EEUU: demasiado encono para tantas armas
Quien fue hasta hace pocos años la potencia hegemónica del planeta, esta viviendo su lenta pero inexorable decadencia, con una profunda fractura política interna que tiene liderazgos sombríos y que puede escalar a enfrentamientos muy graves. El atentado contra el ex presidente Trump, en Pensilvania, se enmarca en esa tensión interna, donde lo que sobreabunda son armas y tiradores.
Las primeras noticias que se conocen sobre el atentado contra Trump, que le perforó una oreja, presenta algunas dudas sobre la identidad del tirador, que fue abatido. Fuentes oficiales lo identificaron como Thomas Matthew Crooks, aunque otras dicen que se llamaba Marks Violet. Todos coinciden en que tenía 20 años.
Desde el mismo momento en que sonaron los disparos y se comprobó que el ex presidente estaba fuera de peligro, estalló la guerra de acusaciones entre los distintos bandos. Quién quedó en el centro de la discusión fue el Servicio Secreto que era el encargado de cuidar a Trump en el acto electoral, donde fue atacado. Hasta ahora no hay información pública que permita asegurar que el atentado fue fruto de una conspiración o la obra de un tirador solitario.
La campaña electoral en EEUU es representativa de la crisis del país: Por un lado, se presenta el actual presidente, que no puede disimular su deterioro cognoscitivo y por otro, un oscuro personaje que evitará, si vuelve a ganar la presidencia, ir a la cárcel por sus múltiples fechorías.
Detrás de ese escenario confrontan intereses del complejo militar estadounidense, que necesita alimentar conflictos armados en todo el mundo para engrosar sus ingresos, de los super ricos de la industria tecnológica de Silicon Valley, de los reyes de la industria petrolera, y los intereses del capitalismo financiero especulativo, más conocido como fondos buitres. Las políticas de Estado a las que adhiere, como apoyar a Israel, subordinar a Europa, tratar de detener a China y a los Brics, y saquear a todos los países del Sur, no son suficientes para contener las tensiones internas. En esas peleas se anotan también, de una u otra manera, los trabajadores blancos del viejo cinturón industrial, los afrodescendientes y latinos pobres de las grandes ciudades del este, y los castigados y muy reaccionarios productores agropecuarios del sur.
La narrativa de las disputas políticas en EEUU es decadente. Cualquier oposición política es identificada como proveniente de un enemigo que pone en peligro los cimientos morales de la nación. Para contextualizar el encono de esas disputas es interesante señalar que 3 de cada 10 estadounidenses, y dos tercios de los votantes republicanos siguen sosteniendo que a Trump le robaron las elecciones en 2020. También resulta ilustrativo señalar que el candidato republicano ha sido condenado por agresión sexual (una violación), pero esto no parece importarle a sus votantes.
La grieta estadounidense se da en el contexto de un país donde hay 393 millones de armas y 333 millones de habitantes. Más de un arma por persona, y se supone que los menores de diez años todavía no han comprado su revolver, escopeta o rifle de asalto. En EEUU se necesita tener 21 años para poder comprar alcohol legalmente y estar en un bar, pero a partir de los 18 años se pueden comprar un rifle de asalto. El AR-15 es el rifle mas popular en ese país, y se ha hecho muy conocido por la cultura de videojuegos. Fue utilizado por quien atentó contra Trump, pero también en distintas masacres producidas en establecimientos educativos.
Hace un par de días, las declaraciones del técnico de la selección uruguaya, el argentino Marcelo Bielsa, puso el dedo en la llaga criticando la Organización de la Copa América, afirmando que los campos de juego son un desastre y que la seguridad en los estadios es pésima. No lo dijo Bielsa, pero habría que recordar también que la Copa América se inauguró con la predica pública del pastor evangelista ultraconservador Emilio Agüero Esgaib, conocido por sus posiciones contra el aborto, derechos de las personas transexuales y lo que denomina "ideología de género". Es decir, llevaron la polémica interna del país a la inauguración de un certamen continental de fútbol.
Como era de suponer, la audacia de un sudaca de decir que "el rey está desnudo" generó una catarata de insultos de la prensa norteamericana y también de comunicadores argentinos y uruguayos que trabajan para la prensa monopólica.
Horas después, el atentado contra Trump, vuelve a evidenciar que la decadencia imperial es una realidad, existe, como las brujas de Garay, aunque "mencionarla es pecado".
tramas.ar