A una loca no la puede tomar en serio nadie
Ese voto era simplemente inexplicable para él mismo, era la señal que había esperado por más de diez años, era el vínculo entre un hermano y una hermana separados por la más absurda de las incompresiones y necesitados el uno de la otra para mirarse en un mismo espejo, para compartir un domingo, para hacer antesala juntos en hospitales y velatorios.
La pastelera, madre de dos niñas y un niño me utilizó en cambio para romper por fin el vínculo con su pareja; guardia de seguridad, celoso, violento y borracho también. Descaradamente me cuenta como me utilizó para desencadenar con él un conflicto con mis panfletos en mano, azuzar con mi cara su rabia para por fin decirle que se vaya de su vida. Exactamente como quien le tira un pedazo de carne fresca a un perro rabioso, para poder escapar de la jaula que compartían. El brillo de sus ojos era tan bonito que me olvidé preguntarle si realmente había votado por mí. Parece que el domingo aquel ella ni siquiera llegó a la urna, se quedó rumiando paralizada en una plazuela del barrio pensando por donde empezaría su vida nuevita y sin usar.
Me usaron también sermoneros cristianos en sus salones de oración para anunciar el Apocalipsis, el castigo de Dios y la proximidad del fin del mundo, dejando la única posible salvación en los hombros cansados de mujeres sumisas, silenciosas y enfermas, sostenidas sobre dos columnas de estrías con várices en altorrelieve que son sus piernas. Sermón de domingo que ellas escuchan mientras esconden su boca entre mantas y sus manos entre mandiles, dejando en algunos casos que lágrimas amargas caigan, mientras ellas piden perdón al Señor por la candidatura de tan demoníaca pecadora.
En cambio, en medio de un debate abierto entre ollas gigantes y platos repletos de donde se va derramando la sopa sobre la acera, una cocinera callejera me dice de frente que todo está bien, que está de acuerdo con todo y que le gusta. Pero, pero menos la locura. Que a una loca no la puede tomar en serio nadie, ella tampoco. Ante frase tan contundente, dicha además con todo el cuerpo, como solo una hermosa y gorda cocinera lo puede hacer, yo no digo nada. Pero pienso, pienso y me sonrío y sé que si la sociedad fuese una olla, el único cucharón que movería la mermelada desde el fondo sería el de la locura.
Ha ganado Evo, ha perdido Eva
Es así que los 1877 votos cayeron pesadamente dentro de las urnas para sedimentarse bien al fondo y transformarse en abono de rebeldías que nada, ¿nada?, ¡nada! tienen que ver con un proceso electoral. Son votos que hacen más bien de palanca para tomar decisiones existenciales. Son votos que no construyen representación. Los imagino bailando al fondo de las urnas, cantando y rompiendo el aburrimiento de los cientos de miles de votos que corean un sí y que tienen como contenido una renovada forma de clientelismo estatal, una renovada forma de caudillismo esta vez indígena.
Los cientos de votos que en el fondo de la urna piden pegas (2), los cientos de miles de votos que suicidan dignidades y entierran disidencias. Como es el caso de mi comadre que eligió la gorrita azul y el grupo de choque (1) para conseguir la pega (2) que desde la campaña del 2002 le vienen ofreciendo. Ella claro no votó por mí, ni me saludó, ni me apoyó, ni siquiera me escuchó. Yo era simplemente incómoda, inconveniente e inoportuna. Madre soltera como es, tiene que velar no por la dignidad de su maternidad, sino por la miseria de su propia maternidad.
A mis amigas que cada vez son más las que suman sin contar en las bases del MAS (3) y a las que suman entre las funcionarias del MAS que cada vez son más también, les digo sinceramente que había que estar ahí. Había que ver cómo se hostigaba a nuestras delegadas con insultos escogidos del gran basurero de la homofobia, del racismo y del machismo.
Como se pegaban los busca-pegas por las actas. Como se impusieron los candidatos y las candidatas sin respetar la decisión de las organizaciones, como esos candidatos no asistieron a debates porque tenían como único discurso el "yo soy Evo". Así se armó esta constituyente a la mala; sin aire para respirar, sin ideas para discutir y sin voluntad de cambiar nada de nada.
Como dice el vicepresidente Alvaro García Linera, no se trata de cambiar la Constitución Política del Estado, se trata de reescribirla con otros protagonistas, reescribiendo, reiterando y copiando todos los odios. Reescribir tomando como base las formas de repartija del poder; sea este autonómico, regional o nacionalista. Sea este empresarial, militar, de color de piel, de sexo o de edad.
Reescribir con omnipotencia y prepotencia las leyes patriarcales como quien dicta el génesis; no volarán los peces, ni nadarán los pájaros.
Quedará cerrada con un pesado candado la puerta de la ley una vez más y quien sabe por cuántos años. Cerrada esta la puerta a "los otros", a los ajenos y a los impropios.
Hemos quedado afuera, bien afuera tanto que nuestra voz resuena en el eco de los abismos, tanto que nuestras propuestas se gritan al "sordo cielo" porque no tienen en este proceso constituyente ninguna cabida.
Se refundará el país en base a los elegidos
No son las leyes que nos devolverán nuestra maternidad a las mujeres, aunque son leyes y mandatos que nos la expropian. No son leyes que nos devolverán a las mujeres la soberanía sobre nuestros cuerpos aunque son leyes las que nos la arrebatan en violaciones, maternidades impuestas y formas de cosificacion varias que nos convierten en cosas sin decisión, ni dignidad.
Nuestras familias sin padres seguirán siendo de segunda y de segunda nuestros hijos e hijas. En los colegios religiosos o no, religiosamente repetirán nuestras criaturas que mamá no trabaja, que papá es el que manda y que la patria se la defiende en los cuarteles. Seguirá proscrita del aula la poesía, proscritas las formas del amor entre hombres y entre mujeres. Vetadas las historias y las literaturas que no hagan referencia a héroes, vetadas las historias de quienes se rebelan contra las culturas "originarias" para plasmar peligrosas originalidades.
Se refundará el país en base a los elegidos para reescribir las leyes a medida del poder y de los poderosos y a ese hecho y a ese acto se nombra hoy en Bolivia como Asamblea Constituyente.
Mujeres Creando
Notas
(1) Los grupos de Choque son grupos que organizan los partidos políticos para insultar y amedrentar a los adversarios políticos.
(2) Pega es el nombre popular para un puesto de trabajo por lo general dentro de El Estado.
(3) Movimiento al Socialismo.