A un mes del "Crimen de Antuco"...

Desde las 11:00 am en la Plaza de Armas de Santiago, mientras la fuerte lluvia comenzaba a amainar, se empezó a reunir un número cercano a las 35 personas, quienes tenían como objetivo marchar hasta el frontis del Edificio de las Fuerzas Armadas ubicado en la calle Zenteno, a pasos de la "Casa de Gobierno". Esta actividad estaba organizada por la Plataforma Amplia por el Fin del Servicio Militar (conformada por el Grupo de Objeción de Conciencia Ni Casco Ni Uniforme, el Colectivo Ideácrata, la Corriente Revolución Anarquista, entre otros grupos y organizaciones), l@s mism@s que el pasado 28 de mayo habían citado a marchar desde Plaza Italia, manifestación que no logró realizarse debido a que carabineros ni siquiera dejó que se concentrara la gente en dicho sitio (aquella jornada culminó con 18 detenid@s, quienes fueron detenid@s sólo por el hecho de estar caminando por el lugar).

Esta vez la manifestación se desarrolló sin inconvenientes (ni detenciones), pero siempre bajo la atenta mirada de un gran grupo de carabineros que custodiaron la acción en todo momento, y de otros tantos que creyeron que estando de "civil" no serían advertidos. Al llegar al frontis del Edificio de las Fuerzas Armadas, se realizó un pequeño acto, que constó de la colocación de cruces negras en el piso, las cuales fueron rociadas por pintura roja, que simbolizaba la sangre de los 45 conscriptos muertos por obedecer una orden (1 cuerpo aún se encuentra perdido bajo la nieve), hecho ocurrido hace exactamente un mes en la localidad de Antuco.

El servicio militar existe a partir de 1905 en Chile, momento desde el cual ha servido de control ideológico de la derecha más reaccionaria sobre la población más pobre y marginada. El servicio militar, además, construye sujetos con subjetividades autoritarias, machistas, xenófobas, sumisas, apáticas en la cuestión social, etc, produciendo no sólo la muerte física de l@s jóvenes pobres (como pasó en Antuco), sino también la muerte de la conciencia social y de clase.

La Plataforma Amplia por el Fin del Servicio Militar reivindica el reconocimiento inmediato del "derecho humano" a la Objeción de Conciencia, reconocimiento que no se debe asociar a la existencia o no del servicio militar. La Objeción de Conciencia se reconoce en su ejercicio, socialmente primero, con una ley o no de por medio.

La Insumisión y la Desobediencia Civil son las armas con las que se llama a rechazar el servicio militar. La Desobediencia Civil consiste en desobedecer una ley que es dañina, lo cual es un derecho y un deber, y por otra parte, es negarse a participar de lo que produce perjuicio, actitud que también es un derecho. Por su parte, la Insumisión implica no esperar autorización de nadie para oponerse a aquello que produce un menoscabo al conjunto de la sociedad (como lo es el servicio militar).

La Plataforma llama a ejercer este derecho de las siguientes formas:

-No inscribiéndose en los cantones de reclutamiento del ejército.
-No presentándose, si es que te has escrito por error.
-No postergando el servicio si te encuentras estudiando en la Educación Superior.
-Boicoteando los cantones móviles que el ejército está colocando en los Liceos.
-No incentivando a nuestr@s cercan@s a que acudan al servicio militar.
-No participando del servicio militar para mujeres (ya que NO es una conquista feminista o que busca la equidad entre géneros, es sólo un triunfo de la propaganda militar).

En el caso del llamado "Crimen de Antuco", la Plataforma declara lo siguiente:

-La investigación, al caer dentro del fuero militar, no garantiza absolutamente ningún tipo de "justicia".
-El fuero militar ampara la represión policial, por lo que debe ser disminuido.
-La opinión de los conscriptos que sobrevivieron no ha sido tomada en cuenta mayormente.
-En este momento no se está poniendo para nada en duda al servicio militar, sino solamente la conducta profesional del mando.
-Se pretende culpabilizar sólo al Mayor Patricio Cereceda, y no se responsabiliza a la institución (Fuerzas Armadas, Servicio Militar, etc).
-Se ha "humanizado" la culpa (y a los chivos expiatorios, particularmente a Cereceda), "sensibilizando" a la gente para que acepte penas bajas para quienes resulten responsables (si es que alguien resulta finalmente "culpable").

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