Objetivo: silenciar el feminismo
Las multas e identificaciones han crecido exponencialmente en los últimos años para las organizaciones y activistas feministas. De igual manera, ha aumentado la violencia política y la violencia verbal y el acoso en lo que ya se denomina machoesfera. El último artefacto para silenciar el feminismo es el uso de las SLAPP, los pleitos abusivos y estratégicos contra la participación pública. Activistas feministas y políticas al frente de los organismos de Igualdad como Pamela Palenciano, Yolanda Domínguez o Sara Carreño, ya se han enfrentado a ellas.