El plan de juego antisindical del Proyecto 2025

Un manual radical para los primeros 180 días del nuevo mandato de Trump. Pero pocos se han centrado en su plan para amordazar a los sindicatos y atacar los derechos de los trabajadores.

Los patrocinadores corporativos de la campaña de Trump ya revelaron sus intenciones. En el «Proyecto 2025: Proyecto de Transición Presidencial», la Fundación Heritage dio a conocer su lista de deseos de 900 páginas para una nueva presidencia de Trump y un Tribunal Supremo obediente.

La vez anterior, la victoria de Trump fue una sorpresa y muchos empresarios vieron su caótico mandato como una oportunidad perdida. Esta vez, Heritage, que es un portavoz de los grandes grupos empresarios, elaboró una larga lista de personas que quisieran que Trump contrate y nombre y un plan de tierra arrasada para sus primeros 180 días.

El primer día, quieren despedir a la mejor consejera general de la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) que hemos, al menos a lo largo de mi vida, Jennifer Abruzzo. A continuación, el Proyecto 2025 prevé reclasificar a miles de empleados de la función pública por orden ejecutiva para que puedan ser despedidos y sustituidos por las tropas leales de las corporaciones.

A partir de ahí, el plan es arrasar con las protecciones que los trabajadores estadounidenses construyeron a lo largo de cien años de determinación, sacrificio y unidad. Es algo horrible: abolir las leyes de pago de horas extras, ilegalizar por completo los sindicatos del sector público, deshacerse de las protecciones en salud y seguridad, eliminar el salario mínimo federal, dificultar el cobro del desempleo y volver a poner a los niños a trabajar como en los años veinte.

En cuanto a los trabajadores del sector de la construcción, eliminarían los requisitos para el pago del salario predominante y los acuerdos laborales en los proyectos federales. Y aún hay más. Quieren deshacerse del Departamento de Educación. Prohibir la enseñanza de la historia de las mujeres y de los afroamericanos en las escuelas, ¡para que no se nos ocurran ideas sobre cómo cambiar las cosas! También prohibir el aborto en todo el país. (La AFL-CIO detalla toda la alarmante lista aquí).

Prueba piloto en Florida

Soy de Florida, donde se están poniendo a prueba partes de este libro de jugadas. Mi antiguo sindicato, AFSCME Local 3340, representó a los trabajadores de limpieza, secretariado y técnicos de la Universidad de Florida en Gainesville durante cincuenta años.

El otoño pasado, el contrato se hizo trizas y al sindicato se le quitó la certificación en base a una ley promulgada por la legislatura republicana que exigía un 60 por ciento de afiliación paga. Florida ya es un estado de derecho al trabajo [que sea un «right-to-work state» significa que sus leyes permiten a los empleados trabajar en una empresa sin tener que unirse a un sindicato ni pagar cuotas sindicales], por lo que los afiliados pueden obtener los beneficios de un sindicato sin afiliarse.

Un amigo que trabaja en la planta de tratamiento de aguas de la ciudad perdió la protección de su sindicato (Communications Workers of America) de la misma manera. Dijo que los trabajadores más jóvenes de su lugar de trabajo no saben lo que implica trabajar sin sindicato, por lo que se negaron a afiliarse y dejaron que al sindicato se le quitara la certificación.

El Proyecto 2025 quiere llevar esta pesadilla a todo el país.
Ya estamos viviendo las consecuencias de los tres nombramientos de Trump en el Tribunal Supremo. El tribunal acaba de deshacerse de la doctrina de deferencia Chevron, [por la que los tribunales debían mostrar deferencia a las interpretaciones razonables de las agencias administrativas sobre las leyes que administran, siempre y cuando el Congreso no se hubiera pronunciado de manera directa y clara sobre el tema], por lo que ahora, cuando las corporaciones demanden por regulaciones que no les gusten, los jueces ya no tienen que referirse a la interpretación de la NLRB o de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional sobre lo que significa la ley y pueden aplicar sus propias opiniones antiobreras.

Un 2025 mejor

¿Cómo responder? En primer lugar, podemos hacer saber a nuestros compañeros de trabajo que esta agenda antiobrera es el verdadero libro de jugadas para una futura administración Trump, no importa lo que el propio Trump pueda decir sobre ponerse del lado de los estadounidenses de a pie. Aunque Trump tomó alguna distancia del plan 2025, muchos de sus antiguos colaboradores forman parte de él y están listos para ocupar puestos clave. Saben que ante el bloqueo del Congreso, «el personal es la política».

En segundo lugar, tenemos que exigir un programa positivo para reconstruir nuestro país y presionar a los candidatos que se muestren pusilánimes al respecto para que se lo tomen en serio: por un salario mínimo de 25 dólares la hora, derechos de sindicación realmente aplicables, asistencia sanitaria para todos sin interferencias de las compañías de seguros, impuestos a los ricos para financiar totalmente las escuelas y el transporte público, un seguro de desempleo que no se agote, prestaciones de la Seguridad Social más sólidas y la continuación de la tímida inversión de Biden en puestos de trabajo para una nueva economía verde que detenga el cambio climático.

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