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Argentina: Motos "conscientes" al servicio
de la protesta social
x Sergio Ferrari
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Destacados actores de las movilizaciones
sociales del 19 y 20 de diciembre en la Plaza de Mayo de Buenos Aires frente
a la gubernamental *Casa Rosada*, los « motoqueros » se han
convertido desde entonces en un símbolo novedoso de la revuelta popular
argentina.
Mensajeros con motos, trabajadores en empresas o como independientes,
en su mayoría jóvenes en la veintena con pinta de rockeros,
cabellos largos y ropas a la moda -aunque rasgadas por el impacto de la
crisis- los motoqueros pusieron sus medios y su experiencia callejera
ciudadana a disposición de la protesta.
Informando a los grupos que habían habían ganado las calles
sobre donde estaban las barreras de contención policial; pasando
comunicaciones entre unos y otros de los contingentes movilizados espontáneamente,
dispersos en la gran metrópoli; trasladando heridos o buscando
ambulancias...Y , en algunos casos, incluso, cargando contra las mismas
fuerzas policiales para romper cordones de uniformados y permitir a la
gente entrar o salir de la Plaza desbordando los numerosos y violentos
cercos represivos.
« Somos parte de un pueblo movilizado y así nos sentimos.
No hay otra posibilidad en esta situación tan compleja y crítica
», sentencia Diego - quien como es la usanza de los motoqueros obvia
su apellido para protegerse de las posibles represalias. De apenas 23
años, vecino de Florencio Varela, zona sur de Buenos Aires, casado
y a la espera de su primer hijo, Diego, brinda con simpleza y autenticidad
una radiografía elocuente del presente-futuro argentino.
P: Aparecieron en las movilizaciones del 19 y 20 de diciembre pasado
como una fuerza organizada, dinámica, combativa...Medios nacionales
e internacionales han hecho referencia a ustedes como un « novedoso
fenómeno » de la protesta social. ¿ Quiénes
son realmente los motoqueros?
R: Los motoqueros constituímos ya desde hace dos años el
Sindicato independiente de mensajeros y cadetes -ayudantes de empresas,
bancos y comercios-. Lo que nos diferencia de otras organizaciones sindicales
es que funcionamos permanentemente con métodos asamblearios, horizontales
y consultativos. Y tratamos siempre de estar en las calles luchando en
defensa de las reivindicaciones de los trabajadores motoqueros y participando
de todas las luchas ciudadanas. La mayoría de nosotros trabajamos
en relación de dependencia pero en negro. Eso implica que nuestras
condiciones de trabajo son muy duras: los agencieros nos sacan un 40 %
de las ganancias, nos descuentan las ropas de trabajo, el teléfono
móvil que es un instrumento básico, el agua que consumimos...
Esos agencieros no hacen más que superexplotarnos y tragarnos nuestras
ganancias. Hay también una minoría de motoqueros que son
independientes.
P: ¿ El nombre motoquero viene de antes o surge a partir de esas
movilizaciones?
R: Viene de hace mucho. Es el nombre corriente con el cual la gente,
nuestros clientes, nos denominan. Motoqueros es sinónimo de muchachos
con motos que hacemos viajes, trasladamos paquetes y correspondencia...Hay
también los otros, los chicos que están en clubes de motos,
hacen paseos, se reúnen sin mucho interés social. Nosotros
somos motoqueros y trabajadores .
P: ¿ Cómo interpreta la movilización popular del
19 y 20 de diciembre, en la que ustedes participaron tan activamente y
que provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa
, con el costo de casi 40 manifestantes muertos, centenas de heridos y
miles de detenidos?
R: Lo que pasó esos días fue la consecuencia de la política
de De la Rúa y de su ministro de economía Domingo Cavallo,
quienes defendían disciplinadamente al Banco Mundial, al Fondo
Monetario Internacional, aplicando sus recetas. La gente, harta de toda
esa política , ganó las calles en una verdadera rebelión
popular.
Nuestra participación en esos sucesos fue como sindicato. Pero
también muchos de nosotros lo hicimos en tanto que activistas sociales,
junto con la gente embravecida, con los militantes de fuerzas sociales
, de partidos progresistas... junto con todos los que quieren una Argentina
mejor.
P: ¿ Cuántos afiliados tiene el sindicato?
R: Hay que aclarar que todavía no hemos recibido la personería
legal. Pero somos varias decenas de militantes sindicales que trabajamos
intensamente con los otros cadetes y mensajeros no activos, tratamos de
organizarlos. Y les proponemos acciones concretas. En algunas movilizaciones
hemos convocado a más de 4 mil motoqueros. Sentimos una cierta
contradicción: por una parte representamos de hecho a miles de
compañeros. Por otra parte, al no tener la personalidad jurídica,
nuestro empeño sindical se hace muy duro y no es nada simple.
P: ¿ El 19 y el 20 de diciembre ustedes tenían una estrategia
preelaborada en tanto motoqueros o se fueron sumando a la movilización
individualmente?
R: Si bien la gente salió de forma espontánea, es vidente
que los militantes activos, los compañeros piqueteros que cortan
las rutas, los activistas sindicales y sociales se saben manejar perfectamente
en esas situaciones límites. Y tienen una gran experiencia en las
calles. Así pudimos, rápidamente, armar algo sobre la marcha,
para expresar nuestra protesta y resistir las cargas violentas de la policía.
P: ¿ Cuál fue el rol concreto de los motoqueros en esa
revuelta?
R: Posibilitamos el avance hacia la Plaza de los grupos que se movilizaban.
Además, dado que nuestro medio de movilidad es más rápido
que el caminar humano y dado que conocemos las calles del centro y que
estamos acostumbrados a un tráfico muy denso, pudimos avisar a
los diferentes grupos donde estaba la policía. También señalamos
por donde se podía o no avanzar e incluso, en algunos momentos,
todos los motoqueros juntos cargamos contra un cordón policial
facilitando que la gente, rodeada, pudiera pasar o salir. Nuestro objetivo
era evitar al máximo el impacto de la represión... De parte
de los motoqueros tuvimos dos muertos. Eso nos indica que debemos avanzar
todavía mucho más en la organización, en la coordinación
activa entre motoqueros, piqueteros y activistas de sindicatos en lucha,
es decir entre todos los trabajadores, para asegurar que nuestras demandas
se transformen en victorias totales.
P: ¿ Estaba cerca de sus dos colegas caídos?...¿
Se recuerda de algún hecho especial en esas horas tan intensas?
R: Yo no estaba cerca. Todos , en ese momento, andábamos desperdigados
circulando de un lado a otro. Lo que más recuerdo es la bronca
de la gente que a pesar de las balas de goma o de plomo, de los gases,
de los bastonazos y de los caballos, seguía para adelante. Se sentía
la conciencia común contra un gobierno que , como sabemos, nos
heredó 5 millones de desocupados, superexplotación y hambre.
Los manifestantes estaban muy embravecidos. Para los que luchamos desde
hace mucho, era un día muy duro y muy hermoso al mismo tiempo.
El mensaje fue claro: ¡con la gente no se jode!
P: ¿ Cuál es su evaluación sobre los cursos probables
de acción futura? ¿ Hacia dónde va toda esta movilización
social continua que atraviesa lo largo y ancho desde diciembre?...¿
No piensa que se corre el riesgo que toda esta movilización social
se decante, pierda en intensidad y retroceda a mediano plazo?
R: El movimiento de las cacerolas, al que se le llama « cacerolazo
», está promovido por la clase media, que sale a manifestarse
hoy porque fue duramente tocada en sus ahorros, por la ley del corralito
que le impide a los ahorrantes retirar sus haberes de los bancos. Así,
con las cacerolas en mano, repudian a los bancos, al gobierno, a las medidas
restrictivas.
Para los trabajadores , sean ocupados o desempleados, se plantea otro
objetivo todavía más importante: es la propia sobrevivencia.
Se va tomando conciencia que la Argentina con este modelo económico
no tiene ni ofrece salida. Que al margen del tema de los ahorros, para
la gran mayoría el objetivo es movilizarse con el fin de lograr
el bienestar mínimo.
En cuanto al futuro: sin duda hay el riesgo de un cierto decaimiento,
de subidas y bajadas como es natural en toda lucha. Pero en la medida
en que se sigan aplicando estas medidas económicas tan restrictivas
e impopulares, mientras se siga produciendo la fuga masiva de capitales
y vaciando el país; mientras nos continúen golpeando el
hambre y la desocupación... la posibilidad mayor es que la revuelta
crezca.
Como trabajadores debemos ser muy conscientes en este momento, aprovechar
las condiciones positivas que se dan y tratar de asegurar un rumbo político
diferente para la Argentina. Un proceso que beneficie a los trabajadores.
Es inaudito pensar que en este país un 90 % son explotados y un
escaso 10 % de la población, solamente, los que administran y lucran.
Esta situación nos da fuerza. Nosotros sin ellos podemos hacer
todo. Ellos, esa minoría, sin nosotros no pueden hacer nada, porque
nosotros somos los que producimos: hacemos las cosas, construimos los
edificios, plantamos y cultivamos para la exportación, motorizamos
la economía nacional.
El agravamiento de la crisis del sistema hace que un importante sector
de la clase media hoy se quede afuera de ese sistema y sea excluído...Y
eso hace que se pongan de nuestro lado.
P: ¿ Esta participación activa de la clase media, que parece
ser muy puntual y muy reivindicativa detrás de sus ahorros bloqueados,
no le da una cierta desconfianza?
R: No, no me da desconfianza. He participado de cortes rutas. Estuve,
en algunas luchas, más de diez días con los piqueteros.
Mi esposa incluso es una delegada de ese movimiento de trabajadores desempleados.
Y he visto que, por ejemplo, el año pasado, mucha gente de la clase
media se quejaba cuando nosotros cortábamos las carreteras, porque
no podían circular libremente con sus autos. Hoy, las cacerolas
se alían a los piqueteros. La clase media sigue a los trabajadores.
Y esto es así. Es una realidad. Una consecuencia de este sistema
de exclusión que cada vez deja más gente afuera y la empuja
a la lucha.
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