Sevilla. Guerra no, cinismo sí
El paseíllo de turno contra la guerra en Sevilla alcanzó la cifra histórica de 250.000 manifestantes, algo a tener en cuenta sabiendo que Sevilla con su área metropolitana a penas alcanza el millón de habitantes. En cualquier caso hubo una barbaridad de gente.
La manifestación salió a las 13 h de la Plaza Nueva, en el Ayuntamiento, y cuando la cabecera había alcanzado ya su destino, la Subdelegación del Gobierno en la Plaza de España, todavía estaba saliendo gente del punto de partida.
Si algo hay que destacar de esta manifestación es el cinismo del que hicieron gala toda la escoria social-demócrata que la pisó, y que no fueron pocos, incluso Chávez se atrevió a asomar su gran cabeza por allí. Es vergonzoso que este partido y sus borregos, que han apoyado a EE.UU. en cualquier guerra en la que se han embarcado mientras ellos estaban en el poder, ahora que están en la oposición no tienen reparos en hacer el mas vil y descarado cambio de chaqueta y ponerse en el otro lado de la pancarta. No hace tanto que, la primera vez que se bombardeo Irak, la única representación del PSOE en las manifestaciones contra la guerra eran los antidisturbios.
Junto a esta calaña vinieron también todo tipo de oportunistas, ha demostrar que todavía les queda algo de base o que al menos tienen dinero para comprar banderitas con el nombre de sus partidos y repartirlas. Allí estuvo por supuesto IU, el Foro Social de Sevilla que es prácticamente lo mismo, o el Partido Socialista Andaluz, otro mal chiste con la palabra socialismo.
En fin, otra prueba de que no cuesta tanto movilizar a la gente, en una entrega de los Goya, pasamos de 250 manifestantes de media, a 250.000. Y es que al final todo es puro espectáculo. Diariamente, a la hora de comer, vemos como asesinan mujeres y niños en Palestina, sin embargo lo que nos hace salir a la calle es que un grupo de actores progres forrados de pasta se cuelguen tres cartelitos en el Parlamento. Nos afecta mas lo segundo que lo primero, así que debemos suponer que hay algo podrido en las mentes de los buenos progres españoles.