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Continúan los ataques contra los rebeldes en el norte de Mali
En el norte de Mali continúan los enfrentamientos protagonizados por el Ejército nacional en forma conjunta con las fuerzas francesas, quienes argumentan combatir a las fuerzas rebeldes. La zona de Tombuctú fue bombardeada durante los días sábado y domingo luego de que se efectuase un supuesto “ataque suicida” por parte de los secesionistas.
Según fuentes militares malienses, al menos siete personas murieron en esos ataques desde la noche del sábado hasta la tarde del domingo. A fines de enero se había anunciado que los rebeldes habían sido expulsados de Tombuctú , pero las versiones recientes hablan de nuevas “infiltraciones”.
El portavoz del Ejército maliense, Suleimán Maigua, sostuvo que al menos 600 “rebeldes islámicos” murieron desde el pasado 11 de enero, fecha oficial en la que Francia inició la invasión en el país africano bajo el argumento de luchar por la integridad del territorio maliense. En esa oportunidad el presidente galo Francois Hollande – con la venia de la Organización de Naciones Unidas (ONU)- manifestó que la avanzada militar que ellos avalaban apuntaba a avanzar sobre los “radicales vinculados a Al-Qaeda ” que ocuparon la región norte.
Mientras se suceden los atentados y los bombardeos de bandera francesa, miles de malienses están abandonando sus hogares y se refugian en otras regiones o países. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), unas 229 mil personas ya fueron desplazadas dentro del país africano y otras 147 mil se exiliaron en países limítrofes.
Tombuctú es uno de los bastiones de disputa para mantener bajo control, al igual que Gao y Kidal. A inicios del año 2012 en el norte de Mali se llevó a cabo la rebelión Tuareg, la cual involucró diversas guerras de independencia contra el gobierno. Como consecuencia, el gobierno perdió la región norte ante los Tuareg y ante el grupo militante islámico local Ansar Dine, alineado con Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQIM) quienes luego desplazaron a los Tuareg. En marzo del año pasado, el gobierno de Amadou Toumani Touré fue derrocado por el Capitán Amadou Haya Sanogo, quien había sido entrenado por EEUU.
Francia, antigua potencia colonial de Mali, es uno de los países que más insistió en la vía militar para enfrentar la crisis en esa nación. En sus maniobras recoloniales logró comprometer mayor participación de otros Estados y organizaciones, sea en equipamientos, logística, apoyo político o financiamiento, tales como Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea y la ONU.
Como parte de la estrategia de saqueo del continente africano, el gobierno galo impuso fuerzas especiales en el país vecino Níger para asegurar las minas de uranio. Esa política se condice, por ejemplo, con la que lleva a cabo el Comando África de los EEUU (AFRICOM) cuyo mensaje diplomático al mundo es que las fuerzas del país del norte de América y las fuerzas africanas son socios en la guerra contra el terrorismo y otras formas de conflicto. Se trata del desarrollo de la estrategia de “ayuda humanitaria”, la cual esconde un saqueo económico.
