El Pentágono estadounidense podría crear un segundo Estado kurdo

Los mercenarios kurdos del PKK/YPG que administran el noreste de Siria sirviendo de fachada a la ocupación estadounidense izaron, el 12 de diciembre, la bandera del nuevo régimen en las instituciones bajo su control como expresión de la unidad del país.

Al mismo tiempo, tropas de Turquía se concentran en la frontera con Siria, frente a la localidad de Ain al-Arab (Kobane).

Todos los observadores coinciden en que, sin apoyo militar de EEUU, los mercenarios kurdos no podrán resistir por mucho tiempo ante una ofensiva turca.

Después de que las fuerzas del llamado Ejército Nacional Sirio (principalmente turcos o miembros de etnias túrcicas) expulsaron a los kurdos de su bastión de Tall Rifaat, en la región de Alepo, y posteriormente de la ciudad de Manbij, EEUU negoció un alto al fuego provisional entre Turquía y los kurdos del PKK/YPG. Ese alto al fuego ya está siendo violado.

En 1991, la Operación Tormenta del Desierto permitió a EEUU crear un primer Estado kurdo en Irak, una zona administrada de hecho por los kurdos. En 2011, la guerra contra Siria también permitió a EEUU crear –tan artificialmente como en Irak– una zona bajo control kurdo.

Pero la comisión King-Crane, organismo imperialista creado por el presidente estadounidense Woodrow Wilson en 1919, había indicado que el Kurdistán debía crearse sólo en Turquía y advertía contra todo intento de expandir, en detrimento de otras minorías, el territorio que asignaba a los kurdos.

El referéndum por la independencia realizado en 2017 en el Kurdistán iraquí debía permitir la creación de un Estado satélite de Israel, pero Turquía, Irán e Irak se opusieron a aquel plan.