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Estado español :: 01/09/2006

No a la tortura, ni a Juana Chaos ni a ningún otro revolucionario

Socorro Rojo Internacional
Cartas del Colectivo de presos políticos del PCE(r) y de los GRAPO y de Jaime Simón sobre Iñaki de Juana Chaos

No permitamos que torturen a Iñaki de Juana Chaos

Colectivo de presos políticos del PCE (r) y de los GRAPO

30 de agosto de 2006

En el mismo día en que se publicaba la noticia de la concesión del tercer grado penitenciario a uno de los jefes de la guerra sucia, el tribunal especial para la represión de la disidencia política, la Audiencia Nacional, emitía una orden para que se aplicase a De Juana Chaos la alimentación forzosa en la huelga de hambre que lleva a cabo como denuncia de la prolongación de su secuestro legal.
Esta especialidad de tortura aplicada a los huelguistas de hambre fue refrendada, como ahora recordaba la propia Audiencia, por el Tribunal Supremo y, posteriormente, por el Tribunal Constitucional, presidido en esos momentos por Tomás y Valiente que después sería ejecutado por ETA. La Audiencia sólo tiene memoria para recurrir al amparo de estamentos superiores cuando las medidas a aplicar son restrictivas para los presos políticos y se olvida de considerar esos mismos refrendos de los organismos superiores cuando nos favorecen. ¿¡Qué otra cosa se puede esperar de esa cueva de hampones de la injusticia!?

Pero dejémonos de lo ya consabido y centrémonos en la esencia de lo que supone la alimentación forzosa. Según el gobierno y sus expertos humanitarios la alimentación forzosa se aplica para salvaguardar la vida y la salud del huelguista. Este fue el argumento esgrimido por el inefable Múgica Herzorg, cuando se puso en práctica por primera vez en la huelga de hambre de nuestro colectivo en 1989-91 contra la dispersión y el aislamiento a que nos sometió el gobierno del PSOE. y este es el argumento que ahora se vuelve a esgrimir.

En aquella ocasión la puesta en práctica de esta medida represiva supuso el alargamiento de la huelga de hambre en 435 días, con el resultado de un muerto y numerosos lisiados de por vida. Quedó así demostrado que el cometido para el que se había aplicado la alimentación forzosa no había servido para salvaguardar la salud y la vida de los huelguistas; y que, por tanto, no era eso lo esencial de semejante medida.

Con la alimentación forzosa lo que se pretende es prolongar el sufrimiento del huelguista y quebrar su fuerza de voluntad en persistir en la denuncia: este es el objetivo fundamental de la aplicación de esa tortura.

El sufrimiento que provoca la tortura tiene una base psíquica y otra física, y una aplicación puntual o prolongada. Quienes hemos sufrido todas estas variantes de tortura estamos en condiciones de afirmar que una de las peores es la prolongación de una huelga de hambre. Las palizas y los tormentos en la comisaría sabes que son puntuales, aunque te puedan matar; la amenaza de darte un tiro en la cabeza es, igualmente, un momento de terror que no se va a prolongar por motivos obvios.

En la huelga de hambre, al sufrimiento físico de la ansiedad por comer se une el psíquico de ir midiendo en cada segundo la aproximación a la muerte. A través del tiempo el organismo comienza a desgastarse inexorablemente: los músculos se atrofian, las células se desgastan y mueren, los órganos vitales sufren una insuficiencia que se convierte en irreversible con peligro para la propia vida.

Nosotros, que ya tenemos dos mártires asesinados en huelgas de hambre (Kepa Crespo Galende y José Manuel Sevillano Martín) y numerosos paralíticos, dementes, enfermos crónicos... sabemos lo que estamos diciendo. También los expertos en tortura de los aparatos del Estado: médicos, psicólogos, psiquiatras, plumíferos, mamporreros... lo saben, y por eso nos aplican la tortura de la alimentación forzosa.

En estos momentos, a un preso político que ha emprendido una denuncia con el único arma de que dispone: la huelga de hambre, se le está aplicando la tortura de alimentarlo forzadamente para alargar su agonía y destrozar su espíritu de resistencia. ¡¡No debemos permitirlo!!

En la figura de Iñaki De Juana Chaos se refleja, en estos momentos, la de todos los presos políticos y de delito común que nos han prolongado la condena y permanecemos secuestrados hasta hacemos cumplir una cadena perpetua encubierta.

Cuando el Estado se ceba en un militante revolucionario, lo que pretende es simbolizar el escarmiento a todos los demás. Pretende, también, simbolizar su cerrazón ante las exigencias de libertades democráticas exigidas por el pueblo. Conceder esas libertades es la mejor medida humanitaria y no la alimentación forzosa. Por esto no podemos permitirlo y, como tal, en estos momentos: ¡¡todos somos De Juana Chaos!!

Debemos apoyarle y apoyar sus reivindicaciones de todas las maneras posibles, única forma de evitar que sufra daños irreparables y su situación se haga irreversible. Toda forma de denuncia y movilización es necesaria en el tiempo en que mantenga su protesta, que es la de todos los presos políticos y la de todos los demócratas y revolucionarios que no nos rendimos ante la amenaza permanente y el chantaje del Estado y su gobierno.

Una actitud resistente

Jaime Simón Quintela Preso Político de los GRAPO
21 años y 8 meses preso Cárcel de Sevilla 2

Iñaki De Juana Chaos se encuentra en huelga de hambre. Esta actitud a la que se ve obligado De Juana como medio de denuncia de la injusticia político-jurídica que padece ya ha sido catalogada por algunos profesionales de la intoxicación y del terrorismo mediático como desafío al Estado. Qué otra cosa se puede esperar de estos mercachifles de la pluma.
Yo no sé el tiempo que Iñaki podrá soportar sin comer, pues recuerdo que allá por mediados de los noventa en una de las muchas veces que coincidimos por los aislamientos a que estábamos tan abonados, tuvo que dejar una huelga de hambre al poco de comenzada por una úlcera sangrante. En cualquier caso lo que aquí nos interesa es significar la denuncia que está llevando a cabo y situarla en el contexto en que se produce.

En la misma situación que Iñaki me encuentro yo y otros muchos presos políticos. Tenía que haber sido puesto en libertad el 31 de julio de 2006. Al comprobar que no era así solicité una hoja de cálculo y en ella la cárcel ya me había aplicado la nueva doctrina del Tribunal Supremo, por lo que tras más de 21 años de prisión me han añadido otros ocho y pico hasta completar los 30 años. Una situación que escalonadamente van a sufrir todos los presos políticos que hemos sido condenados por el antiguo Código Penal.

En mi caso, la Audiencia Nazional no se ha molestado tan siquiera en notificarme esta modificación. Si el Tribunal Supremo violó todos sus pronunciamientos anteriores en la materia, este tribunal especial para la represión de la disidencia política goza de tal grado de permisividad para vulnerar la ley que ni se molesta en anunciar la prolongación de mi secuestro.

Pero, no nos engañemos, el trasfondo del acoso global que padecemos los presos políticos y el movimiento popular, no es más que un plan detalladamente planificado que obedece a la estrategia de someternos a su política de rendición. Este es el aspecto esencial del diálogo trampa anunciado por Zapatero y corroborado por los hechos.

La cuestión que a partir de aquí se plantea es si esa estrategia es reversible o no; si se puede modificar o es estática. Pienso que la apertura de este proceso obedeció a una necesidad del Régimen ante la situación de desbordamiento con que amenazaban los numerosos conflictos políticos. Ante lo cual la reacción de la clase dominante (tal y como hizo antaño) fue tomar la iniciativa para reconducir la situación y llevarla al terreno más favorable tratando así de amortiguar al mínimo los desperfectos.

Sin embargo, aún considerando que el llamado proceso de paz, de diálogo, o como se quiera llamar, es la consecuencia de esa necesidad, dicho proceso se sustenta en dos factores a tener en cuenta:

Primero, tiene su tiempo político, pasado el cual se hace irreconocible; y segundo, está ligado de forma indisoluble al mantenimiento de la resistencia ante la permanente agresión del Estado.

Que esto es un desafío, es cierto, sólo que quien lo ha lanzado, para tratar de subvertir los deseos de paz y de libertades políticas de los trabajadores y los pueblos, es el Estado que gobierna el melifluo Zapatero, más solícito con los repiques de corneta y timbales de los cristeros pepistas que de la voluntad popular.

Este el es quid de la cuestión, y la actitud emprendida por Iñaki en el ámbito carcelario es la única línea a seguir que puede garantizar que el proceso de consecución de libertades democráticas exigidas por el pueblo -y esto es lo fundamental- no acabe en una nueva frustración. Y si es así, que no sea porque no hemos presentado batalla. Ahora, toca apoyar a De Juana Chaos.Volverá!!

 

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