El ejército israelí arrasa Yenín y otras ciudades de Cisjordania
La población palestina de Yenín ha vuelto a salir de sus casas tras diez días encerrados debido a la operación del ejército israelí bautizada como “Campamentos de verano”. La retirada de los militares y la entrada de periodistas han permitido evaluar los daños y el escenario es el de una ciudad totalmente arrasada. Además, al menos 21 personas han fallecido, lo que incluye tanto civiles como combatientes armados de distintos grupos. Teniendo en cuenta las ofensivas realizadas en otras ciudades cisjordanas como Tubas o Tulkarem, el balance total de muertos asciende a 38.
Como suele ser habitual, los tanques y otros vehículos militares entraron en Yenín acompañados de buldóceres, que se encargaban de la destrucción de decenas de viviendas y de infraestructuras civiles básicas. El ataque a cañerías o generadores de energía ha dejado a miles de personas sin luz y agua, situación que podría alargarse durante semanas. Sumado a esto, desde la municipalidad afirman que el pavimento de un 70% de las calles ha quedado total o parcialmente destruido, así como las carreteras de acceso a la ciudad.
Durante los diez días de ofensiva, el ejército israelí aplicó un estricto toque de queda y limitó fuertemente las entradas y salidas de Yenín, obstaculizando el tránsito de mercancías y el traslado de heridos a los hospitales. En los compases iniciales, asimismo, se impuso un bloqueo al Hospital Gubernamental y sus entornos fueron declarados como “zona militar cerrada”. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas no ha dudado en calificar las acciones israelíes de “tácticas de guerra letales”, reconociendo una “destrucción generalizada”.
Más allá de Yenín, la operación a gran escala ha incluido la práctica totalidad de Cisjordania, siendo especialmente virulenta en los campos de refugiados de las principales ciudades del norte, donde la resistencia armada palestina se encuentra más activa. Uno de los principales escenarios fue el campamento de Nur Shams en Tulkarem, al que el ejército israelí mantuvo bajo asedio más de una semana y que ha quedado totalmente arrasado. Entre los siete fallecidos registrados se encuentra Abu Shuyaa, miembro de Yihad Islámica y líder de las Brigadas Tulkarem.
En otros puntos, como el campamento de Far’a en Tubas, al menos siete personas perdieron la vida, incluyendo cinco en un ataque aéreo contra un vehículo en el que habría sido abatido el cabecilla de las Brigadas de Yenín. Las incursiones israelíes también se extendieron a la mayoría de las ciudades de Cisjordania, como Hebrón o Ramala, donde se realizaron decenas de detenciones. En el pueblo de Beta, cercano a Nablus, la activista turco-estadounidense Aaysenur Ezgi Eygi fue asesinada por el disparo de un francotirador durante una protesta.
Todo lo anterior ha llevado a muchos analistas a calificar la ofensiva como la más grave desde principios de siglo, en el contexto de la Segunda Intifada. El levantamiento palestino, desencadenado en el año 2000 tras la visita del entonces primer ministro israelí, Ariel Sharon, a la Explanada de las Mezquitas, se alargó durante más de cuatro años, causando la muerte de más de 3.000 palestinos y de 1.000 israelíes. Entonces, como ahora, la ciudad de Yenín fue uno de sus principales escenarios, siendo este el germen de las Brigadas de Yenín, un grupo que incluye combatientes de distintas organizaciones.
Al tiempo que las conversaciones para un alto el fuego en la Franja de Gaza siguen estancadas, el gobierno israelí continúa tensionando aún más la situación en Cisjordania. Según datos del Ministerio de Salud, ya son 692 los palestinos asesinados en Cisjordania desde el ataque de la Resistencia Palestina el 7 de octubre de 2023, incluyendo 159 niños.
A esto hay que sumarle cerca de 10.000 detenidos, muchos de ellos bajo régimen de “detención administrativa”. Al ser preguntado por la reciente ofensiva, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se limitó a comentar que se encontraban “cortando el césped”; otros altos cargos manifestaron su deseo de que se declare en toda Cisjordania el “estado de guerra”.
Todo esto ocurre mientras las cifras de territorios confiscados y la legalización de asentamientos no ha dejado de aumentar en los últimos meses. Asimismo, muchos miembros del gobierno israelí no esconden su intención de anexionar definitivamente Cisjordania. El ejemplo más reciente fue el mapa presentado en televisión por el primer ministro Benjamín Netanyahu, en el que Cisjordania no aparece mencionada y queda completamente integrada dentro de las fronteras de Israel.
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