Las exiliadas del neoliberalismo
Entre el norte y el sur no hay un océano, sino un basurero lleno de prejuicios
Introducción: “no hay lucha sin palabra”
La lucha por definir las cosas no es una propiedad de académicos, es profundamente política porque ahí nos jugamos no las palabras, sino la mirada sobre nosotras mismas.Es una lucha política porque se juegan en ella muchas veces la constitución misma de los sujetos sociales y su ubicación en las sociedades. Esto pasa además por la necesidad de poner en cuestión las definiciones eufemisticas y neutrales que se fabrican en las oficinas de tecnócratas del Banco Mundial y company para desdibujar las realidades sociales de los pueblos y de los sujetos sociales. Esa habilidad no académica, sino tecnocratica es un ejercicio de poder que deriva definitoriamente en formas de control , interpretación y posteriormente en una serie de recetas somníferas de “desarrollo” que nuestros continentes del sur han tragado en circulares y viciosas décadas. Recetas recicladoras de relaciones post y neo coloniales entre el norte y el sur del mundo.
Es así que indígenas, maricones, lesbianas, putas, mujeres viejas, mujeres pobres, endeudadas e insolventes, jóvenes y más miran con escepticismo las palabras que desde la mirada del poder los define como ciudadanos y buscan y buscamos en una pugna política de palabras las formas de nombrar, nuestros vicios, nuestros amores, nuestras luchas y nuestro lugar en las sociedades. Nombrar lo que somos porque desde nuestra mirada la democracia occidental liberal cierra todas sus puertas y no sólo devuelve exclusiones, sino perversamente también usa meras ilusiones de participación para cerrarnos la puerta. Nombrar lo que somos para formular sueños y propuestas de cambio que no sean ni frías recetas, ni retórica de derechos, ni populismo barato. Nombrar lo que somos para desatar el terno[1] del Estado neoliberal del sur y el terno del Estado de Bienestar del norte.
Desde esa postura política impugnamos pues los apelativos que reciben esas masas de gentes que se van de su tierra de nacimiento hacia el norte del mundo. Se les llama migrantes; suena correcto, suena limpio, suena neutral y suena inocuo. Pareciera que no hubiese otra manera ni de mirarles, ni de nombrarles. Se sacan desde esa “blanca” pulcritud leyes de migración, políticas de migración y se calculan al calor de ese rótulo las rentabilidades de la ilegalidad, de la desesperación y de la persecución de esas masas de gentes. Impugnamos ese término correcto, limpio y neutral que a nosotras nada nos dice y que todo oculta sin levantar sospecha, ni señalar responsabilidad.
Nosotras hablamos de exiliadas del neoliberalismo y vamos a pasar a explicar por que se trata de una categoría socioeconómica que nos permite profundizar en la comprensión de esta condición que viven miles y miles de bolivianas. Decimos que esta categoría profundiza y enriquece la comprensión porque recupera simultáneamente tres dimensiones fundamentales y paralelas para comprender la situación de cada una de las mujeres que se va en calidad de “migrante, exiliada”.
Estas tres dimensiones son:
-el sexo, es decir las mujeres, como un dato no indiferente y que ni puede ser subsumido en el “universal” masculino, ni menos aun reducido a un dato biológico sin trascendencia socio-política.
-el sistema político-económico en el que buscan formas de sobrevivencia, es decir el neoliberalismo.
-y la relación con estas mujeres por parte de los Estados, es decir el exilio por el sentido de expulsión que es intrínseco e indisoluble a estos procesos “migratorios” que hoy vemos en los aeropuertos.
El mundo a la medida del sujeto “universal”
En las ciencias sociales y en las ciencias humanas el sujeto universal androcéntrico no ha sido puesto en cuestión, sino únicamente por el pensamiento feminista. Empecemos por decir una vez más que el “sujeto universal” no es el ser humano, ni tampoco el individuo sino que es el varón, blanco, heterosexual, monógamo, católico, sano, inversionista, del norte. Es el padre erigido como “representante político” y cabeza de la familia nuclear y a partir de esa representación este sujeto degluta además dentro de sí a la familia como núcleo humano básico. Por eso es que las categorías de madre o hija se convierten en desaparecidas, en seres particulares y funcionales a la familia o en el mejor de los casos se convierten en específicidades innecesarias de ser nombradas, ni de existir como categorías sociales. De esta misma manera “el hijo” adquiere una doble importancia pero al mismo tiempo se convierte en un depositario automático de los intereses del padre. Por esta doble representación es que cuando se nombra los intereses de la familia, se está una vez más nombrando al “padre” y omitiendo a la esposa y la o las hijas o funcionalizando a todos y todas quienes forman parte de ese núcleo a los intereses, valores y visiones del “padre”.
Este sujeto androcéntrico representante político de la familia, es además el dueño absoluto del mundo público, tanto del mundo de la economía en lo que se entiende por “economía productiva” como del mundo de lo que se entiende por “política” que es el derecho de decidir por y sobre los y las demás subalternos. Al constituirse en el eje social único se constituye además en la medida y el parámetro ordenador de las relaciones sociales . Por eso es que partir de este sujeto universal que no es neutral y que implica valores e intereses particulares al varón blanco de patrón colonial tiene consecuencias graves en el análisis social.
Estas consecuencias son muchísimas y en último término implican la reconstrucción de toda la teoría social de principio a fin. Pero para llegar a nuestro sujeto que es “la exiliada del neoliberalismo” analizaré únicamente aquellas consecuencias que se derivan de la división esquizofrénica entre mundo público y mundo privado que implican al sujeto androcéntrico.
Esta división significa sintéticamente:
-Dejar fuera del análisis todo el conjunto de relaciones donde se cultivan los afectos. Por ello es que procesos de divorcio, bigamia, matrimonio impuesto o comprado, etc. quedan fuera del análisis social. Sin embargo, ante nuestros ojos vemos todos los días como la migración de las mujeres del sur está movida por estos procesos y marcada también por ellos tanto en su vida en el norte como en su partida del sur. Por ejemplo a través de la “oferta” de esposas dóciles atractivas y jóvenes para hombres del norte, esposas que puedes comprar vía Internet, esto sólo para citar un ejemplo.
-Dejar fuera del análisis el mundo privado que es donde se desarrolla el trabajo de crianza de los niños y niñas y su inserción social. Por eso maternidad y paternidad quedan encerrados dentro de la casa y fuera del alcance del análisis social. Para citar tan sólo un ejemplo de las estadísticas recogidas por nosotras al menos 7 de cada 10 mujeres que se van han asumido de manera solitaria su maternidad o como hermanas mayores asumen la responsabilidad materna y paterna sobre hermanos y hermanas menores. Esa responsabilidad resulta siendo una motivación fundamental en los procesos migratorios.
-Dejar fuera del análisis social el trabajo doméstico gratuito que realizamos las mujeres madres y esposas dentro del universo “familiar”, para seguir calificándolo como no trabajo y seguirlo apartando de los parámetros de productividad y bienestar.
Estas tres omisiones que se realizan desde un análisis social “patriarcal” no nos permiten entender el núcleo de los procesos de migración de las mujeres del sur del mundo, ni en sus motivaciones y búsquedas , ni en su reacomodo en las sociedades del norte. Por eso nos hemos planteado como primera tarea la necesidad de romper con este sujeto “universal” y los supuestos teóricos y metodológicos que lo constituyen, nos hemos abierto al conjunto de elementos que el mundo privado nos aporta para la comprensión de estos procesos y a partir de ese ejercicio es que llegamos a la caracterización de las mujeres migrantes como “exiliadas del neoliberalismo”.
La maleta de la que se va: las causas y contenidos de la “migración”
La familia: “se está disgregando la familia boliviana”
El Cardenal boliviano Terrazas aprovecha los domingos en que no tiene tema, para hablar sobre la migración como causa de destrozo de la familia boliviana. Yo que intento colocarme fuera del alcance de esos mensajes recibo igualmente la frasesita porque investigadores sociales, comunicadores y más se dedican a repetirla. Entonces me sonrío, porque puedo afirmar que la propia estructura de la familia boliviana resulta ser expulsora de la “hija” mayor, que la estructura misma de la familia boliviana resulta ser permisiva con la irresponsabilidad paterna y usufructuadora de todas las formas de trabajo de las mujeres que la componen desde el trabajo doméstico que recae en un 100% en sus espaldas como hijas o como madres, hasta su trabajo de sobrevivencia en la economía informal. En ese contexto hay una pregunta elemental e insoslayable ¿quiénes son en la familia las mujeres que se van?
Nosotras hemos hallado tres personajes centrales que son quienes asumen la decisión de migrar:
-La madre abuela que asume responsabilidad de crianza y sostenimiento sobre nietas y nietos
-La hija madre que asume responsabilidad de crianza o responsabilidad económica sobre hermanos y hermanas
-La madre soltera que asume responsabilidad económica frente al niño o niña por abandono paterno.
Estos tres personajes tienen como punto en común su condición de asumir responsabilidad solitaria sobre niños y niñas que forman parte de la familia.
Tienen en común “la irresponsabilidad paterna” dentro de ese mismo núcleo familiar. Sea porque los hombres están en situación de bigamia y han abandonado las responsabilidades económicas, sea porque el desempleo de los mismos sí resulta ser un justificativo públicamente aceptable para no asumir su responsabilidad económica, cosa que en las mujeres no es así puesto que ellas están dispuestas a llevar sus lógicas de sobrevivencia del espacio privado al público y así garantizar la sobrevivencia de todo el núcleo. Estos tres personajes dentro de “la familia” nos permiten dibujar una primera causalidad existencial vinculada a la migración; es la irresponsabilidad paterna. Claro que no es una causalidad ni lineal, ni única sino que forma parte de una complejidad de elementos pero que no pueden ser soslayables.
Señalarla como una de las causalidades nos permite identificar tres consecuencias fundamentales: la primera es que aquello por poco que sea que estas mujeres consigan no es para ellas ni en función de ellas sino de un tercero que tendrá garantizada su sobrevivencia. Segunda, ellas llevan una presión doblemente fuerte en su proceso migratorio puesto que asumen una responsabilidad por un tercero. Esta presión que deriva en la desesperación las coloca en una posición de vulnerabilidad en su búsqueda de trabajo y en su relacionamiento con la sociedad del norte donde han decidido migrar. No es simplemente que no conocen los códigos del sitio donde van, sino que están dispuestas a cualquier cosa porque su inquietud raya los limites de la sobrevivencia, una sobrevivencia que en la sociedad de origen, es decir la sociedad boliviana en este caso, ya no han podido garantizar (esto lo analizaremos en detalle más adelante). La tercera consecuencia muy importante es el sentimiento de “abandono” y “culpa” con el cual ellas parten, puesto que su rol lo entienden como materno y eso implica no sólo garantizar económicamente la sobrevivencia de sus hijos e hijas sino la crianza. El sentimiento de delegar la crianza en una tercera que muchas veces es la abuela, una tía, etc. las coloca en una situación de culpabilidad por “abandonar” a sus niños siendo que ellas garantizan todo para ellos, ellas y sus madres sustitutas.
Entender esta situación que es económica y que es social por el control social que la rodea y que es existencial porque la mueve de una determinada manera es un esfuerzo por sacar al sujeto de la cifra, reconocerla como sujeto y además entender la complejidad de la situación en la que se encuentra. Esto implica metodológicamente romper con la mirada vertical que desde las estadísticas nos indica que el 58%[2] de la migración mundial está constituida por mujeres. Efectivamente así es, lo importante es desentrañar que cosa significa eso y cuales son los contenidos propios a un proceso migratorio protagonizado por mujeres.
¿Endeudadas o exiliadas del neoliberalismo?: responsabilidades políticas
la calle es mi casa sin marido, mi trabajo sin patrones, mi salón de fiesta colorido
Los efectos de hambre que el neoliberalismo sembró en nuestro continente fueron asistidos y paliados en cuerpo y alma por las mujeres. Está claro que fueron los ejércitos de mujeres los que salieron a las calles, montaron una economía informal de sobrevivencia y con ello se constituyeron en el colchón que amortiguó los efectos del ajuste estructural dictaminado por el Banco Mundial en nuestras sociedades. Ajuste estructural que marcó el ingreso del neoliberalismo en nuestro continente.
Ellas pudieron asumir espontáneamente esta actitud porque jamás se sintieron en este proceso desempleadas, porque nacieron en la condición de servidumbre y trabajo gratuito que implica ser “ama de casa”, ellas tampoco pensaron, ni racionalizaron el lugar que con los años llegaron a ocupar dentro de nuestras economías. Es ese tejido el que ha crecido en nuestras sociedades de manera ininterrumpida, el que ha permitido la sobrevivencia, el abaratamiento del costo de vida y la generación de estrategias creativas que no han pasado por el Estado y que no han demandado del Estado nada. Al punto que hoy vivimos en la sociedad boliviana una pugna entre economía informal y Estado, una pugna entre espacio público y gobiernos municipales que es cotidiana.
En ese contexto la introducción del microcrédito ha sido una vía super rentable para los organismos internacionales y las oeneges y cómoda para los gobiernos para darle respiración artificial al neoliberalismo. El microcrédito ha sido rentable porque ha hecho de la pobreza una fuente de generación de 40% anual de interés sin tener que pagar sueldos, beneficios sociales, ni montar infraestructura social, ni productiva de ningún tipo. Las mujeres prestatarias han sido las protagonistas de ese proceso, el 70% de los y las prestatarias del país son mujeres. Constituyen no sólo el porcentaje más alto, sino el público meta, porque en boca de los propios gerentes son las más disciplinadas pagadoras de sus deudas y las más efectivas administradoras de ese dinero.
Sin embargo, la economía informal tiene también un límite de crecimiento. Hoy en ciudades como La Paz, Oruro o Cochabamba no cabe ya nadie más, ni un puesto de jugos, ni una vendedora ni de pan, ni de fruta, ni de ilusiones, ni siquiera una pequeña caja para lustrar zapatos. Al mismo tiempo esta usura bancaria ha derivado en graves procesos de insolvencia por parte de las prestatarias, procesos que han hecho que las deudas sean simplemente impagables. Es por eso que el endeudamiento vía microcredito resulta siendo también una de las causalidades económicas de la migración. De la investigación de campo realizada por nosotras, el 100% de las mujeres entrevistadas en Madrid y Barcelona o habían migrado por causa de una deuda de microcrédito o habían contraído la deuda para poder solventar el viaje.
Es irónico pues el microcrédito está escrito en letras de oro entre las estrategias de la cooperación internacional como una de las recetas incuestionables de lucha contra la pobreza. Nosotras podemos afirmar sin temor a equivocarnos que es causa de migración y que la causa de migración reside definitivamente en que se convierten a mediano plazo en deudas impagables dentro de las economías del sur. Una migrante endeudada en los términos formales o una exiliada del neoliberalismo en nuestros términos es doblemente rentable para el sistema financiero internacional; primero porque paga disciplinadamente sus cuotas, segundo porque además de pagar su deuda al mandar las remesas llega a pagar intereses tan altos vía comisiones de envío más vía de intereses, que tenerla de “clienta” es un negocio como el de la gallina de los huevos de oro.
Frente a cada migrante endeudada la mirada sólo apunta al cálculo de rédito que se le puede sacar a quien ya lo ha perdido todo y no tiene apoyo alguno de protección de sus derechos. La migrante endeudada es altamente rentable, de ella es beneficiario el sistema financiero internacional y no al revés. Resulta también ser muy útil a los fines de las políticas de cooperación internacional. En los hechos además la ilegaliza y la expulsa quien allí mismo la lleva. ¿ Si esto no es exilio, entonces qué es? Sólo como ejemplo que nos permita colocar la ironía en las dimensiones que tiene, es importante poder comparar las carteras de microcrédito de la cooperación internacional con el porcentaje de las carteras de cooperación en salud o educación. Sólo en el año 2004 la Unión Europea que ahora ha señalado la obligatoriedad de visa para la entrada de bolivianos y bolivianas a sus países tenía una cartera de 12 millones de euros para microcrédito y tanto menos para otros rubros de cooperación.
Económicamente estas mujeres son una verdadera ganga tanto para los Estados del sur como para los Estados del Norte. En el norte resultan mano de obra barata que sube la calidad de vida de quienes sí son considerados ciudadanos, en el sur las remesas resuelven un problema que ninguno de los Estados expulsores es capaz de afrontar. En Bolivia concretamente las remesas constituyen el cuarto ingreso en importancia. Primero están los hidrocarburos, segundo está la minería, tercero está la agroindustria y cuarto las remesas. La virtud de las remesas a diferencia de los otros ingresos es que tienen un carácter de distribución que no es comparable con ninguno de los otros rubros que en su mayor parte o se concentran en las élites oligárquicas del país o fugan al exterior vía banca privada. Las remesas entretanto pagan vivienda, educación y alimentación de cientos de miles de bolivianos y bolivianas que de otra manera no tendrían como enfrentar ninguno de esos gastos.
Aparte de ello, políticamente las remesas son un ingreso en la economía boliviana que no implica un factor político de poder, todos los otros rubros están organizados en cámaras de comercio que imponen políticas estatales de inversión, fiscales, etc. en vez las remesas son fruto del silencioso, negado e invisibilizado trabajo de las mujeres. Tanto las condiciones de endeudamiento de las mujeres como las condiciones de envío de remesas no han sido sujetas a análisis económico ninguno dentro el gobierno de Evo Morales, esto no sólo deja intactos mecanismos de explotación del neoliberalismo, sino que nos hace sospechar que no hay ninguna política económica que tenga la intención fundamentada de plantear cambios en ese sentido.
Esto convierte el discurso anti-neoliberal de este gobierno que tanta expectativa mundial ha abierto en retórica antineoliberal. Con las mujeres que cargan con una importante cuota de la sobrevivencia de nuestra sociedad no se negocia, ellas para nada cuentan, son una ganga para el Estado que las expulsa y otra ganga para el Estado que la ilegaliza.
Las “exiliadas del neoliberalismo” que están fuera de su país, lejos de su familia, de su universo materno (sus hijas o sus hijos), viven en las afueras del lugar donde trabajan y ocupan un “no lugar” en la sociedad donde trabajan y ocupan un “no lugar” en la sociedad a la que sostienen.¿Si esto no es exilio, entonces qué cosa es?
Los derechos de las mujeres del mundo mueren en los aviones
Desde mi punto de vista de mujer feminista boliviana considero que los feminismos diversos del norte están en una grave crisis de lenguajes, de estrategias, de creatividad y de capacidad de análisis de sus propias realidades. En principio esto no parecería tan grave si nos sumamos a la banal mirada de quienes parten del prejuicio de que en las sociedades capitalistas coloniales como son las del norte las mujeres hubiesen alcanzado varios derechos y ni sus vidas ni sus conquistas estuvieran en cuestión. Es una especie de “verdad” comúnmente aceptada asumir que las mujeres en las sociedades europeas por ejemplo tienen un lugar en las sociedades más digno y satisfactorio que en las sociedades del sur del mundo, que tienen acceso a muchas oportunidades que las coloca en un lugar de “igualdad” social inmejorable.
Yo parto de otra hipótesis, considero que todo lo “ganado” en las sociedades del norte en acceso a educación, empleo, etc. por parte de las mujeres no es sino fruto del propio liberalismo y del propio capitalismo y no fruto de una politización especifica o de una despatriarcalizacion social o económica de esas sociedades. Al ser fruto y consecuencia de un capitalismo colonial no solamente es frágil, sino que está sujeto a chantaje, esto quiere decir que lo primero que se tenga que recortar desde los Estados o el aparato productivo será siempre lo que les tocó a las mujeres. Por poner sólo un ejemplo ya lo vimos en la Alemania oriental que cuando se anexó a la occidental fueron las mujeres las que perdieron infraestructura social, servicios y derechos que los daban por conquistados.
Regresando al sujeto que nos ocupa “las exiliadas del neoliberalismo”, la presencia de ellas en las sociedades del norte desde nuestro punto de vista está afectando la situación de todas las mujeres incluidas las consideradas ciudadanas. Por eso me parece un error pensar que la situación de las mujeres migrantes es una situación específica que debe ser analizada en si misma y que es fruto de las taras machistas de las sociedades primitivas del sur. Ese cierto paternalismo con que desde organismos estatales de mujeres en el norte se mira la situación de las migrantes es un indicador de la carencia de análisis del papel social que estas mujeres están empezando a jugar en sus propias sociedades y en sus propias vidas.
La presencia de estas mujeres está alterando tres universos que atinjen directamente a todas las mujeres: el trabajo doméstico, el vientre de alquiler, el matrimonio. Veremos como a través de la presencia de estas mujeres de segunda clase que no constituyen ninguna forma de ciudadanía eclipsan no sólo los derechos de ellas en su condición de migrantes sino que simultáneamente eclipsan los derechos de las que sí son consideradas ciudadanas, las mujeres españolas, alemanas, etc.
El trabajo doméstico: la clase media europea que había eliminado el concepto de servidumbre y que tenia que afrontar el trabajo doméstico en términos de una negociación diaria de distribución de responsabilidades entre padre, madre hijos e hijas regresa a poder consumir un trabajo domestico que raya en la servidumbre. Que es protagonizado por una mujer, cuya presencia, bajos costos de su trabajo y disponibilidad de varias horas de trabajo revierte la responsabilidad domestica en manos femeninas en términos que por lo menos se buscaba sino superar al menos poner en cuestión.
La presencia de esta mujer del sur en medio de las familias patriarcales europeas no aligera el peso del trabajo doméstico que recae en la madre, sino que reitera y subraya la responsabilidad doméstica como un trabajo de segunda y como un conjunto de actividades que recaen sobre las mujeres, por su condición de mujeres.
Los niños y las niñas se socializan bajo esos parámetros y condiciones. Es verdad que esa “empleada doméstica” no es el equivalente a la madre y que va a ser desdibujada por la familia para racionalizar la servidumbre en la que es inserta. Es decir se la folklorizará, se pondrán en evidencia de manera repetitiva sus características étnicas, sus costumbres, etc. todo para dejar claro que ella viene de otra sociedad, pero ninguna de esas acciones tendrán el poder de paliar la equivalencia entre mujer y trabajo doméstico, entre trabajo doméstico y servidumbre.
El vientre de alquiler y las niñeras 24 horas : las bajas tasas de natalidad de todos los países europeos considerados desarrollados son una referencia en principio de una puesta en cuestión social de las condiciones de la maternidad en esas sociedades. Simplemente las mujeres en principio no desean ser madres, o no hallan que siendo madres pueden además conservar trabajo, nivel de consumo, etc.
Estos datos que son extremos podrían poner en cuestión las condiciones para ser madres en una de estas sociedades. Sin embargo, la disponibilidad incuestionable y total de las mujeres que llegan desde el sur de hacer de madres sustitutas 24 horas y o de entrar en transacciones de vientre de alquiler como mecanismos de sobrevivencia y de “trabajo” nuevamente resulta ser un mecanismo barato y fácil para disponer de ellas en el cumplimiento de ambas funciones dejando las condiciones de maternidad intactas simplemente porque han sido asumidas por esta tercera.
El matrimonio
En síntesis aquellos lugares de subordinación de las mujeres e incluso de servidumbre, lugares que las mujeres en España, Alemania o Francia por señalar algunos países, buscaban de abandonar, de no asumir, etc. Son ahora asumidos por las mujeres que vienen del sur del mundo, son asumidos como mecanismo de sobrevivencia y son asumidos sustituyendo a cada una de las españolas o alemanas u otras que no quiere hacerlo. Esta sustitución de lugar de subordinación eclipsa los derechos de ambas al mismo tiempo. Primero porque esa función de subordinación sigue siendo femenina, es decir los hombres que migran no asumen ese lugar y segundo porque lo hacen supliendo a la “española” o a la “europea”. Esta función supletoria es la que termina significando el estancamiento de ambas.
Por cada mujer “española” que rompe un matrimonio porque lo considera atentatorio contra su dignidad o sus expectativas de vida, hay diez o veinte o treinta mujeres jóvenes latinoamericanas o asiáticas o africanas dispuestas a cubrir ese lugar en términos de mayor subordinación que su antecesora. Esta suplencia está basada específicamente en la necesidad de sobrevivencia, el derecho masculino de sustituir una mujer “igual a él” por una mujer “inferior a él” resulta ser gratificante, cómodo, y excitante.
Al punto que de este proceso que reflejaba una crisis al interior de una institución como el matrimonio ha derivado en la posibilidad y el “derecho masculino” de comprar esposa vía Internet. Esta esposa comprada no es sino la regresión reaccionaria a la forma de matrimonio de hace más de cien años en plena post modernidad europea. En medio de una democracia que pretende pintarse como modélica para el mundo y con la autoridad moral de señalar la violación de los derechos de las mujeres en las sociedades Árabes, latinoamericanas, africanas, etc.
Es evidente que este proceso es acelerado que está instalado en la vida cotidiana de ambas sociedades y que va significando una fosa donde quedan sepultados los derechos de unas y de otras. Esto no sólo es una ironía sino que es un proceso reaccionario que avanza rápidamente, un proceso donde el sur del mundo pone las mujeres y el hambre y el norte pone los hombres y la apropiación colonial de las vidas de estas mujeres.
Notas
[1] Traje formal de uso occidental de los hombres.
[2] Se trata de una cifra a nivel mundial, sin embargo en Bolivia el % seguramente es mas alto, aunque no hay cifras oficiales fiables.
ANEXO:
Lista INCOMPLETA de intereses españoles, suizos y otros EUROPEOS UNIDOS en Bolivia
1.- BANCO BILBAO BIZCAYA (ESPAÑA). Administra en fideicomiso los fondos de las empresas bolivianas que fueron capitalizadas o privatizadas se trata de millones de dólares. Administra también el 50% de los fondos de pensiones.
2.- LA RED ELECTRICA DE ESPAÑA (REE) es la accionista mayoritaria de la empresa transportadora de electricidad en Bolivia.
3.- IBERDROLA (ESPAÑA). Maneja las distribuidoras eléctricas de La Paz y El Alto (Electropaz) y Elfeo (Oruro). El Alto y Oruro son de las ciudades más empobrecidas del país, con altos índices de desempleo y falta de servicios básicos. Los costos de un medidor de luz domiciliario oscilan entre los 150 y 200 euros.
4.- SUEZ (FRANCESA) acaba de rescindir su contrato de servicio de agua potable para La Paz y El Alto, esto fue parte de una lucha muy larga sobretodo de la población alteña. Algunos especulan con que la SUEZ ha cobrado una indemnización de 5 millones de dólares por irse y calmar el problema político…..¡el agua no es una mercancía sino un servicio básico!
5.- REPSOL YPF (ESPAÑA) tiene suscritos contratos de riesgo compartido para exploración y explotación de hidrocarburos.
6.- TOTAL (FRANCESA) empresa que opera yacimientos de gas de Sábalo e itau que están entre los más grandes del país en sociedad con repsol y petrobras.
7.- SHELL, (HOLANDA) capitalizadora de transredes tiene inversiones en hidrocarburos.
8.- PRISA (ESPAÑA) es accionista del grupo de medios de comunicación que comprenden La Razón y el canal ATB.
9.- SANTILLANA (ESPAÑA) ha obtenido millonarios contratos para la impresión de libros de la Reforma Educativa a desmedro de las empresas bolivianas.
P.D.
Este texto está basado en una investigación de campo realizada con mujeres bolivianas madres en las ciudades de Madrid y Barcelona en el año 2004. El trabajo de investigación dio también como resultado un documental de 50 minutos que puede ser solicitado al siguiente correo electrónico: mujerescreando@alamo.entelnet.bo. Esta dirección de correo electrónico está protegida contra los robots de spam, necesita tener Javascript activado para poder verla
Para contactar con nosotras: Virgen de los Deseos Calle 20 de octubre n. 2060 entre Aspiazu y J.J. Pérez La Paz – Bolivia www.mujerescreando.org
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