La Lucha contra el patriarcado es conjunta: Mujeres y hombres en el mismo frente
"La esclavitud no es a mis ojos el más grande de los infortunios humanos desde que conozco al proletariado" (Flora Tristán, S. XIX)
El patriarcado es tetracéfalo, es una hidra con cuatro cabezas, que engulle tanto a mujeres como a hombres.
1- Mientras que una cabeza siempre ha estado descubierta, la opresión de género, la lucha feminista interclasista se ha centrado en domeñarla haciendo de esta batalla su razón de ser. Esta batalla se ha lidiado principalmente en el campo de los derechos, es decir de las Leyes.
En nuestra sociedad se afirma que ya no hay conflicto entre la igualdad jurídica, la igualdad política y la igualdad social, pero persiste el conflicto de la igualdad en dignidad y derechos reales. Todas las mujeres parece que hemos conseguido la igualdad con respecto a los hombres, pero esto es solo apariencia: Las libertades y los aspectos en que las mujeres públicamente visibles han logrado la equiparación con los hombres sólo representan la espuma de la sociedad, la apariencia. No han cambiado las teorías sociológicas sobre la familia, sigue sin aceptarse que "lo personal es político", así se da por sentado que en lo público puede haber igualdad formal, pero sin interferencias en lo privado, ámbito en que la igualdad no es real. Y cuando hablamos de lo "privado", no solamente hablamos del ámbito de las familias sino también de las empresas, que arropadas por "el sector privado" hacen de los derechos papel mojado. La mujer encuentra en la vida privada obstáculos materiales para la contratación laboral, para la formación permanente, para la promoción en el empleo y para la participación política. Aunque no nos guste seguimos sin romper el techo de cristal, que ahora que ya se ha hecho visible, hemos comprobado que lo han construido con baquelita.
2- Pero el patriarcado es una ideología, o mejor dicho, la ideología. Es la ideología cumbre de la superestructura social, en nuestro caso capitalista. Es decir, EL PATRIARCADO ES todo el conjunto de ideas y valores que crea, recrea y sostiene el capitalismo. Un modelo basado íntegramente en la explotación de todos los recursos humanos y materiales. Conforme va madurando, como un cáncer, va destruyendo todo el tejido vivo del planeta: sus habitantes, sus relaciones, sus lenguas, sus tierras, su aire, su agua, ...la vida misma sucumbirá si no reaccionamos y lo extirpamos. Por tanto otra cabeza del patriarcado, paradójicamente la más seductora, es la explotación.
Para ello debemos comprender que cualquier cuerpo social que se reproduzca necesita una organización funcional. Los científicos sociales plantean unas características básicas para analizar la estratificación o desigualdad que generan los sistemas sociales: el grado de cierre o apertura normativa de sus divisiones, el método real para ubicar a la gente a partir del status real o la clase, la forma predominante de desigualdad y el método principal de legitimación.
Entre los distintos esquemas que pueden explicar esto, el proporcionado por la filosofía marxista es el más completo e integrador, de hecho cada vez más pensadores de nuestro tiempo[1], creen que -con más o menos revisiones- esta teoría general del funcionamiento y reproducción social es la más útil para entender las distintas teorías del poder y del conflicto y la creciente estratificación social y territorial.
Decimos que este esquema es completo e integrador porque por una parte en su división de súper-estructura e infra-estructura recoge el lugar que se ocupa en el desarrollo y diseño de la reproducción social, y esta abarca todos los aspectos que la hacen posible: las ideas y valores, las leyes y la represión para mantenerlas, la producción de bienes y servicios con todas las relaciones que de ellas se derivan, y el trabajo no contabilizado en su mayoria "asignado" por el patriarcado a las mujeres. Aunque este esquema pueda ser calificado de "mecanicista" lo usamos por su reconocido valor pedagógico.
Trabajo reproductivo, trabajo de cuidados, y trabajo de sostenimiento de la vida
Es precisamente a través del análisis de toda la estructura económica, social, política e ideológica dónde en la actualidad se pone más de relieve que en la cúspide de todo sistema social --aunque este no podría sustentarse sin las fuerzas reproductivas, asignadas en su gran mayoría a las mujeres-- está su aparato ideológico, que no se circunscribe al campo de "las ideas" sino que crea sus propios paradigmas en todas las áreas del conocimiento[1].
El modelo económico patriarcal más crudo, sin máscara, el de los halcones de EEUU, entró a grandes pasos en Europa en 1992, primando una fase de reorganización militar, ya se llame defensa, servicios de inteligencia o seguridad interior. En esta fase, se ha dado un trasvase de recursos desde los servicios sociales (sanidad, educación, vivienda, prestaciones) hacia el sector de las altas tecnologías y la guerra, del que el primer gran accionista es el sistema financiero. Es decir, vivimos una sobreexplotación de las clases obreras en toda su extensión para seguir aumentando la extracción de plusvalía que se destina a un mayor control de clase y a seguir profundizando en la explotación, en un circulo vicioso que no encontrará el final sin una respuesta articulada de clase.[2]
Luchar contra esta cabeza del patriarcado, es tarea conjunta de todas las llamadas fuerzas productivas y reproductivas, es tarea conjunta de MUJERES Y HOMBRES, hechos UNIDAD EN LA LUCHA.
Tal vez, tras toda la estructura ideológica del patriarcado que está redefiniéndose en las últimas décadas, lo más importante a señalar sea que el patriarcado mismo, muy conscientemente, está creando una brecha entre hombres y mujeres.
Nos explicamos, la escalada acumulativa y por tanto de explotación del capital, ha necesitado previamente de la laminación de los intereses de las y los trabajadores, para que no nos sintiéramos como una sola clase, sino fraccionados en múltiples intereses y subclases dentro de la clase obrera.
Y a la luz de los resultados, al día de hoy, esta estrategia está triunfando ya que ha hecho perder o cuanto menos anestesiar la identidad de clase. Una vez, más o menos consolidada la división de la clase obrera, el patriarcadocapital ha pasado a dividir la población en dos: mujeres y hombres, para iniciar una lucha de género sin cuartel. Y quieren canalizar toda nuestra mirada hacia la violencia de género, no para solucionarla de forma radical, sino para que no miremos hacia el capital que es su instigador y mantenedor.
Esta estrategia, diseñada desde el poder patriarcal, no solo orienta los eslóganes de 8 de marzo, emanados desde las instituciones (Institutos de la Mujer, Áreas de Igualdad de Género, etc.) dónde la "lucha feminista" queda enmarcada en "objetivos institucionales" _ por supuesto dentro de lo políticamente correcto_ en elementos, aunque importantes, muy parcelados de la lucha de liberación de género, liberación no integral, ya que se está ocultando que no hay libertad de género sin liberación del modelo económico del patriarcado. Y a más ahondamiento parte de estos eslóganes están profundizando en la división entre géneros: ver a cada hombre como un posible violador o maltratador dice muy poco de las mujeres que los hemos parido y educado en valores de igualdad.
Solamente desde el más profundo respeto, desde la dignidad, sin PREJUICIOS, y con unos modelos de coeducación real en la igualdad, podremos mantener la unión de géneros y no caer en la provocación del "nuevo diseño feminista" del patriarcado.
3- El patriarcado para sostener de forma real y continuada las cabezas de la opresión y explotación, se vale desde sus propios inicios del ejercicio en exclusiva del poder, del diseño y control total de la Superestructura en su apartado jurídico-político. Esta es su tercera cabeza la del PODER, la que ejerce la dominación.
El poder en todos sus grados y formas es una realización del patriarcado. En contra del poder no está el mal usado término de anarquismo como libertinaje sino el de A-narquia (falta de poder coaccionador) como Libertad. Frente al poder esta la autogestión de la comunidad de todas sus relaciones en base a la equidad y la cooperación, creando elementos para poder identificar y educar a las personas desadaptadas a dichos valores. Este tipo de sociedades existieron y fueron la forma "natural" de organización social hasta que se impuso el patriarcado. Esta imposición tardo siglos en realzarse, y solo responde a una ideología: la patriarcal, que nos ha imbuido de la idea de que el poder, su poder, es algo intrínseco y natural a las comunidades humanas, es un PRINCIPIO SOCIAL. Para desmentirlo todavía hoy perviven pueblos que subvierten este principio, son pueblos dónde los valores de la matria prevalecen
En esta lucha no hay que perder la noción del dominio básico: el Estado[3]. Desde las obras clásicas sobre el ejercicio del poder y su mantenimiento[4], la gobernabilidad del sistema es el elemento clave. En términos de organización política y social la "gobernabilidad" es el control en oposición al descontrol.
Para cumplir sus objetivos el patriarcado utiliza (y ha utilizado históricamente) dos formas de gobernabilidad o dominio: por la fuerza (gobiernos militares) o por modelos de partidos políticos (gobiernos controlados por el sistema económico que realizan su cometido utilizando "la persuasión"[5]) Estos dos tipos de gobierno son lo que se conocen como dictaduras o democracias. Toda la historia del modelo capitalista del patriarcado está escrita sobre esta dinámica de ejercicio de la "gobernabilidad" o ejercicio del poder, que se van complementando. Aunque la forma más acorde con la persuasión es la llamada democracia, cada vez que --utilizando las propias reglas de juego del sistema-- grupos que han puesto en peligro el status quo del capitalismo han conseguido mayoría parlamentaria --bien el capitalismo transnacional o el ejercido por las burguesías nacionales-- un golpe de estado ha puesto fin a dichos gobiernos, volviendo a la "democracia" después de que la limpieza tanto de personas como de ideas garantizaba de nuevo el control del poder por parte del capital, no dudando en aplicar la eliminación física de toda oposición.
Las "dictaduras" y los Golpes de Estado siempre llegan para restaurar la "gobernabilidad" (el control amenazado por el descontrol). Las "democracias" siempre llegan cuando el "orden" está controlado y se han generado nuevos espacios sociales para hacer factible el gobernar por la persuasión. Las largas dictaduras de la Europa mediterránea (Estado español, Portugal y Grecia) y las posteriores de América Latina son paradigmas de como se han habilitado las "democracias".
Como un ejemplo claro de golpe de estado económico la evidencia histórica más cercana en el espacio la tenemos en Estado español, con un golpe de estado dado por el capital y la iglesia contra las profundas reformas económicas y sociales iniciadas por la II República. El golpe exterminó toda disidencia al gobierno del régimen militar, primero durante una larga guerra de tres años y, después, por una dictadura de 40 años sobre la que se "transaccionó" un nuevo régimen político manteniéndose el poder económico y de control social en las mismas manos que estaban[1].
En el momento actual, asumiendo este diseño y bajo la aceptación de la base ideológica que asocia progreso con desarrollo de las fuerzas productivas, la izquierda política y sindical europea, _ entre la que se encuentra toda la izquierda institucional, incluida la vasca_ se ha opuesto (en nombre del citado desarrollo de las fuerzas productivas) a los movimientos reales de emancipación (y en particular a sus formas nuevas) que casi siempre centran su objetivo en la transformación de las relaciones de dominación, y por tanto de relaciones de poder. El problema de toda la izquierda europea institucionalizada es que en aras del «desarrollo económico, competitividad y bienestar» con el que se encubre la acumulación de beneficios en cada vez menos manos, se nos viene desviando de las raíces en que se sustenta el verdadero progreso humano, a la vez que ayudan al sistema patriarcal en la manipulación de la percepción subjetiva tanto de pertenencia de clase como de dominación del poder.
4 Pero además de las tres cabezas opresión-explotación-dominación, el patriarcado local-nacional necesita extender sus zonas de extracción de recursos, sometiendo a los pueblos bien por conquista e integrándolos totalmente en sus estructuras de poder-Nación, o por dominación colonialimperialista. Así su cuarta cabeza es la que diseña, ejerce y gestiona la conquista y/o colonización de los pueblos.
Euskal Herria es un pueblo conquistado, pero a su vez sus estructuras de poder están integradas es un país conquistador-colonizador como es el Estado español, y a través de él el capital vasco coloniza y domina otros pueblos del planeta, como por ejemplo al Pueblo Mapuche, al que Iberdrola, la "energía verde" ha expulsado de sus tierras y ha saqueado sus comunales y recursos. O Petronor con los pueblos de la Patagonia y otros lugares donde el petróleo y los recursos naturales aún son "apropiados" por las empresas de "la Madre Patria España" en la que tan cómodamente se ha instalado el capital vasco, desde el BBVA que obtiene el grueso de sus beneficios del cono sur americano, hasta las divisiones y desgajes de la matriz Gamesa, con sus tentáculos metidos en los negocios de guerra. Nuestra "calidad de vida" nuestro PIB, está engordado con la explotación de otras trabajadoras, con la dominación y el espolio, defendido y garantizado por las estructuras de poder a las que pertenece el Estado español.
Ante esto una pregunta ¿A quién beneficia la no independencia? ¿A quién beneficia la dilación por otro tiempo sine diem de la lucha por ser dueñas y soberanas de nuestro propio destino y de nuestras relaciones con otros pueblos del planeta? No es a las mujeres y hombres de la Euskal Herria trabajadora. Frente a las PATRIAS, como bases de dominación y colonización del patriarcado, a las mujeres y hombres nos urge reorganizar las MATRIAS, como espacios de los pueblos libres.
HOY SER FEMINISTAS es luchar contra todas las cabezas del patriarcado, pues mientras le quede solo una seguirá reproduciéndose. Y esta lucha es de liberación de mujeres y hombres, y nos corresponde a todas. Los hombres como nosotras están explotados, dominados y conquistados por el patriarcado, y estos hombres son nuestros hijos, nuestros padres, nuestros compañeros y nuestros hermanos. Trabajemos para cortar juntos esas tres cabezas de la hidra, y en la unión de la lucha enseñémosles que la cuarta, la de la opresión de género, las regenerará todas sino la cortan también con nosotras.
Nekane Jurado. Economista y psicóloga clínica. Luchadora por la liberación de la mujer. Agosto 2017
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Notas
[1] Vicens Navarro en su obra "El subdesarrollo Económico y Social de España" desarrolla en profundidad este tema con sus repercusiones actuales en la política económica y social.
[1] Un paradigma es una imagen básica del objeto de una ciencia. Sirve para definir que es lo que debe de estudiarse, que cuestiones deben de plantearse, como deben formularse y que reglas deben seguirse para interpretar las respuestas obtenidas. Desde el trabajo pionero de Kuhn (1962), toda una serie de trabajos han venido demostrando la relación entre la ideología de una sociedad y sus paradigmas tanto en las ciencias físicas como sociales.
[2] Desde las páginas de El Capital, se recorre la lucha de clases en Europa entre los siglos XVI-XIX, siendo una constante histórica la reorganización continua de los que ostentan el poder (feudal, comercial, financiero, etc.) para recomenzar nuevas formas de explotación de las personas (como campesinos, siervos, trabajadores de usar y tirar, etc.) Los campesinos alemanes, tras la revolución fracasada de 1521: "volvieron a ser siervos de la gleba", y no sólo ellos, sino los campesinos libres de Prusia, Silesia.. En Francia tras la insurrección parisiense de 1848 "todas las fracciones de las clases dominantes, terratenientes y capitalistas, proteccionistas y librecambistas, gobierno y oposición (....) se unieron para salvar la propiedad, la religión, la familia, la sociedad ". Es cierto, en el seno de las clases dominantes hay también divisiones (como entre las clases dominadas), pero al final funciona la cláusula de salvaguardia.
[3] . El Estado, es un instrumento del patriarcado, y dentro de este de su facción dominante, pero al mismo tiempo se encuentra envuelto en la contradicción de su enunciado como órgano donde reside la voluntad y el interés general de los ciudadanos. El Estado se convierte en un instrumento directo al servicio de la desposesión obrera y la acumulación de capital Pero, aún así, en el Estado también se expresa, aunque sea de forma marginal, la tensión de clase. El Estado se ve obligado a aparentar la neutralidad que invoca.
[4] "El Príncipe" de Maquiavelo, del S. XVI, es la obra más conocida, pero existe toda una biblioteca sobre el tema cuyo objetivo es la perseverancia en el poder. En el S. XXI la gobernabilidad, o "gobernanza" como término de moda, sigue siendo un elemento clave para el mantenimiento del poder del capitalismo y por tanto prioritario en todos los Tratados recientes de la UE, y la profundización legislativa para su desarrollo.
[5] Persuasión diseñada desde todo el sistema ideológico ya desarrollado, y bajo la amenaza coercitiva del sistema represivo (sistema judicial, policial, etc.)
[1] Harol R. Kerbo. "Estratificación Social y Desigualdad." (2004)