Chávez y el post-Covid 19
A los ocho años de su partida física hacia otro plano, los pensamientos, legados e inspiraciones de nuestro Comandante Hugo Chávez Frías, siguen teniendo, una singular vigencia, en la medida en que transcurre la relación espacio-tiempo, más prestancia, significado y trascendencia continuarán teniendo.
Chávez, además de incondicionalmente obedecer, la utopía de nuestro Libertador Simón Bolívar, en transitar hacia el “mayor número de felicidad, seguridad y estabilidad posible para nuestro pueblo”, sentía, percibía e intuía y visualizaba, la dimensión global que dicha frase o propósito superior implicaba. Afirmamos tal reflexión, por cuanto Chávez, la interiorizo en el ideario de avanzar y luchar sin cansancio, en la larga ruta hacia la construcción de una nueva civilización posible y necesaria.
En efecto, desde hace un año, la emboscada que la pandemia Covid-19 le ha tendido a la humanidad, nos devela que es una causa y consecuencia de la civilización actual. Por su viral y trepidante recurrencia, esta nueva era post-pandemia, seguirá persistiendo y ¿quién sabe hasta cuándo? Lo que nos lleva, en nuestro andar y en las convivencias de todo tipo, a saber comportarnos de maneras diferentes y cuidándonos, a los otros también.
No podemos negar, que las secuelas del recrudecimiento de la pandemia nos continúa develando, lo ineficiente e ineficaz que han sido, son y serán los sistemas de salud privatizadores y especulativos que se han instaurado a nivel global.
Los distintos colapsos de los sistemas asistenciales y hospitalarios que estamos viviendo; donde los adultos mayores son los más perjudicados por cuanto, pareciera se han incluido de manera marginal en los servicios privatizadores; en el incumplimiento de las entregas de las vacunas, por la falta de capacidad de respuestas tecnológicas por parte de las empresas fabricadoras de las vacunas; la inusitada y desleal competencia, por acaparar la distribución de las mismas y aislar a los países de mayor vulnerabilidad científica, tecnológica y económica en adquirirlas. Son sólo algunas de las demostraciones, en las incoherencias, el desorden técnico-ideológico y las faltas de perspectivas a futuro; de saber cómo encarar esta hyper-compleja situación civilizatoria global pandémica.
Como si fuera poco, otras causas-consecuencias de esta civilización saliente, son las permanente secuelas que debemos confrontar y que, de una u otra forma, estarán incidiendo en el recrudecimiento de nuevas pandemias y en las mutaciones y variantes que el Covid-19 comienza a expresarse.
Condiciones sociales que perduran, como la irracionalidad consumista; el despilfarro de recursos de todo tipo, las desenfrenadas carreras por la acumulación de riquezas y servicios; las distintas dinámicas de contaminación de los alimentos; de las ciudades, de los suelos y aguas, la desforestación, el extractivismo; son otras causas y consecuencias, de otros de los mayores riesgos de la humanidad: los extraordinarios cambios climáticos que estamos confrontando.
De esta irresoluble hermandad Covid-19-Calentamiento global, hemos descrito y argumentado hasta el cansancio, y como Chávez nos dio un buen empujón: “!No cambiemos al clima, cambiemos el sistema!”, por ello, debemos aceleradamente avanzar, en la construcción de otra civilización posible y necesaria.
En el contexto, se están debatiendo algunas propuestas u opciones en la transición hacia otros modelos civilizatorios. Una primera, es volver al pasado, representados por el capital neo-liberal nacionalista y globalizador. Sería ir más rápido hacia el suicidio y muchos científicos lo han alertado y está sucediendo: los virus recrudecen y siguen en sus distintos ataques.
De estas propuestas, se desprende el capitalismo verde, que saca lecciones de Covid-19; restaura zonas degradadas; conserva algunos recursos y avanza en los cambios de la matriz energética, pero no así en los medios y modos de producción y mucho menos, en dar respuestas a las enormes desigualdades sociales.
Otra tercera opción, que nada tiene que ver con las anteriores; es el Comunismo de la III Generación. Inspirados en la re-significación del Manifiesto Comunista. Podría ser posible, exigen una nueva conciencia. Plantean una administración colectiva y centralizada para solucionar los principales problemas del planeta tierra, con una visión antropocéntrica.
Contrario al anterior e inspirados en el buen vivir y el vivir bien, es la propuesta de los hermanos Andinos, quienes tienen una visión cosmocéntrica ensayada por siglos y profundamente ecológica, porque considera a todos los seres como portadores de derechos. El eje articulador, es la armonía que comienza con la familia, la comunidad, la naturaleza, con todo el universo, con los antepasados y con la divinidad. Para algunos es algo utópico de ser realidad.
Una quinta opción que emerge con fuerza es la alternativa bio-regional-centralizada, inspirada en algunos postulados de la Enciclíca Ecológica del Papa Francisco. Postura ideológica fundada en valores espirituales y la ecología radical. Incorporan el paradigma cosmobiológico, biológico y antropológico. Avanzan en propuestas productivas locales, con principios muy bien definidos como preservación, restauración, autosuficiencia, cooperación, descentralización, complementariedad, diversidad y participación.
La sexta propuesta es el ecosocialismo que ya tiene tres décadas en debates. Proponen avanzar en un contrato social global con un centro plural de gobierno para resolver los problemas globales de la humanidad. Ante la escasez de recursos, bienes y servicios, insisten en distribuirlos equitativamente entre todos. Promueven un consumo decente y sobrio, que incluiría también los medios de vida y reproducción.
A nuestro modo de ver, esta opción ecosocialista es la que tiene mayores posibilidades de desarrollar una sólida conciencia ecológica y ayudar a entender a toda la sociedad, la ineludible responsabilidad por la tierra, la naturaleza y el ser humano.
Una séptima opción es nuestro ecosocialismo bolivariano que Chávez nos dejó y enseño. Fundado en la raíces históricas Bolivarianas y valores interculturales. Con una visión cosmocéntrica de arraigo y de identidad pluridiversa. Donde encontramos nociones de eco-ética, sustentada en una ley Plan Patria 2019-2024, que traza distintas rutas de transición hacia la sustentabilidad y la autosuficiencia local y territorial. Donde, sobre salga un estilo de vida coherente, cubriendo las necesidades de todos e impulsadas por los procesos genuina-mente participativos, protagónicos y populares. Donde se construyen, inéditos procesos: como el de la comunalización de la ciencia; las organizaciones comuneras; la producción agroecológica; la redimensión del habitad y economía digitalizada, entre tantos avances.
Esta propuesta civilizatoria que Chávez nos dejó, en pocas semanas tendrá su ley en los derechos de la madre tierra, lo cual nos ayudará a debatir el tránsito hacia la superación del neo-extractivismo. Restauración, preservación y estabilidad local de los ecosistemas y re-impulsar las energías renovables.
Así mismo, el Gobierno Bolivariano en el tránsito de la pandemia Covid 19; en términos de aprendizajes y en la producción de conocimientos; por las estrategias primarias de prevención de salud acertada y oportunamente aplicadas, las cuales vienen aportando innovaciones científicas-tecnológicas inmediatas e inéditos logros obtenidos; nos proporcionan las pautas y direccionalidades, para re-significar y consolidar un sistema de salud universal preventivo, con inéditos enfoques sanitarios, ambientales, prácticos y profundamente ecosocialistas.
Definitivamente Chávez no se equivoco con esta propuesta civilizatoria, allí esta uno de sus principales legados y acciones para el mundo.
Excluyendo lo hypercríticos, que a veces somos con nuestros avances y virtudes, y a pesar de injustificados temores, debilidades ideológicas, desdibujados intereses, las criminales sanciones en que estamos sometidos; la guerra proxi contra nuestro pueblo y la economía; los tantos errores cometidos y la demencial corrupción; en nuestra Venezuela se viene construyendo el sueño de Chávez. Aunque muchos no lo crean, avanzamos en la construcción de nuestra propia civilización mestiza.
Desarrollar y avanzar en el ecosocialismo bolivariano, hace falta desarrollar la conciencia de los hombres. Ese hombre es la conciencia de Chávez.
Por último y no menos importante, la era post-pandemia Covid-19, nos obliga a seguir cuidándonos y mantenernos unidos en la construcción de nuestra propuesta civilizatoria. El Ecosocialismo esta demostrando ser una de las pocas opciones que en conjunto tenemos para “preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana”.
Se trata, de generar y ampliar en cada uno de nosotros, el espíritu libertario exigido, para construir sociedades más justas y un mundo fundado en una nueva geo-política de paz, unión y equilibrio, como nos los sigue inspirando y aspirando el espíritu de Chávez.
¡Viviremos y venceremos!
CALPU