Elecciones en Uruguay: "Hermano, ha muerto una esperanza"
En la historia de América Latina el populismo es un fenómeno que expresa conflictos llevados adelante por los sectores populares y que logran ser mantenidos dentro del marco capitalista en virtud de: a) una política redistributiva relativamente amplia; b) una movilización controlada de esos sectores a partir del aparato estatal y en forma vertical. Lo que aquí llamamos “populismo simbólico” es un estilo político populista pero sin el contenido distributivo del viejo populismo, sin movilización social. No hay hoy en Uruguay un proyecto burgués nacional expansivo sino un proyecto burgués exangüe y agotado, al que este populismo simbólico está ayudando a sobrevivir.
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No podemos dejar de mencionar en este cuadro, aunque sea un tema en el que no podemos entrar aquí, a la situación de la llamada “izquierda radical” y su decadencia continua en todo este período. A medida que el Frente Amplio tradicional (alternativa ambigua al régimen burgués) se reconvierte a sí mismo y pasa a ser sin ambigüedad un gestor del capitalismo, el sector político de “intención revolucionaria” tanto dentro y fuera del FA deja prácticamente de existir como alternativa política. Podríamos señalar muchos factores para ello, pero hay uno que tiene que ver directamente con lo expuesto. El levantamiento de una alternativa aparentemente “de izquierda” dentro del FA y además ahora como opción hegemónica, reduce drásticamente el espacio político de esa izquierda de pretensión revolucionaria. Porque además, y este es el gran tema, gran parte de ella no rompió a tiempo sus lazos ideológicos con el populismo, no se preparó en nada para lo que venía.