Ernesto Sabato, símbolo del doble discurso K
No son pocos quienes han comprado esta cara de la moneda que han vendido publicistas con millonarias campañas. La utilización de figuras "reconocidas" de la cultura nacional ha contribuido enormemente a esa imagen que, lejos de la realidad, ha logrado este gobierno.
Sin embargo, de una de esas figuras podemos tomar el claro ejemplo del doble discurso K: Ernesto Sabato.
Si algún hombre o alguna mujer hubiesen sido congelados en el tiempo, allá, cuando se iniciaba el exterminio de toda una clase dirigente (obrera, social, estudiantil; en fin, política) y despertara hoy, pensaría, seguramente, que es el actual gobierno (salido del seno burgués y mafioso que dejó la dictadura -¿o acaso no viene del duhaldismo?-) quien dio luz a la oscuridad.
Es muy posible que, quien por error, omisión, o falta de información (o exceso de información manipulada) piense que es este gobierno quien puso fin a la impunidad militar que permitió la libertad de los genocidas hasta hace no mucho.
Hay quien olvida, o quien no sabe, o quien no entiende, que el tapete estaba desde antes. Que no fue un gobierno "bueno y caído del cielo" quien sacó la basura de debajo de la alfombra.
En todo caso, sí fue el gobierno oportunista que absorbió la incansable lucha de 30 años de los organismos independientes de Derechos Humanos: Madres, Abuelas, HIJOS, H.I.J.O.S, etc.
Y ahí están los frutos de la "justicia del buen Gobierno", lo que podríamos llamar "la política de los museos": el de la ESMA, que nunca se sabe bien cuando estará listo, ni para que; o, el que más nos interesa por su carga simbólica: la Casa-museo Sabato.
Hace poco más de dos años atrás, el día miércoles 6 de septiembre de 2006, el gobierno decidió darle un subsidio de un millón y medio de pesos a Ernesto Sabato, para realizar una Fundación-Museo con el nombre de este "intelectual comprometido", o en palabras de Cristina Fernández de Kirchner, el gran "difusor de lo nuestro, de esa cultura de los mejores intelectuales, me parece impresionante".
Ahí está, el gran ejemplo intelectual.
Decía Sabato en el prologo del Nunca más: "Durante la dé cada del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. (…) a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos."
Ahí está el "ejemplo de intelectual comprometido" que ama este gobierno: el impulsor de la teoría de los dos demonios.
¿Qué hacía Sabato mientras malos y "malos" desplegaban una "guerra" contra todos los "pobres" ciudadanos, guerra que, pareciera, para el "querido Ernesto" no tenía la intención de instaurar ningún sistema socioeconómico particular, ni la lucha contra una modalidad de golpes, quita de libertades, exclusión, etc.?
Escribe Osvaldo Bayer en "Rebeldía y Esperanza" (1): "El tema de la violencia en la Argentina ha sido siempre tratado por sus intelectuales con una superficialidad que huele a cierto tufillo de oportunismo. Los 'yo estoy contra toda violencia' fueron respuestas características de los consagrados y no consagrados en los años setenta. A medida que la violencia del Estado iba imponiéndose, las críticas a la posición de nuestros intelectuales se volvían suaves justificativos ('estamos contra la violencia, tanto de izquierda como de derecha')."
Y continúa Bayer, en la página 37 de ese mismo libro: "Las declaraciones de Ernesto Sabato a la revista Alemana Geo (2) son ejemplares en ese sentido. Para él –como para la mayoría de los intelectuales del establishment de esos años- la violencia era la de abajo. 'La inmensa mayoría de los argentinos –escribe (Sabato) en ese artículo- rogaba casi por favor que las fuerzas armadas tomaran el poder'(3). "
"Y Saludando a la represión de Videla" prosigue Bayer en su libro, Sabato expresaba: "Sin duda alguna, en los últimos meses, en nuestro país, las cosas han mejorado: las bandas terroristas armadas han sido puestas en gran parte bajo control'. Sabemos lo que significó para las víctimas estar 'bajo control'".
En "Rebeldía y Esperanza" Osvaldo Bayer dedica todo un capítulo a debates con Sabato (y otros intelectuales), en los que demuestra que "El ejemplo de intelectual", según nuestra presidenta, estrechaba sus manos y sus pensamientos con los genocidas, mientras Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Raymundo Gleyzer eran desaparecidos en manos de quienes daban seguridad y satisfacción al "querido Ernesto".
¿Por qué, entonces, es este personaje elegido como "el intelectual" por este gobierno? ¿Acaso no saben lo que Sabato hizo y significa? ¿Por qué no son Walsh o Conti (o tantos otros desaparecidos) el ejemplo de intelectual honesto y comprometido que merezcan una casa-museo?
Tal vez se trate de homenajear a alguien que haya tenido la suerte de sobrevivir a la máquina de la muerte. Entonces, ¿por qué no alguno de nuestros grandes intelectuales exiliados, y sí Sabato, que caminaba orgulloso, sin correr peligro alguno, por Buenos Aires mientras los genocidas hacían sus tareas?
He aquí el símbolo del doble discurso Kirchnerista: un intelectual comprometido con la dictadura, que, oportunista, aprovechó la democracia para poner el rostro humano de los comprometidos con la democracia, dejando ver siempre, el odio y la militancia contra los luchadores populares, los de abajo, los mismos que habían metido las patas en las fuentes de plaza de mayo, y que Sabato detestaba, como lo demostró en un debate epistolar con Jauretche.
Claro está que podrán decir que esa doble cara K se demuestra, más que en el símbolo, en lo concreto, en la práctica. Y es verdad.
Pero son muchos los que aún viven bajo la farsa de la democracia burguesa como lugar donde encontrar justicia e igualdad. Y son muchos, además de Sabato, los símbolos que dan los gobiernos en ese sentido.
Pero es el actual binomio K el que ha jugado y juega con los derechos humanos como propaganda hipócrita. En los hechos, no ha habido gobierno desde el retorno de la "democracia" que atente más contra los Derechos Humanos y la libertad, que el actual.
Son más de 5 mil los procesados por luchar; los trabajadores ocupados y desocupados; los estudiantes que enfrentan la injusticia y que son reprimidos con gendarmes, con policía, para luego ser perseguidos y puestos "fuera de servicio", para callarlos y que "no jodan más", términos que recuerdan más a los militares de los 70' que a quienes lucharon contra ellos.
Mediante estos mecanismos, el actual gobierno mantiene presos a más de 50 hombres y mujeres que no han matado, no han robado, no han violado: solamente han luchado y reclamado por sus derechos, y por una vida justa.
Los Derechos Humanos, que contemplan trabajo, salud, educación, alimentación, etc., son violados permanentemente: desocupación, condiciones de trabajo indignas, aumento de la explotación en base a reglamentaciones "legales", aumentos de salario mentirosos (no cubren en ningún caso el porcentaje inflacionario del mismo período); falta de inversión en hospitales públicos, falta de insumos, imposibilidad de atenderse en forma rápida y efectiva; falta de inversión en educación, malos salarios para docentes, falta de políticas públicas para el sector, condiciones edilicias y de higiene lamentables, falta de útiles, currículas desastrosas…
Todo esto, mientras el gobierno nos asegura que nadie jamás se ha ocupado tanto de los Derechos Humanos.
En este entorno se inscribe Sabato como símbolo del doble discurso Kirchnerista: millonarias sumas a quienes han respaldado a los genocidas. Mensaje que, más clara que solapadamente, nos dice: no reclames, no te quejes, no busques ni pelees por un mundo mejor.
Notas
*1 Grupo Editorial Zeta, 1993
*2 "GEO magazín" N°1 – 1978. Pág. 127
*3 Argumento que hoy día utilizan "Tata" Yofre, o Nicolás Márquez (amigos de Cecilia Pando) en sus libros Pro-golpistas "Nadie Fue" y "Fuimos todos", en caso del primero, y "La otra parte de la verdad" y "La mentira oficial" de segundo.