Este 17 de octubre viene raro

Sobre el 17 de octubre de 1945 se han contado muchas historias. La que a mi me contaron algunos de mis compañeros de trabajo del frigorífico Swift de Berisso que participaron en esa jornada, fue que lo de pelear por salarios y derechos laborales venía desde muy atrás. Y que por aquellos años con una fábrica manejada por los ingleses hacer sindicalismo era muy peligroso.

Me contaron también que cuando apareció Perón, desconfiaron porque era milico. Pero que el hombre fue cumpliendo lo que acordaban y fue como una ventanita que se les abría a los trabajadores en el Estado por donde hacer conocer sus reclamos y conseguir conquistas. Y que el día que cerraron esa ventana, porque al hombre lo metieron preso, se pudrió todo. Me reconocieron también que eso de que fue una fiesta es puro cuento. Se juntaron en Plaza San Martín de La Plata y le hicieron una pasadita al oligarquico Jockey Club, donde volaron algunas piedras. Y después, cuando iban por diagonal 80, camino a la estación, le dejaron saludos al Diario El Día.

He escuchado otras historias: que el 17 de octubre lo organizó Perón, la CGT y algunos milicos, y que ese día empezó la lucha de los trabajadores en la Argentina. Mentiras, puras mentiras de los burócratas.

He leído a algunos autores oligarcas que dicen que a los trabajadores los reclutó la policía y que fueron mansos como corderos. Mentiras, puras mentiras de los gorilas.

También he escuchado que el 17 de octubre no fue parte de la lucha de clases. Porque según parece hubo algún partido de izquierda que no estuvo presente para legalizar la movida desde el punto de vista revolucionario. Mentiras, puras mentiras de la izquierda gorila.

Este 17 de octubre, viene raro. Desde hace bastante tiempo que se manifestando la bronca contra las tropelías del gobierno de Milei. Empezó como un murmullo, pero después las voces fueron creciendo. Pareció que la CGT se iba a poner al frente, pero después se tomaron vacaciones y empezaron a rosquear como lo han hecho con todos los gobiernos. Y en su lugar convocaron los movimientos territoriales, los jubilados, los trabajadores de salud y el frente de docentes, trabajadores y estudiantes de las Universidades.

Liderazgos políticos no hay. Pero si peleas por liderazgos en el justicialismo. Este 17 de octubre el gobernador Kicillof convocó a la puerta del ex frigorífico Swift en Berisso, y los kirchneristas fueron a la Federación de Box. Y en los próximos días puede haber internas en el Partido Justicialista para disputar quien va a ser el Jefe o la Jefa del peronismo.

Cuando las calles empiezan a llenarse de distintas generaciones de luchadores sociales, el kirchnerismo puro convoca a un acto en la Federación de Box, un lugar cerrado con capacidad para 3000 personas, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires convoca a regresar a las puertas de un frigorífico cerrado, en un acto que no surge de los trabajadores sino de la estructuras políticas municipales y de la provincia, y gremios con poca vocación de lucha.

El peronismo tiene una estructura política capaz de capitalizar en unas elecciones la bronca contra el mileismo, pero no puede hacer otro 17 de octubre de 1945.

El justicialismo en disputa puede ganar en las urnas, porque no es difícil ser mejor que Milei y Macri, pero para proponer un progresismo lavado, o el mal menor. Ha perdido la batalla en el corazón de los más humildes. Y esta orfandad seguirá presente hasta que se generen alternativas superadoras.

La izquierda puede ser, pero como escribía el revolucionario venezolano Alfredo Maneiro: solo hay proyectos de poder si somos capaces de hacer política de izquierda y más allá de la izquierda.

Este fue un 17 de octubre raro, porque en 1945 fue la lucha social la que buscó un espacio en el Estado y una representación política, y hoy las disputas políticas en el Justicialismo está en manos de una dirigencia con fuerte inserción estatal que no encabeza las luchas sociales.

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