La contrainformación al servicio de la transformación social
La contrainformación o información antagónica debe basarse en unos principios comunes mínimos, que todos debemos debatir y acordar de manera democrática en un sentido nuevo, es decir obviando lo que nos separa y profundizando lo que nos une.
Creemos que lo que nos une a todos y todas es la voluntad de informar a la gente común (lo que nosotros somos) desde la óptica de la izquierda anticapitalista plural, de la izquierda que ha aprendido de las fuentes del marxismo, el pensamiento libertario y de las nuevas concepciones político-filosóficas del siglo XX-XXI.
Esta forma de accionar debe, a nuestro entender, fortalecer el otro aspecto común y homogeneizador que es el de la profunda voluntad democrática, asamblearia y autogestionaria de los grupos que formamos a la contrainformación. Esta voluntad es la que nos permitirá desarrollar nuestras capacidades individuales dentro de un proyecto colectivo y no caer en el aislamiento autocomplaciente, ni en el dogmatismo limitativo. Aportar cada uno según sus capacidades, voluntad y visión del mundo se convertirá en la única manera de construir algo nuevo interesante para la mayoría: la gente común.
El problema fundamental que nos encontramos todos los grupos implicados en ejercer la libertad y la lucha anticapitalista en la red y fuera de ella es llegar a la gente común, a la gente que cada día –al igual que nosotros– debe luchar por sobrevivir en unas condiciones cada vez más adversas tanto en el centro del mundo capitalista avanzado como en los países de la periferia.
La forma de gobierno que hoy rige en el mundo contemporáneo no es democracia pues no garantiza el predominio del pueblo en el gobierno político en ninguno de los estados existentes. Su forma transmuta la participación de los ciudadanos libres a un mero ejercicio simbólico-temporal que sólo garantiza la conversión de los partidos políticos en meras agencias electorales y a las elecciones en un mercadillo del voto.
El ciudadano se ve sometido, sin capacidad de respuesta, a las formas económico sociales y culturales de dominación que la clase hegemónica determina. La fuerza mediática (medios de comunicación y de creación de conciencia ideologizada controlados por los poderes económicos) o la fuerza coercitiva (en los casos extremos de insubordinación al poder establecido), lo convierten en un ser aislado, limitadamente solidario e individualista que abandona la actividad social para recluirse en el ámbito de lo privado. Cuando lo privado es inexistente, pues el ser humano es un ser social que toma conciencia de ello durante su propia gestación como ser en el seno de una sociedad. Siendo su gestación como ser, no más que la aprehensión de su realidad a través de la vida social, vida que otros gobiernan, controlan y organizan en interés propio y no de toda la sociedad.
En este contexto el abandono del espacio publico (social) el grupo dominante (paladines de la libertad, pero de empresa, no de otro tipo) ocupan este espacio, no para defender el interés común de toda la sociedad, sino para la defensa de sus intereses. En este contexto de libertad restringida son los partidos políticos (clase gobernante) los que intentan representar a los ciudadanos como forma de garantizar la estabilidad social y reducir el conflicto de intereses al mínimo, pero sin entrar en el meollo de la cuestión que es la imposición de una minoría, que todo lo tiene, sobre una mayoría, que de todo carece. Mientras no tengamos garantizados el derecho al trabajo no jerarquizado, a la vivienda no segregada, a la educación libre, a la sanidad de calidad e igualitaria, a la libertad de expresión y al control democrático de los medios de comunicación públicos y privados, donde está la libertad, donde está la democracia de iguales.
Como dice la canción de Los Rabanes: “yo sabía que esto iba aparar muy mal”, la participación en este circo disminuye, pero eso no importa, el sistema se siente fuerte, es capaz de cualquier cosa, miles de ciudadanos movilizados contra la última guerra no fuimos capaces de cambiar nada, la frustración sigue haciendo mella, su camino es inexorable. Los grandes poderes gobiernan a su antojo con unos u otros políticos en el poder, nada cambia, la especulación, la guerra, la eventualidad de los derechos sociales adquiridos, la violencia irracional sigue aumentando. El capitalismo se ha convertido definitivamente en la máxima expresión del desorden.
¿Qué hacer?
La respuesta no la tenemos nosotros, no somos dirigentes mesiánicos, lo único que sabemos es que hay que luchar por construir entre todos un nuevo orden el de la justicia y el de la libertad, nuevo orden que surgirá de este kaos que es el capitalismo en todas sus formas (laica o religiosa, democrática formal o dictadura, república o monarquía).
La construcción de este nuevo orden debe venir de la gente común sino no vendrá esa es nuestra fuerza saber que el futuro lo podemos construir todos y cada uno de nosotros, rompiendo el aislamiento el consumismo desaforado y organizándonos sin organización no hay futuro sin unidad no hay futuro sin la gente común organizada nada es posible.
Nosotros trabajamos en el terreno dela contrainformación pero toda nuestra acción debe estar orientada a ser útiles a las personas (no a las estructuras) que trabajan o trabajamos en otros ámbitos de la lucha de clases anticapitalista: los movimientos sociales, las organizaciones sindicales, los partidos políticos, las asociaciones culturales, etc.
Si ofrecemos información de experiencias a unos sobre otros, si trabajamos en el seno de estos movimientos, si colaboramos en la construcción de otros nuevos, más claramente anticapitalistas y profundamente democráticos las posibilidades se multiplican y nuestra labor de animar y empujar la lucha de clases será fructífera, no hoy ni mañana, pero si a medio largo plazo. Esto debe ir acompañado de la creación de espacios propios de socialización, de autoorganización y de intercambio donde se forme la nueva clase hegemónica, no sabemos cuando ni como pero si saben¡mos que solo la podremos formar todos si permanecemos unidos y con clara voluntad de triunfo.
Creemos que debemos decirlo con rotundidad, como de hecho lo esta diciendo mucha gente ya en este planeta, es necesario profundizar en el verdadero sentido de la lucha que no sólo se refiere a las condiciones políticas y económicas, sino también sociales y personales. Creemos que es imprescindible la creación a medio largo plazo de un Movimiento que aborde lo político, lo social, lo económico, lo cultural y lo psicológico. El movimiento de movimientos debe, a nuestro entender, afirmar el respeto y la valoración de la diversidad personal, cultural e ideológica y rechazar los sistemas uniformizantes y homogenizadores, así como también toda forma de discriminación. Consecuentemente, deberíamos trabajar para crear nosotros la gente común un sistema de valores antagónicos a los del gran capital.
Lógicamente se nos abrirá entonces un nuevo debate, que ya se está dando en otros lugares, el del poder. Podemos conformar el movimiento en una organización destinada ala toma del poder o en una organización detentadora de poder en si misma pero que no aspira a una sociedad basada en el poder. Las respuestas debemos construirla entre todos. Ahora lo que si es evidente es que sin organización no hay posibilidad de cambio en ningún sentido, la atomización solo beneficia al capital esa es su vieja táctica divide y vencerás!!
Nosotros la contrainformación debemos participar de este proceso animando, introduciendo los elementos de reflexión de los diversos colectivos y personas, y a la vez entrar con toda rotundidad en la batalla ideológica la que estamos librando ahora mismo, con este simple debate entre todos nosotros. La única forma de trasladar las opiniones de todos y de hacerlas circular, de debatirlas es participando en el seno de los movimientos sociales y en las diferentes organizaciones existentes o participando en las nuevas que aparezcan, haciendo ver a las misma –tare ardua, pero necesaria– la importancia de la comunicación y la contrainformación para poder defendernos de las manipulaciones de los medios de comunicación del sistema y de sus fuerzas ideológicas y correctivas.
La creación de un medio de comunicación debería surgir de la propia necesidad de la gente común organizada y nosotros por nuestra experiencia y reflexión sobre estos temas somos la avanzadilla, no la vieja vanguardia, que podría iniciar el proceso de creación de un medio alternativo. Nuestra propuesta iría orientada a la creación de un medio a medio plazo es decir dos o tres años vista, pero que podría iniciar su andadura en formato electrónico. Esto significaría la creación de una mínima estructura que empezase a discutir:
1. Principios ideológicos básicos
2. Contenidos, temáticas, secciones, áreas, etc..
3. Formas organizativas.
4. Formas de distribución
5. Formas de financiación
Estos creemos que nos obliga a un primer paso que es el de realizar un encuentro estatal del movimiento de la contrainformación para debatir esta posibilidad y para mejorar nuestras formas de comunicación y relación.
En definitiva, tenemos por delante una tarea ingente pero apasionante, trasladar lo que realizamos localmente (periódicos mensuales de poca tirada como en nuestro caso Terrassa con ANTA) a un ámbito mayor y de más amplitud y a la vez ver como se compaginan las ediciones locales y globales, encajar estos dos modelos no es tarea fácil, pero tampoco imposible, con voluntad y trabajo podemos encontrar las soluciones.