Ante las amenazas a la compañera María del Carmen Verdú, de Correpi
El pasado sábado 2 marzo durante la primera emisión de la segunda época del programa Leña al Fuego, conducido por Herman Schiller, se recibió en estudio un llamado telefónico anunciando "Vamos a hacer mierda a la Verdú", en referencia a la compañera Carmen Verdú, de CORREPI ( http://www.correpi.lahaine.org/ ). Desde la Agencia Walsh nos sumamos al repudio y nos solidarizamos con la compañera. Reproducimos comunicado del MONAREFA.
Buenos Aires, 8 de marzo del 2013.-
REPUDIAMOS LAS AMENAZAS A MARÍA DEL CARMEN VERDÚ
Por Juan Carlos Cena y Elena Luz González Bazán * MONAREFA
El sábado 2 de marzo en Radio Cooperativa, en horas de la tarde, en el programa Leña al Fuego, la doctora Verdú fue amenazada de muerte a través de un mensaje anónimo.
No es la primera vez que es amenazada. La causa Mariano Ferreyra y su impecable alegato del 22 de febrero pasado; resulta más que incómoda a muchos por la contundencia de sus verdades. Tarea que viene desarrollado en este juicio oral, desde agosto del 2012 hasta el presente. Alegato pronunciado justo cuando se cumplía un año de la masacre de Once
Audiencia suspendida cuando se conoció la ¨ausencia¨ del comisario mayor Hugo Lompinzano que estaba en la Patagonia.
Queremos destacar dos párrafos que nos parecen esenciales del alegato de la doctora María del Carmen Verdú:
Por eso, cuando se corrió la voz de que el 20 de octubre los tercerizados, con el apoyo de varias organizaciones populares, entre ellas partidos políticos, agrupaciones de desocupados y sindicatos antiburocráticos, iban a manifestarse nuevamente, esta vez en la estación Avellaneda, utilizando el corte de vías como manera de llamar la atención de la opinión pública sobre su predicamento, se sucedieron una serie de comunicaciones y reuniones que parieron el plan criminal que aquí se está investigando.
Así lo prueba la nota de fs. 6553 de Ugofe a la Dra. Cavazza, los testimonios en el debate de Pereyra, Forli, Pablo Oscar Díaz, Germán Aguirre y Schiavi entre otros; los informes de fs. 433 y 446 del sumario administrativo, las órdenes de servicio policiales, las llamadas reiteradas y cruzadas de Fernández con Díaz por la mañana, las de Díaz a Favale antes de llegar a Avellaneda, las de Alcorcel, etc. Mensajes cruzados entre funcionarios del gobierno nacional y los jerarcas sindicales y tanto más que está en la causa dan por tierra los argumentos de inocencia.
Así, se ha probado que la empresa explotadora de la línea, las autoridades nacionales y los jefes sindicales de la UF sabían, por lo menos desde 24 horas antes, de la medida de fuerza de los tercerizados, y decidieron darles la lección definitiva. Como también ha quedado harto probado, no era posible utilizar directamente para ello el aparato represivo oficial. El gobierno debía mantener la fachada, cuidadosamente sostenida desde 2003, de que "no reprime la protesta social". El famoso latiguillo, que tanto displacer causa a los jefes policiales, como quedó claro en las oportunidades en que varios de los testigos de uniforme lo mencionaron en la sala, se traduce, en realidad, en "el gobierno no reprime la protesta social si puede recurrir a otros medios que no lo comprometan".
Sobre la patota sostenía lo que sigue:
Se ha planteado varias veces en la sala la cuestión de la palabra patota, como si se tratara de un insulto pasible de ser reemplazado con otras expresiones menos agraviantes, de manera que es perfectamente atinente dedicar unos minutos a exponer su sentido y significado.
La palabra patota, entendida como lo hacemos en Argentina, es de uso común en buena parte de América Latina, al punto que llegó, como expresión de uso familiar sudamericano, a la 20ª edición del Diccionario de la Real Academia Española, que la define como grupo, normalmente integrado por jóvenes, que suele darse a provocaciones, desmanes y abusos en lugares públicos. No hay demasiado acuerdo en cuanto a su etimología: algunos dicen que deriva de pacota, palabra usada en Chile y oeste de Argentina como sinónimo de pandilla, a partir de paco o pacotilla, el conjunto de baratijas que los marineros tenían permitido bajar de sus barcos para vender en los puertos. Los grupos violentos de marineros habrían sido apodados pacota, luego deformado a patota. Otros encuentran el origen en la expresión pata o banda de ladrones, o en la también chilena expresión "pato malo", que significa maleante.
Sobre las responsabilidades de: gobierno, patronales y burocracias: El banquete privatizador al que se sentaron los grupos empresarios, fue servido en bandeja por el estado en concurrencia con los burócratas gremiales, que no trepidaron en convertirse, como se ha dicho en la sala, en empresarios ellos mismos.
Las dos sentencias que siguen, seguramente, son elemento esencial para considerar, los responsables de tantos crímenes, que rozan su tolerancia y han decidido como tantas miles de veces, amenazar. (...)
Lo hemos dicho una y otra vez: SON TODOS LOS QUE ESTÁN, PERO NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON. (...)
Por eso, cuando la Sra. Presidenta dijo, con notable hipocresía, que la bala que mató a Mariano, rozó el corazón de su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, la organización antirrepresiva que integro, CORREPI, le respondió que la bala que mató a Mariano, salió del corazón mismo del estado.
Por todo esto y porque no podemos tolerar no sólo la impunidad sino vivir permanentemente en un Estado de autoritarismo, repudiamos las amenazas y nos solidarizamos activamente con nuestra compañera: María del Carmen Verdú.
* Miembros fundadores del MONAREFA.