Guerra de Ucrania: Delirio nuclear o amenaza para mejorar negociación

Ucrania y los pronósticos fallidos

Más allá de la propaganda bélica, cualquier analista serio diagnostica que Ucrania y la OTAN han perdido la guerra con Rusia, por como se están desarrollando los enfrentamientos militares en el territorio y por la decisión del presidente Trump de retirar el apoyo de EEUU.

Si hoy resulta fácil describir el presente, no es tan sencillo imaginar el futuro. No debe olvidarse que esta guerra ha sido la de los pronósticos fallidos.

Desde que escaló el conflicto, con la invasión rusa a territorio ucraniano, no se cumplió la suposición del presidente Putin de que se resolvería rápidamente, ni las predicciones de Zelensky de que expulsarían a los rusos de su territorio.

Tampoco se cumplió el pronóstico de que las sanciones impuestas a Rusia por las potencias occidentales debilitarían al gobierno ruso. Por el contrario, la economía rusa se fortaleció, se estrecharon las relaciones con China y el líder aumentó su popularidad interna.

La burocracia de la Comunidad Europea también erró todos sus cálculos y hoy aparece como la gran responsable del debilitamiento industrial de la Eurozona y el aumento de la subordinación a EEUU.

Los "globalistas europeos" han pagado un costo enorme por su seguidismo político y su desprestigio ha sido aprovechado por el crecimiento de los nacionalismos de derecha europeos en Italia, Alemania, Francia, España y los países bálticos.

Lo que sí efectivamente sucedió es que la Federación Rusa empezó disputando el control de la Peninsula de Crimea, que es estratégica como base de su flota del Mar Negro. Después anexó mediante referéndum las provincias de Donetsk y Lugansk y posteriormente las de Jerson y Zaporozhie.

También es seguro que la negociación propuesta por el Kremlin exige que Ucrania asuma la pérdida los territorios conquistados por el ejercito ruso y que renuncie a sus intentos de ingresar a la OTAN. Para el régimen de Zelensky firmar este acuerdo significa una derrota humillante. Pero también quedan muy mal parados el actual gobierno de EEUU y la Unión Europea.

¿EEUU y Zelenski patean el tablero?

La autorizacion por parte del gobierno de EEUU a Ucrania de utilizar misiles ATACMS de mediano alcance han despertado alarmas en todo el mundo porque Putin había amenazado que si utilizaban esos armamentos, significaría que los países de la OTAN "están en guerra". Había advertido también que si la OTAN se involucraba directamente en el conflicto, se sentirían autorizados para defenderse con su arsenal nuclear.

Sorprende que un gobierno que está de salida como el de Biden y un país que está perdiendo una guerra, proponga una ampliación del conflicto con el país con mayor armamento nuclear del planeta. Si esto ocurriera, Europa resultará el continente más afectado porque cualquier episodio de este tipo compromete en primer lugar a los territorios más cercanos.

Lo concreto es que el gobierno ruso ha confirmado que las fuerzas ucranianas ya lanzaron entre 6 y 8 misiles, que fueron desbaratados. Con respecto a lo que puede pasar en los próximos días es difícil hacer pronósticos.

Trump se despega de la autorización para lanzar misiles contra territorio ruso

Fuentes cercanas a Trump ya han manifestado su malestar por el agravamiento del conflicto en Ucrania y culpan al "estado profundo" estadounidense de realizar una maniobra para perjudicar el inicio del próximo gobierno. Esto es posible, pero estando Trump de por medio, puede haber ocurrido lo contrario.

También puede estar sucediendo que el próximo gobierno norteamericano, aliado al complejo militar industrial, esté presionando con estos hechos a Putin para que haga algunas concesiones en una negociación que consideran inevitable.

Los grandes derrotados de la Guerra de Ucrania

Lo único seguro es que en esta guerra, donde las potencias occidentales no consiguieron su objetivo de acabar a Rusia para debilitar a China, hay un saldo de cientos de miles de muertos y todos los que se subieron al tren de Zelensky han quedado muy golpeados.

De hecho, Ucrania es un país desvastado, con una población que se ha reducido a alrededor del 20% por la emigración de millones de familias que hoy se encuentran diseminadas por Europa. Los que sobreviven en el país lo hacen en ciudades que tienen comprometidos sus servicios básicos como agua, gas y electricidad y expuestas a la supremacía aérea del ejercito ruso.

La política de subordinación plena a los intereses estadounidenses del cómico ascendido a presidente, Volodomir Zelenski, ha demostrado ser una decisión fatal. Fue arrastrado a una guerra ajena, que se desarrolló en el territorio que gobernaba y hoy no tiene decisión a la hora de concluirla o ampliarla.

Resulta valioso reflexionar sobre la trayectoria de este gobernante, porque quien hoy preside la Argentina tiene características muy parecidas y un mismo origen de animador de show televisivos. Y vienen precedidos de trayectorias tan inconsistentes como audaces.

Lo que vendrá

Por el momento, el gobierno ruso ha tomado nota del nuevo escenario. El Canciller Lavrov declaró en Brasil que "Esto es, por supuesto, una señal de que (desde Occidente) quieren escalar (el conflicto)".

Horas antes del ataque con misiles el gobierno ruso informó al mundo que había producido cambios en su doctrina nuclear. Ahora considera que un ataque de un Estado no nuclear, si es respaldado por una potencia nuclear, será tratado como un ataque conjunto contra Rusia.

La utilización de misiles de fabricación británica-francesa como son los Storm Shadow que fueron los primeros en ser lanzados al territorio ruso, con colaboración norteamericana, es sin duda una provocación.

Con posterioridad al hecho distintos gobiernos, alarmados por el peligro de una escalada del conflicto se han pronunciado. Los gobiernos de Reino Unido y Francia han avalado esta provocación. No ha sucedido lo mismo con el gobierno de Alemania, cuyo canciller no aprobó la operación. Distintos gobiernos de América Latina como México, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela y Nicaragua han manifestado su preocupación por lo ocurrido.

Se supone que el gobierno de Putin va a contestar a la agresión, pero está analizando la mejor respuesta. No es la primera vez que las fuerzas ucranianas con apoyo de la OTAN realizan actos que cruzan líneas rojas del conflicto, como fue el atentado de buzos estadounidenses que dejó fuera de servicio a los gasoductos Nord Stream, o la incursión en territorio ruso en la provincia de Kursk. En las dos oportunidades, Rusia fue sorprendida y el contrataque demoró, pero fue contundente. La seguridad de estar ganando el conflicto permite asimilar estos golpes de efecto y no actuar en forma desproporcionada o errática.

Por las dudas las embajadas de EEUU, Italia, España, Hungría y Grecia en Kiev decidieron cerrar sus puertas y evacuar a su personal ante la amenaza de un ataque aéreo masivo de Rusia. Pero podría suceder que los estrategas militares rusos elijan otros blancos. En los últimos días el ejercito ruso ha venido incluyendo en los frentes que ataca a la ciudad de Odessa, único puerto importante que conserva Ucrania en el Mar Negro. Si la represalia incluye ocupar esa posición, Ucrania tendría enormes dificultades para sacar su producción agrícola y abastecerse.

No resulta sencillo imaginar lo que vendrá, lo que es seguro es que en la guerra de Ucrania se están viviendo 45 días decisivos. Se seguirán tensando las posiciones y se pueden desembocar en una negociación, en la incorporación de armas nucleares y otros países en el conflicto, en una nueva captura territorial de Rusia y hasta en el desplazamiento de Zelenski. Seguro habrá sorpresas. Estemos preparados.

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