Tyson Foods y su negro historial
Pollos comemos, muertos no sabemos

x Tania Molina Ramírez

Contrabando de inmigrantes sin papeles, trabajadores que mueren ahogados en restos de pollo, niños que trabajan de noche y se accidentan, productos irradiados, excremento de pollo que contamina el aire de los poblados en los que están las plantas, altos funcionarios invitados a pasear en los aviones de la compañía a cambio de favores... todo esto es parte del negro historial de la estadunidense Tyson Foods, la mayor productora y vendedora de carne en el mundo.

Tyson Foods, el mayor productor, procesador y vendedor de carne de res, puerco y pollo, con oficinas centrales en Springdale, Arkansas, fue acusado el año pasado de tener una red de contrabando de inmigrantes sin papeles. Ahora, Tyson está en pláticas con funcionarios mexicanos para crear 180 pequeñas granjas avícolas en regiones de alta migración y así reducir el flujo de indocumentados hacia Estados Unidos. “La empresa va a aportar el dinero para que se pongan granjitas, les van a dar los pollitos, y luego el de la granja va a pagar poco a poco la construcción”, explica a Masiosare Juan Hernández, coordinador de la Oficina Presidencial de Mexicanos en el Exterior. Y sigue: “A (Tyson) le interesa mucho porque quiere exportar pollo a Europa”. Según Hernández, se trata de una estrategia “gana–gana” para la empresa que en el año fiscal de 2000 procesó 42 millones de pollos a la semana y obtuvo 23.8 mil millones de dólares por ventas: “Ellos no van a perder, pero qué padre que vengan a abrir granjas para gente necesitada, yo feliz”.

Y sí, Tyson está interesado en el proyecto porque apuesta a que será un buen negocio, porque, a juzgar por su historial, esta empresa no tiene entre sus prioridades disminuir la migración al país vecino.

Los polleros

El año pasado, el SIN reveló que Tyson Foods buscó contratar a más de 2 mil inmigrantes sin papeles a través de agentes del SIN que, en una operación encubierta que duró dos años y medio, ofrecieron trasladar a los indocumentados de México y darles papeles falsos. El pasado diciembre, el Departamento de Justicia acusó a 15 plantas en nueve estados de “conspirar un fraude contra el gobierno estadunidense”.

“Es la primera vez que el Instituto de Migración toma acción contra una compañía de la magnitud de Tyson”, dijo el comisionado del SIN, James Ziglar. Según Ed Nicholson, vocero de la trasnacional, el 35% de los 120 mil empleados son hispanos.

En la acusación se lee: “Tyson Foods cultivó una cultura empresarial en la cual contratar a trabajadores inmigrantes ilegales era condonado con el fin de alcanzar las metas de producción y de disminuir los costos para maximizar las ganancias”. La empresa ayudaba a los sin papeles a conseguir documentos falsos para poder trabajar en Estados Unidos.

Ante las acusaciones, la compañía alegó que se trataba tan sólo de un puñado de empleadores que actuaron contra la política de la empresa. Ken Kimbro, vice presidente de recursos humanos, fue más allá y explicó que “los individuos contratados como resultado de la operación encubierta recibieron el mismo trato que los demás miembros de Tyson: se les pagó arriba del salario mínimo y se les dio todos los beneficios, incluso seguro de salud”.

Ahogados en pollo

El pozo con restos de pollo en descomposición estaba al aire libre. Dos trabajadores cayeron en él y murieron ahogados en gas metano. Ocurrió en 1999 en una planta en Kentucky.

En octubre del mismo año, el Departamento del Trabajo estadunidense impuso a Tyson la multa máxima (59 mil 274 dólares) por violar la legislación en materia de trabajo infantil. Un trabajador de 15 años murió electrocutado cuando, después de la medianoche, chocó contra un ventilador mientras “perseguía pollos”. En otra planta, un menor de 15 años sufrió serias lesiones en las dos piernas cuando resbaló y cayó en una barrena. El accidente ocurrió a la una y veinte de la madrugada.

Un mes antes, en septiembre de 1999, un empleado sufrió graves lesiones al ser aplastado por un elevador en la misma planta de Kentucky donde los dos trabajadores murieron ahogados en pollo. Sucedió así: Keith Welsh estaba limpiando el hueco del elevador cuando un trabajador activó el ascensor y éste lo aplastó.

Dos años antes, el 22 de mayo de 1997, Freeman Eastwood, empleado de Tyson, murió tras un accidente en una granja en Berryville, Arkansas.

Si bien estos son algunos de los casos graves, de los “menores” hay a manos llenas. El año pasado, 50 “atrapadores de pollos” (atrapan a los animales y los llevan a la procesadora) demandaron a Tyson por incumplimiento de pago de horas extra. Los trabajadores ganaron y la compañía tuvo que pagar.

En febrero del 2000, Tyson pagó 230 mil dólares por quejas de discriminación contra mujeres y “minorías” en la política de contratación en Forest, Mississippi.

Es, pues, la compañía avícola que más plantas tiene mencionadas en la lista de inspección en la categoría de “alto riesgo”, según la Administración de la Seguridad y Salud en el Trabajo del Departamento del Trabajo.

Comprando favores

Los pollos no son el único negocio de Tyson. En 2001, adquirió IBP, la mayor procesadora de res en Estados Unidos y obtuvo un inmenso poder para imponer precios a los granjeros. Tyson domina el expendio de carne en los supermercados y es el líder proveedor de restaurantes de comida rápida como McDonald’s y Burger King.

Para llegar a la posición que tiene, Tyson no sólo se valió de la mano de obra barata de inmigrantes sin papeles y niños, también recurrió a sus amistades en las altas esferas políticas.

En 1997, la compañía se confesó culpable de hacer regalos ilegales en 1993 y 1994 por un monto de 12 mil dólares al entonces secretario de Agricultura, Mike Espy. La compañía financió viajes del secretario y su novia en aviones de la trasnacional, invitaciones a eventos de la empresa, incluso a la fiesta de cumpleaños de John Tyson, el director ejecutivo, y boletos para asistir a un juego de fútbol americano. Esto ocurría mientras Tyson presionaba al Departamento de Agricultura (USDA) para que retrasara la entrada en vigor de una nueva reglamentación agropecuaria, la pronta imposición de la nueva regla hubiera costado a la compañía 30 millones de dólares. A raíz de este proceso judicial, Tyson tuvo que pagar 6 millones de dólares en multas y gastos de investigación.

Además, la trasnacional fue una importante donadora durante las campañas a gobernador y presidenciales de Bill Clinton.

Buenos vecinos

El pasado lunes 22 de abril, la organización ambientalista Sierra Club demandó a Tyson Foods por no informar sobre su nivel de emisiones de amonia.

El año pasado, Tyson fue demandado por contaminar los lagos Eucha y Spayinaw con excrementos de pollo, lo cual causó olor y sabor “descomunal” en el agua potable de la ciudad de Tulsa, Oklahoma.

Lo que tu familia merece

“Tyson. Lo que tu familia se merece”, reza el lema de la compañía. Las plantas de la empresa, sin embargo, son de las que más reciben advertencias del USDA.

En 1996, una planta en Arkansas operada por Tyson obtuvo mil 753 violaciones “críticas”, según el USDA; se trata de la mayor cantidad recibida por una planta en ese país. Una violación “crítica” se define como una situación en una planta que es “seguro” que contaminará los alimentos, que es “seguro” que llegue a los consumidores y que “es seguro que ocasionará efectos perjudiciales al consumidor”.

A partir de este año, algunos de los productos de Tyson Foods son irradiados para “reducir los riesgos a la salud causados por bacterias y ampliar el tiempo de vida en estante de la comida”. La irradiación es una nueva tecnología, relativamente poco probada. Aún con dosis reducidas, los alimentos irradiados pierden el 20% de sus vitaminas. Y si el alimento es almacenado durante mucho tiempo, puede perder del 70 al 80% de su contenido vitamínico. No se sabe qué efectos pueda tener sobre los seres humanos. Los animales alimentados con productos irradiados muestran un incremento en tumores, fallas reproductivas y afecciones renales.

***

Este es el negro historial de Tyson Foods, la transnacional que fue nominada en el 2000 por la red de monitoreo a empresas CorpWatch como una de las 10 peores compañías, y que ahora probablemente hará negocios con el gobierno mexicano. Sobre advertencia no hay engaño.

Masiosare

 
         
   
 

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