El Estado Español participara en la flota de la UE que protegerá a buques israelíes y comerciantes
España levantó el veto y habrá misión militar europea al Mar Rojo para apoyar los ataques de Estados Unidos y Reino Unido a Yemen. El Comité Político de Seguridad de la UE, que reúne a representantes diplomáticos de los 27 países miembros, llegó a un acuerdo para fletar tres barcos militares para proteger a los barcos mercantes israelíes o de empresas con intereses en Israel de los ataques de la milicia yemení. Según publicó Infolibre, el 22 de enero los ministros de Exteriores harán oficial el anuncio y en febrero los barcos estarán en el Mar Rojo, en teoría, en una misión solo defensiva que no les permite realizar ataques contra las posiciones hutíes en tierra.
El acuerdo contradice las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, el pasado 12 de enero, en las que aseguraba que España no iba a participar de la misión en el Mar Rojo. La ministra ya había adelantado que se mostraba más partidaria de una “misión específica” en la zona con “alcance, medio y objetivos propios” para proteger el transporte marítimo. Esta opción ha sido recogido por los 27 descartando la otra que estaba sobre la mesa: utilizar los barcos de la Operación Atalanta que luchan contra la piratería en las costas de Somalia bajo el amparo de la UE.
Este vuelco en la política exterior española es coherente con un incremento en el gasto militar y con la extensión de las misiones militares en el exterior que llevan tiempo denunciando diversas plataformas antimilitaristas. Una de ellas, el Centre Delás Per la Pau, ha hecho público su último análisis del gasto militar este 17 de enero. En este informe, firmado por Pere Ortega, desgrana el espectacular aumento del gasto militar protagonizado por el Gobierno de Pedro Sánchez en los últimos años.
Según este analista, el compromiso adquirido por Sánchez ante el presidente de EE UU, Joe Biden, de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar en 2029, se ha traducido en una aumento del gasto en armas “hasta alcanzar cifras nunca vistas en 45 años de democracia”. Según su detallado informe, en los cuatro años de legislatura del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos se han llevado a cabo inversiones de 24.139 millones de euros en programas de armamento, unos gastos que “aumentan la deuda y hipotecan el gasto de futuros gobierno hasta el año 2035”.
Estos compromisos de gasto han hecho que el presupuesto del Ministerio de Defensa haya aumentado un 23,4% en 2023 y conseguirán con los aumentos esperados en 2024 alcanzar el ansiado 2%. De hecho, matiza Ortega, en 2023 “ya se superó el 2% del PIB si atendemos a los criterios que aconseja la OTAN” sobre cómo calcular el gasto militar, unas recomendaciones que el Estado español se empeña en ignorar y solo considera como gasto militar el del Ministerio de Defensa.
Si se tuvieran en cuenta los gastos militares “camuflados” en otros ministerios, como la seguridad social y pensiones del personal militar, la mutua militar, las misiones en el exterior o los gastos en organismos militares como la propia OTAN hace tiempo que ya se hubiera superado ese 2%. Es más, si se contabilizara, además, la diferencia entre presupuesto inicial y el liquidado a final de año, y los intereses de la deuda, el gasto militar real alcanzaría en 2023 el 2,17% del PIB.
Para poder hacer frente a todos los programas de armamento, el Gobierno de coalición, analiza este experto del Centre Delás, ha tenido que modificar los límites del gasto de la I+D militar española e incrementar el gasto comprometido para 2024, 2025 y 2026 nada menos que en 20.380 millones de euros. Entre 2024 y 2030 el gasto en I+D militar asciende a 75.721 millones de euros.
Entre los que ganan con esta nueva carrera armamentística, Ortega destaca “los intereses corporativos de las industrias militares y corporaciones que rodean el complejo militar industrial español, que recibirán las inyecciones en ayudas en I+D además de los contratos para producir los armamentos”. Pero también hay quien pierde con estas apuestas, dice este analista: “Los que pierden son aquella parte de la población que necesita de la ampliación y mejora de servicios públicos y ayudas sociales para mejorar su calidad de vida, como son la salud, la educación, la vivienda, las pensiones, el trabajo y la cultura, entre otras”.
La cumbre de la OTAN en Madrid de junio 2022 inició “una deriva militarista sin parangón” en el pasado y “tendrá graves consecuencias sociales en el futuro”, dice el informe. Una carrera armamentística que no es exclusiva de España sino que va de la mano con lo que ocurre en otros países y “nos aboca un mundo más belicista e inseguro, pues ese armamentismo acrecentará las posibilidades de nuevos conflictos en detrimento de la deseada convivencia y paz mundial”.