lahaine.org
Cuba, Cuba :: 01/05/2023

Cobarde

Michel E Torres Corona
“Valiente es el que tiene más vergüenza que miedo” (Che)

Hace poco tuve el placer de leer el libro autobiográfico Tan solo con 16, escrito por el general Rogelio Acevedo y publicado por la Casa Editorial Verde Olivo. En esta obra, Acevedo narra sus experiencias como guerrillero, uno de los más jóvenes en incorporarse al Ejército Rebelde. Son entrañables páginas, muy honestas, que narran con lujo de detalles todas las peripecias y dificultades que protagonizara el entonces joven teniente en la Sierra Maestra y en la invasión hasta el Escambray, culminando con la épica batalla de Santa Clara.

Si tuviera que elegir una frase que sintetizara todo el libro, escogería una dicha por el Che a sus subordinados: “Valiente es el que tiene más vergüenza que miedo”. Acevedo no extrapola la frase ni trata de buscarle un mayor significado: la aplica en su narración como mismo la aplicara en su vida de guerrillero, con sentido práctico. Ser valiente implicaba tenerle miedo al miedo, implicaba no la ausencia irracional de ese sentimiento sino la decisión consciente de vencerlo para no ser tildado de cobarde.

El valor personal ha sido, para la historia de Cuba, un elemento constitutivo sine qua non de la autoridad moral y política. Desde el siglo XIX, con los mambises, un jefe que no cargara al machete de primero contra los españoles tenía escasas posibilidades de dirigir en el Ejército Libertador. De ahí que las bajas entre oficiales eran tan numerosas: sin dinero, sin comida, sin avituallamiento alguno… ¿con qué llamar a la muerte a esos soldados de la manigua? Solo con el ejemplo, solo apelando a la vergüenza.

En la Sierra Maestra ocurriría lo mismo. Pese a la persistente voluntad del alto mando rebelde por preservar a los cuadros más valiosos, la dinámica misma de la guerrilla compulsaba a sus tenientes, capitanes y comandantes a asumir las posiciones de mayor riesgo. ¿De qué otra forma llamar a campesinos y jóvenes a que se colocaran en la línea de fuego? Los casi legendarios relatos de arrojo de jefes como Camilo Cienfuegos son prueba de ello, o el hecho de que el Che –y así lo recoge Acevedo en su libro– valorara por encima de todo, aun de las capacidades intelectuales, el arrojo personal.

Un líder histórico como Fidel nunca hubiera tenido la autoridad moral y política que poseyó si no se hubiera expuesto a la muerte tantas veces, desafiándola y venciéndola. El pueblo de Cuba no sigue a cobardes. Se hace sencillo, por ende, entender que aquellos “líderes” que, a distancia prudente, encomiendan a los que aquí vivimos a “tomar la calle”; a esos “agitadores” que pagan por transferencia para que otros acometan actos de vandalismo; a esos que, desde el extranjero, llaman “carneros” a los que elegimos permanecer en nuestro país; a los que se dicen martianos, pero han hecho de la Patria un pedestal por el que no están dispuestos a sacrificar ni una gota de sangre ni un centavo; a ellos nadie los sigue en realidad, salvo las víctimas del (auto)engaño.

El coraje es un valor tan indisolublemente unido al alma de esta nación que hasta sus poetas lo hacen parte de un romance. No extraña que cante Silvio: “Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar”. Por eso y por tantas otras cosas, que no podría explicar aquí, me siento tan identificado con la frase del Che y con esa actitud de asumir la batalla, por cruenta que sea, que recorre el libro del general Acevedo. Porque pueden llamarme muchas cosas, pueden insultarme de muchas formas; pueden no entenderme o no compartir lo que digo y pienso; pero lo que nunca admitiría, bajo ningún concepto, es que alguien me llamase cobarde.

Granma

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal