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Mundo :: 15/01/2010

Haití no necesita represión, no necesita tropas

Ivonne Leites

Me van a disculpar, pero yo voy a aprovechar este momento que todo el mundo mira y se conmueve con Haití...

Es que me parece lamentable, y hasta hipócrita que tenga que pasar una catástrofe natural para que todos volvamos la mirada hacia Haití. Las tropas militares Uruguayas están allí desde Marzo del 2004 y pareciera que a pocos les preocupa el porque y el para que.

El 1º de junio de 2004, tropas argentinas, uruguayas, bolivianas y chilenas (entre otras) lideradas por Brasil, ingresaron en Haití como una fuerza de ocupación, mandatada por la ONU. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos Lula, Cristina Kirchner o Evo Morales para hacerla pasar por una "misión de paz" con "objetivos humanitarios", en estos años, las tropas de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH), demostraron que su verdadero objetivo no es más que el de sostener al débil gobierno de René Preval, a la vez que actúan con "poder de policía" persiguiendo y reprimiendo a los trabajadores y el pueblo haitiano. Estos gobiernos que se dicen "progresistas" cumplen, con el aval de los imperialismos europeos, un estricto rol de retaguardia a pedido de EE.UU. dejando libres a las tropas norteamericanas para la ocupación en Irak y Afganistán. La paz es para las multinacionales y los intereses del imperio, no nos engañemos.

Con la excusa de combatir a las bandas criminales y "garantizar el orden", las tropas de la MINUSTAH llevaron adelante verdaderos crímenes de guerra, perpetrando masacres brutales contra el pueblo haitiano, dejando decenas de muertos y cientos de heridos como en los reiterados asaltos a la barriada popular de Cité Solieil en la periferia de la capital. Las tropas brasileras, argentinas, uruguayas y bolivianas han sido acusadas por apremios ilegales, torturas y abuso sexual contra mujeres y niñas de los barrios más pobres, mientras que cumplen una función coordinada en la represión interna junto a la Policía Nacional Haitiana (PNH).

Ante los levantamientos contra la escalada inflacionaria de los alimentos en abril del 2008, la MINUSTAH actuó como verdadero brazo armado en la defensa del gobierno de René Preval, mientras los manifestantes en las calles pedían su renuncia.

De la misma manera las tropas de Lula, Kirchner, Evo, Bachelet y Tabaré persiguen y reprimen a los trabajadores que intentan organizarse contra las terribles condiciones laborales impuestas por las multinacionales en las 18 zonas francas donde existe un régimen de trabajo semi esclavo con jornadas laborales de 12 o más horas.

El 80% de los haitianos viven en condiciones de extrema pobreza. La mortalidad infantil es de 80 por cada mil nacidos. La esperanza de vida ha bajado a los 49 años. El analfabetismo supera el 70% en las zonas rurales. Agua potable o electricidad son productos de lujo y la oscuridad es una situación habitual por las calles de la isla. La economía es una crisis permanente. El 70% del presupuesto procede de las remesas de los inmigrantes que se reparten fundamentalmente entre Estados Unidos y su vecina República Dominicana y que ofrecen al país alrededor de 700 millones de dólares. El resto de los recursos llegan mayoritariamente de la ayuda internacional, cada año más escasa. El 98% de su bosque está desforestado. Sus tierras estériles, una buena metáfora del país, sólo ofrecen miseria. La superpoblación y su demanda de leña y madera, así como la explotación del carbón, han provocado la erosión del suelo y la tremenda escasez de agua potable. El 4% de su población, controla el 64% de su riqueza. Esta pequeña isla puede presumir de haber sido el primer país latinoamericano en proclamar su independencia de las colonias (de Francia en este caso) y el primer país del mundo en abolir la esclavitud.

La mayoría de los países que conforman la MINUSTAH son latinoamericanos. Participa Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay entre otros. Después está el omnipresente Estados Unidos, junto con países más curiosos como Nepal, Sri Lanka y Jordania.

"Haití no vive una guerra. No hay un conflicto militar de un grupo contra otro. Lo que tenemos en Haití es una misión que está asegurando los negocios del capital transnacional, reprimiendo el pueblo.La clase trabajadora del país pasó dos años luchando por el reajuste de su sueldo. El salario mínimo era de menos de 2 dólares por día.En 2007, un diputado propuso una ley para reajustar ese sueldo, pero el proyecto tardó dos años para ser evaluado en el Congreso. En mayo de2009 la ley fue aprobada. Pero la burguesía no la aceptó. El presidente tenía entonces dos posibilidades: derribar la ley o sancionarla. Cumpliendo su papel de felpudo de la burguesía, el presidente reenvío el proyecto al Congreso para ser reevaluado. Todo eso generó una situación de lucha entre los trabajadores. ¿Cuál fue el papel de la Minustah en esa situación? Reprimió todas las luchas de los trabajadores que exigían aumento del sueldo. ¿Qué sucedió después? Una misión de empresarios brasileños llega a Haití a finales de septiembre para identificar los sitios donde implantar las maquiladoras [industrias textiles que se aprovechan de la mano de obra barata].

Los Estados Unidos aprobaron una ley llamada Hope [Haitian Opportunity For Economic Enhancement] que permite que los productos industriales fabricados en Haití lleguen a EE UU sin tributación de impuestos. Esa ley va a beneficiar a los empresarios brasileños que están invirtiendo en Haití y podrán vender sus mercancías a EE UU., sin tasas aduaneras. La verdadera razón de que la Minustah reprima al pueblo es mantener el salario mínimo barato para beneficiar a los empresarios brasileños. En Brasil, el salario mínimo es de poco más de 450 reales (230 dólares). En Haiti es mucho más bajo."

(declaraciones de Franck Seguy, activista haitiano de la ASID (Asociación Universitaria Dessaliniana), organización que actúa en la universidad pública del país y que, recientemente, estuvo al lado de los trabajadores en las luchas por aumento de sueldo.)

Seamos solidarios, SI, siempre, pero seamos coherentes también. Haití no necesita represión, no necesita tropas militares. Seguimos exigiendo el retiro inmediato de las tropas Uruguayas de Haití!

Lamento utilizar este momento, pero creo que es urgente y necesario que no solo nos movilicemos por ayuda económica o sanitaria.

"La solidaridad es la ternura de los pueblos." (Pablo Neruda).

 

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