El embajador español en Naciones Unidas pierde los nervios ante las denuncias del Relator sobre la cuestión de la tortura
Esto es lo ocurrido en la Sesión nº 60 de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra.
En la misma, el Relator para la cuestión de la tortura, Theo van Boven, ha planteado dos cuestiones diferentes:
- Por un lado, el informe general referente a todo el mundo, en el que se recoge información estado por estado.
En dicho informe, el Relator, en la parte referida al Estado español, se hace eco de varias denuncias de torturas realizadas por ciudadanas y ciudadanos vascos a lo largo de los años 2002 y 2003.
- Por otro, ha hecho una pequeña referencia a las visitas especiales realizadas el pasado año 2003, en este caso a Brasil y Estado español.
Tras dicha presentación ha tomado la palabra la representación española, y en un tono nada habitual en ese tipo de reuniones diplomáticas, ha asegurado que en el informe del Relator Especial hay "carencias y errores", y ha expuesto el documento que ya hiciera público el gobierno español de manera muy poco apropiada y ante el asombro de los presentes, abandonando de forma muy brusca la sala nada más acabar su intervención.
El relator especial ha tomado entonces la palabra para decir que no pretende que el gobierno español monopolice todo el debate y que se reafirma en lo expuesto en su informe, y que para ello se ha basado en los elementos encontrados y en la propia experiencia.
Según ha comentado la propia asistente del relator especial, la presión ejercida sobre la oficina del relator por parte de la embajada española ha sido tremenda.
En un evento posterior, una reunión pública celebrada en Naciones Unidas aunque de carácter "no oficial" con respecto al programa de la Comisión de Derechos Humanos, el Relator ha comparado a España con la dictadura argentina, aunque precisando que la comparación no la realizaba en lo referente a la gravedad de los hechos cometidos, sino en relación a la negación brutal que realizan las autoridades sobre la existencia de estos tratos crueles e inhumanos.
Por otra parte, el Relator ha señalado de modo crítico que la Unión Europea está acostumbrada a dar lecciones de derechos humanos en el exterior sin mirar en el seno de la propia Unión, mencionando específicamente el caso del Estado español.