¿Habrá tomado nota Milei del nuevo Consenso de Washington?
No es común que un presidente viaje tres veces a un país y no tenga encuentro con autoridades nacionales. Y es atípico que un presidente participe en otro país en un acto político partidario de oposición y se dirija al presidente de ese país en forma impropia.
La actitud de Milei tuvo consecuencias como el llamado de la embajadora de España a Madrid. Y ante el pedido de disculpas que exige el gobierno español, el gobierno argentino replica lo mismo por las agresiones de un ministro español.
La Unión Europea se pronunció en repudio a las expresiones del presidente argentino a través de Josep Borrell. También se sumaron los grandes empresarios españoles. Milei declaró que no pedirá disculpas.
Lo cierto es que estamos ante un conflicto diplomático entre los dos países. Con EEUU le deseó a Trump su futura victoria, a pesar de que gobierna Biden. Y agravió a Lula. Luego envió dos cartas a Brasilia que no tuvieron respuesta. Y al colombiano Petro.
Fuegos de artificio para distraer de los verdaderos problemas que enfrenta el país. Con el IPC en un dígito, pero el salario perdiendo y el dólar y las tarifas pisadas, la actividad se desplomó a dos dígitos altos y es la razón de la desaceleración. La venta de gaseosas cayó 30 %, la de cerveza 40 %, electro un 50 %, aceites bajó un 54 %, la carne casi 20 puntos y el pescado un 45. Sin embargo, el presidente afirmó "si la gente no llegara a fin de mes se estaría muriendo en la calle, eso es falso".
Evidentemente Milei no ha tomado nota de las nuevas orientaciones provenientes del país elegido como socio estratégico de la Argentina.
Nuevo Consenso de Washington
En primer lugar, las palabras de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en la Cumbre Económica del Instituto Stanford de Investigación de Política Económica. Para la funcionaria el problema de las asimetrías debe abordarse con “inversiones específicas” que estén orientadas a “mitigar la creciente desigualdad” e “impulsar un crecimiento macroeconómico sostenible”. “Corregir las desigualdades”, fortalecerá las estrategias de crecimiento más prometedoras.
En segundo lugar, el discurso de Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional en el Brookings Institution en abril. Allí afirmó que es necesario construir “un nuevo Consenso de Washington” que “persiga una estrategia industrial y de innovación moderna, tanto en nuestro país como con socios de todo el mundo”.
Y agregó: “construir un orden económico mundial más justo y duradero, en beneficio de nosotros mismos y todas las personas del mundo”. Para ello es necesario dejar de lado que “los mercados siempre asignaban el capital de forma productiva y eficiente” y que “la idea de la reducción de impuestos y la desregulación, la privatización por encima de la acción pública y la liberalización del comercio como un fin en sí mismo”. Esto se lograría con una fuerte inversión pública que “supere la desigualdad y sus perjuicios para la democracia”.
En tercer lugar, un informe del FMI titulado “La política industrial está de vuelta, pero acertar con ella no es fácil” de Anna Ilyina, Ceyla Pazarbasioglu y Michele Ruta, que se focaliza en la incapacidad de los mercados para “asignar recursos de manera eficiente” y “subsanar” los problemas del desarrollo económico.