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¿La prensa del sistema reivindica la Argentina
de los 70?
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Carlos Ares, periodista de El País, escribió
recientemente un artículo sobre Kirchner y la militancia de izquierda
argentina masacrada por la dictadura militar
x Inés Arcia
Especial para La Haine
A veces se pueden leer cosas curiosas en la "prensa independiente".
Carlos Ares, el periodista de El País que suele escribir desde
Argentina artículos llenos de tópicos y claramente dirigidos
a apoyar el poder de los que mandan, escribió recientemente algo
sobre Kirchner que no deja de ser interesante.
Cuenta que Kirchner es un militante de la izquierda peronista de 53
años que hasta ayer era un perfecto desconocido. Es de suponer
que por su edad y trayectoria en el año 1973 tenía apenas
20 años y es posible también que fuera uno de los tantos
estudiantes "perejiles" que en esa época se acercaron
a las organizaciones de la Tendencia para pegar carteles, ir a los actos,
cantar la marcha peronista y corear la consigna de Peron, Evita, la
patria socialista. A partir del año 75 muchos de estos simpatizantes
de la izquierda fueron asesinados, desaparecidos, presos y mayoritariamente
exiliados, algunos hacia el extranjero y otros hacia el exilio interno.
Como muchos otros Kirschner y su compañera se fueron al sur,
a tratar de pasar desapercibidos en la Patagonia y con el tiempo y la
vuelta de la mal llamada democracia seguramente retomaron la política.
No sé si esto fue exactamente así, pero lo imagino porque
así es la historia de muchos políticos que como él
vienen de esa época.
Según Carlos Ares, cuando Kirschner se encontró con que
había resultado elegido presidente de la República se
prometió a sí mismo no dejar sus convicciones en la puerta
de la Casa Rosada. Además, "el presidente conserva el espíritu
militante de los años setenta, que involucró a toda su
generación y lo despliega en la acción de gobierno...
". A los dos días de asumir el gobierno, Kirchner "descabezó
a las cúpulas de las Fuerzas Armadas, derogó el decreto
que ordenaba rechazar los pedidos de extradiciones, pidió al
congreso el juicio político a los miembros del Supremo y promulgó
la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final". Más
tarde Kirschner se enfrentó a las presiones de las empresas que
quieren aumentar los servicios públicos, intervino la obra social
de jubilados y pensionados, solucionó el conflicto docente de
la Provincia de Entre Ríos. También vino a España
y puso a parir a los empresarios españoles y, siempre según
Ares, le recuerda cada día a los grupos económicos que
ahora no tienen a un empleado de presidente. A diferencia de lo que
tendría que haber hecho Alfonsin cuando mandó a la gente
a casa ante la presion militar, Kirschner advierte que "poco me
cuesta tomar el micrófono y hablar con la gente para decirle
lo que está pasando".
Me pregunto qué hubiera escrito este Ares en la Argentina de
los 70. Desde luego en la prensa no se suele hablar de esta forma tan
complaciente sobre la militancia de izquierda. Como sucede en la mayoría
de los países cuando los pueblos se organizan y cuestionan al
poder, a la gente de izquierda se la llama terroristas o delincuentes
comunes. Sólo mucho tiempo después, cuando esa militancia
ha sido machacada, destruida y los supervivientes se adaptan, envejecen,
se quiebran y finalmente se "pragmatizan" puede suceder que
alguno, como Kirchner, alcance algún puesto relevante y con él
resuciten algunas prácticas progres que a tantos les costó
la vida.
Lo que no debemos olvidar es que los que murieron en la Argentina de
los 70 buscaban mucho más que una política "progre".
Y mientras la política de Kirchner siga cuidando las formas sin
tocar el fondo, continuaremos encontrándonos con el aprobado
de los Ares y otros columnistas del subimperialismo español,
que son los que celebran cada día que el neoliberalismo globalizado
se instale a sus anchas y aplique las politicas correctas y el pensamiento
único que han llevado a paises como Argentina a estar "sepultado
diez kilómetros bajo tierra" junto con toda una generación.
08/09/03
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