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¿Una próxima guerra?
x Miguel Ángel Untoria Pedroso - Granma
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Ayer, 30 de julio, el secretario de Defensa
norteamericano, Donald Rumsfeld, inauguró en Virginia el mayor ejercicio
militar en la historia de los Estados Unidos, y al hacerlo renovó
las amenazas contra Iraq, al expresar que "se necesitará más
de un ataque aéreo para impedir" a ese país, "desarrollar
armas de destrucción masiva, nucleares, químicas y bacteriológicas".
En realidad las primeras operaciones fueron iniciadas formalmente por
el propio Rumsfeld, desde el 24 de julio y se extenderán hasta
el 15 de agosto. En este período las Fuerzas Armadas de los Estados
Unidos realizan en los estados de California y Nevada la mayor prueba
militar en su historia. Se trata de un experimento bélico en el
que las fuerzas y medios participantes tratarán de derrotar enemigos
virtuales en escenarios de guerra imaginarios, o no tan imaginarios.
Durante la maniobra Millennium Challenge 2002, se crea un "auténtico"
campo de batalla con episodios hipotéticos de combate, para emplear
en ellos los últimos adelantos de la ciencia y la técnica.
Contará con la participación de la CIA y grupos especializados
en el empleo de computadoras que simularán 17 posibles situaciones
de conflicto que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos pudieran tener
que afrontar en el futuro.
Este ejercicio militar, según las informaciones brindadas por
diferentes medios de prensa, aparenta responder a una exigencia del Congreso
estadounidense sobre la preparación de los militares para intervenir
en acciones combativas con sistemas de armamentos más precisos
y letales en un ambiente altamente tecnológico.
Pero en realidad, responde a otros variados intereses, incluso a la preparación
y ensayo de una agresión militar contra un país no virtual,
ya que uno de los propósitos "de estudio" será
perfeccionar las técnicas de despliegue rápido hacia diferentes
teatros de operaciones.
Entre los objetivos a corregir, según informaciones oficiales,
está uno de los puntos débiles durante la guerra del Golfo:
la concentración de las fuerzas y medios que se consideraron necesarios,
ya que tardaron meses en lograrla.
Por eso no resulta casual que con ese fin, el ejercicio bélico
comenzara con un escenario donde en un país de una zona del Medio
Oriente, seriamente afectado por un sismo, se produce un golpe de Estado
militar, y las Naciones Unidas deciden enviar fuerzas terrestres y navales
para intervenir. Tampoco es de extrañar que otros episodios planificados
incluyan las llamadas intervenciones humanitarias y las misiones de paz.
Otro aspecto, el del entrenamiento, apunta a una guerra no virtual. Durante
la maniobra, más de 13 500 efectivos del Ejército, la Fuerza
Aérea, la Marina y los Infantes de Marina, serán entrenados
en el empleo eficaz de los más sofisticados y nuevos instrumentos
y técnicas de combate, con alta tecnología, ligeros y de
fácil manipulación.
Algunos de esos medios se encuentran en poder de las unidades y otros
son de nueva creación. El empleo de los primeros no ha sido completamente
satisfactorio durante la guerra contra Afganistán y causaron "daños
colaterales" no deseables. Y los segundos no han sido probados aún
sobre el terreno.
Por ejemplo, pondrán a prueba un pequeño avión sin
piloto, de exploración, de 1,5 metros de largo, denominado Dragon
Eye, una nueva versión a escala reducida de sus similares Predator
y Global Hawk, utilizados en Afganistán, Iraq y Kosovo, donde algunos
han sido derribados.
También pretenden comprobar el funcionamiento de una unidad naval
de superficie muy veloz, que teóricamente podría alcanzar
velocidades de hasta 100 kilómetros por hora.
Y para estar a tono con las últimas teorías sobre posibles
ataques terroristas, uno de los episodios incluye la neutralización
de armas de destrucción en masa, que habrían sido halladas
en una base aérea estadounidense.
También se estudiará el combate contra una supuesta guerrilla
urbana en un enfrentamiento de cuatro días de duración.
Todo parece indicar que Estados Unidos se prepara para una próxima
guerra y que con esta nueva y gigantesca maniobra, el Pentágono,
en realidad, trata de crear condiciones favorables para librar la primera
batalla de la que parecen considerar como una guerra cercana en el futuro.
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