Ya pocos creen en Reyes, magos o franquistas
Con euforia, exaltación y “triunfo” reciben los medios más importantes (esos que se concentran, fundamentalmente en la capital del régimen de los Borbones) la decisión de pedir el rescate (pactado desde hace meses) que pretenden ocultar bajo el eufemismo de que el “BCE comprará deuda de manera ilimitada” y presentan a la Merkel que visitó al imbécil, como una bienhechora, cuando hasta hace dos días como quien dice, era la personificación de la maldad.
“Cortafuego”, “Euroforia”, “Espectacular subida de la Bolsa” (que por cierto sólo beneficia a especuladores y grandes fortunas) y términos similares, abundan en ellos. Sólo El Mundo, que anda inmerso en pugna en las cloacas del Estado, con el gobierno actual pone el dedo en la llaga y cita la "la estricta condicionalidad”, las durísimas condiciones que anuncia Dragui.
Y es que fieles, como siempre, al régimen fascista del que son servidores, tratan de crear una opinión favorable en la mente del lector para presentar como algo bueno lo que se avecina, que es terrorífico para la clase obrera (ya casi no hay clase media, le guste o no a quien aún se considere así), para los pobres y los jubilados del Estado. No quedará otra alternativa que lanzarse a la calle, levantar barricadas, echar mano del recurso a la violencia siguiendo la declaración de la ONU que la considera legítima cuando enfrenta una tiranía que ignora las inquietudes populares.
Pero es inútil, la suya es una táctica agotada. Hagan lo que hagan, digan lo que digan, aquí todo el mundo sabe que no vienen los Reyes Magos, para poco sirven si no hay paga de Navidad, vienen esos que llaman hombres de negro. Ya nadie cree en reyes, y mucho menos en Juan Carlos I de Franco, el jefe de los ladrones.