Se llama Miguel
Ha fallecido un compañero y amigo de los pueblos antiimperialistas, había dispuesto un medio de comunicación como medio de lucha y en ese espacio discurrían reflexiones, artículos, denuncias, todo lo relacionado con la defensa de la clase obrera, de la situación internacional, de todo aquello que nos afecta y para lo que hay que disponerse diariamente a dar pasos adelante.
Se llama, para los que no le olvidamos, Miguel Ángel Llana Suárez, su medio de difusión: Asturbulla. Su última publicación recoge, aun, los artículos que le hice llegar desde Nicaragua, recuerdo que estaba entusiasmado cuando hablaba con él, quería saber y saber el ambiente, la participación, los cambios que se habían producido y lo que percibía. En otras ocasiones me manifestó su amor y compromiso con los países árabes, había estado recorriendo alguno de ellos y amaba a Palestina.
Lo mismo podría decir de Cuba, se entusiasmaba si entre nosotros pasaba Fidel. Buscaba noticias de Venezuela, indagaba y no dejaba de tener presente el contexto. Entre sus publicaciones últimas estaban artículos sobre Afganistán, China – Rusia… nada quedaba fuera de su interés.
Ese Miguel, amigo y compañero, el internacionalista, el solidario, el animoso siempre, el que transmitía confianza y daba a pensar «qué haría Miguel en este caso», porque no era ambiguo, ni se perdía sin exponerse, el Miguel que yo conocí sembraba ideas que defendían los derechos de los pueblos. Su medio, Asturbulla, ha sido una luz sobre los acontecimientos que nos afectan como clase obrera. ¡Cuántos Asturbulla hacen falta!
se Miguel, la fuerza que ponía en su quehacer, es un ejemplo a enseñar a quienes se disponen a luchar, su conocimiento es una herramienta que debemos emplear para las conquistas que necesitamos como inmensa mayoría.
Porque se que amaba a Palestina, he recogido unos versos de Tawfiq Zayyad que forman parte de su poema titulado «Aquí permanecemos», en ellos he creído reconocer su firmeza, he visto el espíritu que Miguel nos quiso transmitir, he apreciado su gran conciencia y claridad de principios, son estos:
«… Bebeos el mar, / que aquí permanecemos. / Vigilando la sombra / del olivo y la higuera. / Sembrando ideas, / como en la masa se hecha la levadura. / Con el frío del hielo en nuestros nervios, / con un infierno rojo en nuestros corazones. / Exprimimos las rocas al sentir sed, / y mordemos el polvo al tener hambre, / pero no nos marchamos. / Ni guardamos, avaros, nuestra sangre fragante. / Que aquí, / tenemos un pasado, / un presente, / un futuro. / … / ¡hay, raíz viva y nuestra, agárrate! / ¡Y golpead, orígenes, el suelo!»
Miguel, amigo, compañero, tu valiente trabajo con la conciencia social y política nos ha unido. Gracias por tu ejemplo.