El narco-Ejército de Colombia bombardea y mata a 14 menores

La muerte de por lo menos 14 menores de edad en un bombardeo del Ejército de Colombia contra unas viviendas campesinas en un paraje de difícil acceso en el selvático departamento de Guaviare, en el sur amazónico del país, se ha convertido en un nuevo escándalo para el narco-gobierno de Iván Duque. La operación amenaza con acorralar al nuevo ministro de Defensa, Diego Molano, cuando apenas lleva un mes en el cargo.

La llegada de familias de varios lugares del departamento al casco urbano de San José del Guaviare, la capital regional, así como la información de organizaciones sociales, han permitido “establecer hasta el momento (…) que en dicho bombardeo llevado a cabo el 2 de marzo en la vereda de Buenos Aires habrían muerto aproximadamente 14 menores de edad”, denunció el periodista Hollman Morris, quien forma parte del movimiento político del excandidato presidencial Gustavo Petro. Morris, también excandidato a la alcaldía de Bogotá, incluso mostró en su canal de YouTube una “lista preliminar” de los menores que habrían muerto en el ataque militar, con edades de hasta 9 años.

El narco-ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, durante una rueda de prensa sobre el bombardeo del pasado 2 de marzo en Guaviare.

“Desde meses atrás se han perdido, se han desaparecido, varios niños de diferentes veredas. Hay un reclutamiento forzado que se ha convertido en una pandemia en el país, y en eso andan los paramkilitares, el narcotráfico, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia [un grupo heredero de los paramilitares], reclutando menores de edad”, explicó Morris la mañana de este miércoles a periodistas desde Villavicencio, la ciudad que es una puerta de entrada al sur del país. Añadió, sin embargo, que los niños asesinados vivían con sus padres campesinos y en la zona bombardeada no hay guerrilleros.

Cuando se produce la noticia del bombardeo, explicó, empezaron a aparecer familias campesinas preguntando por sus hijos. “Hemos podido establecer que hay tres menores heridos en el hospital de San José del Guaviare, que aquí en la morgue de Villavicencio hay alrededor de tres cadáveres identificados de menores de edad y que hay otros 8 o 9 sin identificar”, aseguró.

Gran escándalo social produjeron las declaraciones del narco-ministro de Defensa que inicialmente reportó en sus redes sociales que habían sido “neutralizados” 13 integrantes de la disidencia de las FARC en el bombardeo, y luego, ante el alud de pruebas, acusó a los niños asesinados de terroristas. “Esas estructuras que están allí son jóvenes combatientes que protegen a un terrorista y que buscan afectar a la sociedad colombiana”, aseguró Molano en unas declaraciones que han recibido todo tipo de críticas.

Insistía en llamar jóvenes a niños de 9 años: “La discusión aquí no es la legitimidad de nuestra fuerza pública para desarrollar estas operaciones, sino cómo las disidencias de las FARC siguen reclutando a estos jóvenes y los convierten en maquinas de guerra”, añadió el narco-ministro.

El escándalo se conoce en medio de un clima de deterioro de la seguridad que incluye el incesante asesinato estatal y paramilitar de líderes sociales, ambientalistas y excombatientes de las FARC que firmaron el acuerdo de paz, una reciente oleada de masacres y repetidos episodios de brutalidad policial que han despertado indignación ciudadana. El Ejército se ha visto acusado en años recientes por una larga cadena de escándalos que van desde interceptaciones ilegales a periodistas y opositores hasta violaciones de niñas indígenas.

Molano, del Centro Democrático, el partido de Gobierno para el que la seguridad (de los negocios) es una de sus principales banderas, es el tercer ministro de Defensa desde que Duque asumió el poder en agosto de 2018. Fue designado hace un mes para reemplazar a Carlos Holmes Trujillo, quien murió en enero a causa de la covid-19 en el Hospital Militar de Bogotá. Holmes Trujillo asumió tras la renuncia a finales de 2019 de Guillermo Botero, que enfrentaba una inminente moción de censura en el Congreso que obtuvo respaldo precisamente cuando el senador Roy Barreras denunció que había ocultado el asesinato de ocho menores de edad en un bombardeo contra un poblado campesino.