor, tenía pactada una cita con
el jefe del Ejército, general Juan Veliz, pero este fue obligado
a cancelarla por el Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, a quien
acusó por ello de conducta autoritaria y prepotente, que según
dijo propicia el enfrentamiento social.
Véliz, en breves declaraciones a la televisión local,
negó haber concertado el encuentro, mientras el ministro de Defensa,
Freddy Teodovic, consultado al respecto, señaló que no
habrá tal reunión y dijo que las Fuerzas Armadas no deliberan
por mandato constitucional y responden a la autoridad del Jefe de Estado.
Morales declaró que quiere exponer a Véliz y los miembros
del alto mando militar, los motivos de la protesta a iniciarse el lunes
y la necesidad de que los uniformados respalden las demandas populares
y nacionales que según afirmó enarbolan los cocaleros
y las organizaciones que los apoyan.
Aseveró además que si la cúpula de las Fuerzas
Armadas no asume esa posición, lo harán los militares
de bajo rango, de quienes aseguró haber recibido expresiones
de apoyo.
De otro lado, el ministro Teodovic informó haberse reunido con
los altos mandos castrenses y su colega de Gobierno (Interior), Alberto
Gasser, y atacó el bloqueo vial a iniciarse el lunes y dijo que
si los cocaleros le declaran la guerra al Ejecutivo, se la declaran
al pueblo.
Tras sostener que el cierre de caminos es ilegal, adelantó que
la Policía y el Ejército reprimirán la medida por
ser esta ilegal y sostuvo que la protesta pretende establecer el libre
cultivo de hoja de coca, cuya erradicación rechazan los cocaleros,
con el argumento de que la cultivan con fines lícitos de subsistencia.
El Gobierno plantea por su parte un estudio sobre la demanda de coca
con fines legales, para establecer la extensión permisible de
cocales y posteriormente analizar la posible interrupción de
la erradicación, pausa que los campesinos dicen debe establecerse
mientras se realiza la evaluación.
Otro impasse está referido a la posibilidad de un diálogo
de distensión, pues Morales demanda que sea global, sobre todas
las demandas sociales, y el Ejecutivo quiere mantener conversaciones
con cada sector sobre su problema específico.
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