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Israel pone múltiples e inaceptables condiciones
a la excarcelación de presos palestinos
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Excluye a las milicias islámicas y marxistas y
aprueba una cláusula de reserva
Ariel Sharon presentó a su Gabinete una lista, previamente filtrada
por el servicio secreto, con 350 prisioneros políticos excarcelables
de un total de 6 500. La lista excluye a «implicados en delitos
de sangre» y a militantes de Hamas, Yihad Islámica y del
izquierdista FPLP. Ni aun así logró Sharon el aval de
sus ministros y tuvo que incluir una cláusula que exige «luchar
contra el terrorismo» a la ANP, que ha advertido del riesgo de
ruptura de la tregua armada.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, incluyó nuevas
y draconianas condiciones a su propuesta, ya de por sí restrictiva,
para la liberación de prisioneros políticos palestinos.
Y lo hizo para superar una reñida votación en su Gabinete.
Sharon presentó a sus ministros una lista de prisioneros tamizada
y presentada por el jefe del Shin Bet (servicio secreto interior), Avi
Dichter.
La lista excluye a los implicados en muertes de israelíes y
a los militantes de las organizaciones islámicas Hamas y S, Yihad
Islámica y a los del marxista Frente Popular para la Liberación
de Palestina (FPLP), sin olvidar a los, según criterios del jefe
del Shin Bet, Avi Dichter, «peligrosos» o que «puedan
reincidir en actos violentos».
Así las cosas, la lista incluye a 350 de un total de 6.500 prisioneros
políticos. Parca cifra desde la perspectiva del propio Gobierno
israelí, que reconoce que 2.500 de ellos no han cometido «delitos
de sangre», es decir, no están implicados en ataques contra
objetivos israelíes en los territorios ocupados o en las fronteras
de Israel.
A la luz de esto adquiere especial relieve la estrategia israelí
de redadas indiscriminadas de varones palestinos en los últimos
meses.
A ellos hay que añadir los 933 que permanecen prisioneros sin
cargos, sin juicio y sin asistencia letrada alguna.
Aún así, la votación en el Gabinete de la propuesta
registró un empate. El ministro israelí de Justicia, Tommy
Lapid, logró convencer a tres ministros para que cambiaran su
voto y para ello, según la radio israelí, se introdujo
un cambio de último minuto: una cláusula en la que se
establece que la liberación dependerá de «la lucha
de la ANP contra el terrorismo».
Más aún, el asesor jurídico del Gobierno, Elyakim
Rubinstein, pidió un plazo de 48 horas para permitir a las familias
de las víctimas israelíes que recurran al Tribunal Supremo
contra la liberación de los presos.
Ismael Haniye, portavoz de Hamas, insistió en que «exigimos
la liberación de todos los detenidos y no estamos dispuestos
a aceptar una discriminación entre ellos». Haniye mostró
desafiante su esperanza en que sea «un primer paso» seguido
de la liberación del resto, recordando que es una de las condiciones
del alto el fuego unilateral palestino.
Yihad Islámica calificó la decisión israelí
de «maniobra sionista» para «jugar con las esperanzas
de las familias» y amenazó con utilizar sus «propios
métodos» para lograr la libertad de todos los presos.
La Autoridad Palestina recordó que ha utilizado la excarcelación
de los prisioneros como baza para lograr el alto el fuego y mostró
su prioridad de que sean liberados 430 que llevan más de 20 años
en la cárcel, con «sangre en su manos» descarta el
Gobierno israelí.
Bazas al margen, el FPLP descartó que vaya a sumarse al alto
el fuego unilateral ni a la actual «Hoja de Ruta».
Resumen Latinoamericano
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