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Medio Oriente, Medio Oriente :: 25/09/2019

Amira Hass, la única reportera israelí que vive en Palestina

Unai Aranzadi
Nunca me he sentido físicamente intimidada. Cuando el ejército del régimen terrorista bombardea Gaza o Ramala, sí

Nacida el 28 de junio de 1956 en Jerusalén, la periodista Amira Hass lleva décadas informando sobre la realidad palestina para el diario israelí Haaretz. Lo hace como ningún otro judío israelí lo ha hecho hasta hoy, viviendo el día a día junto a la población palestina, tanto en la franja de Gaza como en Ramala, la capital de facto sita en Cisjordania. Autora de dos libros de trepidante crónica periodística, no solo ha recibido las más feroces críticas del establishment israelí, sino también un sinfín de premios internacionales por la calidad de su información y su defensa de los derechos humanos. Para conversar con ella nos vemos en el barrio jerosolimitano de Musrara, en el jardín de unas casas en las que –dice– “jamás podría vivir”, porque, según explica, “antes eran de palestinos, y hoy las poseen israelíes como si nada hubiera pasado”. 

Puede que la pregunta sea algo personal, pero es sabido que sus padres consiguieron sobrevivir al Holocausto durante la II Guerra Mundial. ¿Es quizás este el motivo por el que usted defiende a toda costa los derechos humanos?

Así es, y te lo voy a explicar. Recientemente hubo una serie de incendios en Palestina e Israel, así que muchas vías de Cisjordania estaban cortadas. Decidí ir a ver una carretera que los colonos habían tomado. Allí fui detenida por unos soldados. Decían, “una israelí se ha metido en una población palestina. Podría ser asesinada”. E inmediatamente llamaron a los soldados del lugar. Uno de los oficiales que estaba alrededor de mí me dijo: “Yo sé que tu madre escribió un libro”. A mí me sorprendió porque no es algo muy conocido, y yo le dije: «Sí, ella escribió un diario en el campo de concentración de Bergen-Belsen». Mi madre era de Sarajevo en Yugoslavia y se unió a los partisanos de Montenegro, pero luego tuvo que entregarse porque si los alemanes se enteraban de que había alguien con los partisanos, matarían a toda la comunidad del pueblo por el que andaran.

Mi madre no podía cargar sobre su conciencia que otras personas pudieran ser asesinadas por su culpa, así que se entregó, fue arrestada en una cárcel de la Gestapo, y luego enviada a Bergen-Belsen. En realidad se suponía que iban a ser asesinados en el camino pero algo no funcionó y fueron llevados a Alemania, al campamento donde escribió su libro. Así que le dije al soldado que mi madre escribió un diario en Bergen-Belsen. Y el soldado se sorprendió y me dijo: «¿Pero no hay una contradicción en eso?». Y pregunté: «¿Qué contradicción?». Me dijo: “Su madre estaba en Bergen-Belsen y usted está posicionada con los palestinos”. Y yo le respondí: «No hay contradicción alguna. Uno está en contra de cualquier injusticia. Ese es mi legado». Traté de ser pedagógica y él, que era muy joven, podría haber sido mi nieto, me escuchó. 

¿Y su padre?

Mi padre era de Rumanía. Estuvo en un gueto tres años. Se quedó inválido durante la guerra. Él y mi madre eran comunistas, y llegaron a Palestina como refugiados, no como sionistas. Sintieron que no eran queridos en Europa. Su gran trauma llegó cuando regresaron a sus propios países y la sociedad no los aceptó. Porque durante la ocupación nazi, el antisemitismo se desarrolló. Incluso en las sociedades socialistas. 

¿Cómo podría transmitir su empatía por el sufrimiento palestino al resto de la sociedad israelí?

No sé si podría usar la palabra empatía. Lo que me motivó primero fue el enfado contra Israel. El enfado por la injusticia. No me importa si son palestinos, negros sudafricanos o afroamericanos. Lo veo como una cuestión de educación básica. En el pasado decíamos que esto era parte de la educación judía. Que se debe protestar ante cualquier injusticia. Y aquí hay una cuestión de responsabilidad como judía israelí. No es empatía, es enfado. Cuando veo a la población palestina luchando por sus derechos siento esta afinidad. Es por eso que vivo entre los palestinos desde hace 25 años. Nunca podré experimentar la ocupación de la manera que ellos la sienten, porque no vivo bajo las mismas restricciones, pero cuando se han dado toques de queda o bombardeos he podido probar un poquito de su miedo. Pero tienes razón. Convencer a la sociedad israelí requiere un esfuerzo extra, y ahora mucho más que antes. Hace 30 años una simple historia podía afectar a la sociedad israelí de tal modo que sacasen conclusiones. Ahora esto no sucede. Son completamente indiferentes.

Incluso aprendió árabe para entenderlos mejor…

Sí. Tengo algunos colegas que cuando hablan o entrevistan a los palestinos usan hebreo, pero los palestinos no hablan bien el hebreo y mis colegas israelíes escriben incluyendo estos errores. Yo nunca lo hago de esta manera, porque es mi problema no hablar árabe y no que su hebreo no sea perfecto. No me gusta la palabra víctima ni me gusta poner la atención en ellos como víctimas. Prefiero concentrarme en lo que Israel hace. Destapar lo que hacen de forma continua. Y puede que aquí haya una conexión con mi madre y el diario que escribió. Cuando la obra fue reeditada en Alemania a finales de los setenta, fue invitada a hablar con varios jóvenes alemanes que le preguntaron: “¿Cómo pudieron morir de esa forma los judíos?”. Y ella les respondió: “Esa no es la pregunta, la pregunta es ¿cómo pudieron los alemanes matar así?”. No quiero compararlo, pero para mí la experiencia palestina es un método periodístico para revelar las políticas israelíes. No tengo archivos ni documentos secretos de reuniones israelíes, pero la realidad que los palestinos viven muestra que se trata de una política muy calculada. Por ejemplo, la política de crear en Cisjordania bantustanes al estilo del apartheid, todos separados entre sí, no ha ocurrido accidentalmente. Es una política que Israel ha implementado en paralelo al llamado proceso de paz. Lo que demuestra lo mucho que engañaron al mundo.

¿Qué opina sobre el uso que muchos medios, gobernantes y políticos hacen del término terrorista?

Nunca lo uso. Solo cuando quiero decir que los colonos aterrorizan a los granjeros palestinos o a los pastores. Así es como utilizo el aterrorizaron, pero nunca lo uso como terrorista porque se ha convertido en un sinónimo de musulmán. Creo que es escandaloso. El término descontextualiza completamente los problemas de sus antecedentes históricos, sociológicos y políticos. Estoy muy en contra de los asesinatos de civiles, pero nunca voy a utilizar el término terrorista. Si los editores de la redacción escribiesen para cada acto israelí «terrorismo de Estado», podría considerarlo, de lo contrario, no. En Europa y EEUU no tienen vergüenza cuando dicen: «Todavía tenemos que ver si esto fue un ataque terrorista», lo que significa esperar a saber si el perpetrador es musulmán o árabe. Es racista.

¿Resulta arriesgado vivir en Cisjordania como una judía israelí que también realiza críticas a Hamás y a la Autoridad Nacional Palestina?

Pero no es algo personal.

¿Pero qué hay de su relación con los dos grandes partidos, Hamas y Fatah, que gobiernan en Gaza y Cisjordania respectivamente? 

En tres ocasiones quisieron sacarme fuera. Dos veces bajo el Fatah de Arafat y una vez bajo Hamás. Hamás en Gaza tuvo éxito. Fatah en el tiempo de Arafat era más flexible… Pero en Gaza vino esta cosa escondida de que si yo no abandonaba la franja algo podría ocurrirme. Pero nunca me lo tomé muy en serio. Puede ser desagradable, pero no es físico. La prueba es que he estado viviendo entre ellos desde 1993 sin problema.

Lo que está sucediendo con Trump y su total apoyo a los planes de Netanyahu, ¿puede hacer oficial la bantustanización de los territorios palestinos?

Obviamente es la consolidación del proceso en curso, pero lo que es mucho más alarmante es cómo Europa no está en contra. Sin embargo, me resisto a verlo como un asunto zanjado. Las cosas pueden cambiar.

Entonces, ¿es más perjudicial para las aspiraciones palestinas el silencio de la Unión Europea que la política de Trump?

Si Europa fuera más proactiva podría equilibrar, porque antes apoyaba tanto las soluciones de los dos Estados como la zona C, etc… Saben más y son más conscientes de todo. Y por su parte, Trump en cierto modo es un mensajero de Netanyahu. Se ha posicionado con la derecha judía a favor de los colonos. Pero sí, el problema de los bantustanes al estilo apartheid sudafricano está ahí. Sin embargo, todo esto no es inamovible. Es solo una cuestión de voluntad política.

¿Podrían algunas de esas políticas derechistas desencadenar una tercera Intifada o la sociedad palestina está demasiado agotada para eso?

Ahora mismo lo que la gente siente es que una tercera Intifada traería peores resultados. Israel no reaccionó a la primera con debilidad. Engañó al mundo con Oslo y el proceso de paz, porque lo que realmente hicieron fue afianzar sus colonias en Cisjordania. Así que, en este momento, la gente se siente demasiado cansada y también porque la sociedad palestina se ha dividido. La gente no tiene fe en sus líderes. Y tienen dos liderazgos con dos estrategias diferentes. Pero las cosas pueden suceder accidentalmente cuando la gente está cansada y enojada.

Recientemente se ha dado el caso de un abogado palestino que estaba muy frustrado por sus fracasos en el tribunal militar israelí defendiendo a personas condenadas a prisión sin haber hecho nada. Fue varias veces a disparar a los autobuses de colonos, por lo que ahora se enfrenta a muchos años en la cárcel. Pero supongamos que si en un atentado contra un autobús israelí no solo hay algún herido, sino que el bus se cae por un terraplén y mueren 20 personas, esto podría desencadenar una gran represalia israelí y la oportunidad para que lleven sus planes adelante. Después de algo así, cualquier cosa podría suceder. Sin embargo, aunque los palestinos están llenos de ira y rabia –una ira por la que yo no puedo culparlos– andan cautelosos, porque saben que acciones así solo les llevarán a peores escenarios.

La ocupación israelí ha demostrado tener habilidades para penetrar incluso en las acciones más nobles llevadas a cabo por actores extranjeros. ¿Están las ONG y otras organizaciones internacionales jugando a favor de la liberación palestina, o por el contrario, sin quererlo han pasado a convertirse en parte de la estrategia de dominación israelí?

Es una herida abierta para todos. No dudo que las personas que forman parte de las ONG y la ayuda humanitaria estén comprometidas individualmente. Pero como un sistema, por supuesto, subvenciona la ocupación, y es parte de una práctica que ha significado dinero del silencio para cubrir la impotencia política. Impotencia política por elección, no por decisión de Dios. Europa ha elegido ser impotente y no presionar a Israel. Y el dinero que pagan por la ayuda compensa la falta de acción política. Y eso no es solidaridad sino un tema diferente. No es solidaridad mantener esta zona tranquila, estable… y esa estabilización significa que si Israel no permite que los palestinos se desarrollen, el mundo viene y paga la caridad a los palestinos. Caridad en lugar de que los palestinos puedan tomar decisiones independientes, tener actividad industrial y exportar sus productos. Es terrible. Ahora, la solidaridad en el exterior es un tema diferente, como es el caso del BDS.

¿Qué opina de esta campaña de boicot, desinversión y sanciones?

Creo que es una medida muy racional de los palestinos después de que otros muchos métodos de lucha hayan fracasado. La lucha armada no funcionó, la diplomacia no funcionó. La lucha desarmada no funcionó. Si los israelíes sienten que tienen que pagar un precio por la ocupación, cambiarán su posición. 

Nos llegan rumores sobre la aparición de algunos grupúsculos salafistas en la Franja de Gaza. ¿Existen realmente?

Sí. La cosa es que cuando Hamás tomó el poder, hubo muchos jóvenes que tomaron sus promesas como un fraude, y ahora quieren tener yihad y pelear. Pero ahora Hamás es el partido gobernante y, de repente, este se preocupa por el “aquí y ahora”, no por algo imaginario en el futuro. No sé cuál es la situación en este momento, pero muchas personas fueron arrestadas por Hamás y encarceladas por ser salafistas. Conozco a algunas personas con parientes que se convirtieron en salafistas y ahora están en prisión. Ciertamente no son rumores. Pero Hamás logró controlarlos.

¿Y están armados?

Sí, tienen armas. Algunos de ellos estaban en el ala armada de Hamás y desertaron e hicieron de todo. Pero una nunca sabe cuándo los usa Hamás o cuándo no, o si les tiene miedo. Eso es difícil de decir, sobre estos temas muy pocos saben lo que sucede realmente.

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