Hechos geopolíticos en América 2024
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El año 2024 transcurrió visibilizando distintos fenómenos políticos que se prolongarán en el tiempo por sus efectos. Uno de estos fenómenos nos muestra el avance del colonialismo tanto en lo militar como en lo económico.
EEUU ha desplegado un posicionamiento regional muy audaz teniendo como primera figura a la generala Laura Richardson, del Comando Sur, que actuando como vocera del imperio manifestó cuales eran las aspiraciones de su país en relación a los recursos naturales de la región y junto a los embajadores de cada país al que visitaba se encargó de dejar en claro que EEUU no permitiría el avance de negocios o acuerdos con quienes ellos mantenían una disputa global: China, Rusia e Irán.
También se encargó de dejar claro que seguirían trabajando para que los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia cambiaran de administración, sin pensar en ese momento que el cambio de administración lo tendrían ellos, sin que esto signifique ningún cambio que favorezca a los gobiernos antes mencionados.
Nuestra América territorio en disputa
Con el fortalecimiento del BRICS+, pese a la guerra de la Federación de Rusia contra la Otan en Ucrania y las ventajas comerciales que ofrecían las relaciones tanto con Irán como China para la región, EEUU decidió poner en marcha una política más eficaz para garantizar el destino de los recursos naturales y energéticos del continente, avanzando en acuerdos de seguridad que le permitieran mantener una presencia concreta ya sea a través del establecimiento de bases, o de temporales participaciones en operativos contra el “crimen Organizado”, la pesca ilegal o el extractivismo ilegal de minerales.
Este 2024 el tándem globalista conformado por EEUU-Gran Bretaña e Israel profundizarían su presencia en el continente.
Argentina y el sionismo
En Argentina con el triunfo de Javier Milei (sionista confeso), el sionismo colonizó el gobierno argentino avanzando en el terreno comercial, militar y político como lo demuestra la última reunión del 2 de diciembre de este año entre el Ministro de Defensa argentino Luis Petri con el director General del Ministerio de Defensa de Israel, Mayor General (Res.) Eyal Zamir. En la misma se llegaron a los siguientes acuerdos: “atracción de inversiones, el desarrollo de investigaciones y la transferencia de tecnología hacia Argentina. Las partes también acordaron ampliar su cooperación en materia de defensa, centrándose en proyectos conjuntos en materia de ciberdefensa, vehículos aéreos no tripulados, protección fronteriza, comunicaciones por satélite y futuros contratos entre gobiernos (G2G) en materia de armas ligeras, municiones ligeras, radios y equipos relacionados”. [1]
En este marco podemos destacar el afianzamiento de la empresa nacional de agua de Israel Mekorot denunciada ante la ONU por sus prácticas de apartheid mediante el robo del agua en territorio ocupado en Palestina y su modelo de mercantilización del agua en otras regiones acompañado por su falta de transparencia en contratos comerciales. Argentina ha entregado el agua en su conjunto siendo este un elemento vital y estratégico que como en el caso de los territorios ocupados por la entidad sionista, es utilizado como un arma de manipulación que provoca el desplazamiento de las comunidades o la extinción de la vida.
También el gobierno de Milei mediante el RIGI (Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones) beneficia a las grandes empresas y holdings extranjeros en proyectos para los sectores forestoindustriales, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas, y justamente Eduardo Elsztain, líder de la compañía de bienes raíces IRSA (Inversiones y Representaciones Sociedad Anónima), con este instrumento legal tiene las manos sueltas para hacer y deshacer en esa área sensible estratégicamente para nuestra soberanía
Además de la explotación de nuestros recursos en el continente, en el enclave colonial montado en nuestras Islas Malvinas se ha conformado una alianza anglo-sionista para la explotación de hidrocarburos. Se trata de la empresa de capitales israelíes Navitas, que junto con Rockhopper, tiene licencia para explotar crudo en el yacimiento Sea Lion al norte del mar de Malvinas.
El asentamiento militar británico en Malvinas y el acompañamiento empresarial sionista tienen también como objetivo lo que suceda en el año 2048 con el Tratado Antártico, que en su artículo 7 prohíbe todas las actividades relacionadas con los recursos minerales excepto las que tengan fines científicos.[2]
Argentina y EEUU
Otro actor que con el gobierno de Milei ha tenido un papel preponderante ha sido EEUU que en materia de redespliegue pudo lograr lo que, con otras administraciones, no había pconseguido.
En 2024 Argentina y EEUU firmaron varios acuerdos importantes en materia de seguridad. Uno de los más destacados fue la firma de la primera Carta de Oferta y Aceptación para el programa F-16, que permitirá a la Fuerza Aérea Argentina adquirir aviones de combate usados a Dinamarca, y también incorporar tecnología avanzada en comunicaciones, transmisión de datos y guerra electrónica, además de acceder a equipos y armamento de última generación.
También se firmaron acuerdos para la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico y de cooperación en materia de defensa, por el cual Argentina se unió al Grupo de Contacto sobre Asuntos de Defensa de Ucrania (Grupo Ramstein), y el ministro de Defensa argentino presentó ante el secretario de la OTAN la carta de intención argentina para obtener el status de «socio global».
Lo mismo ocurrió en materia de patrullaje militar en el Río Paraná y en el Atlántico Sur. En el caso del Río Paraná, el acuerdo incluye la colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU con la Administración General de Puertos (AGP) de Argentina para la gestión de la vía navegable (que en realidad la lleva una multinacional belga), y en cuanto al Atlántico Sur, se firmó un acuerdo que permitirá el ingreso de tropas extranjeras al país, incluyendo la participación de la OTAN en ejercicios militares conjuntos con la Armada Argentina. Esto incluye la presencia de un portaaviones nuclear, un destructor y un buque logístico en aguas de la Zona Económica Exclusiva Argentina.
Chile en el juego colonialista
Siguiendo con el sur y su importancia estratégica, nos encontramos que Chile también ha utilizado su soberanía para convertirse en un enclave al servicio del colonialismo anglo-norteamericano, siendo el presidente Boric un aliado diplomático de las políticas norteamericanas.
Luego del ejercicio naval Unitas Chile 2024, el buque británico HMS Protector ha sido utilizado en tareas de patrullaje antártico y en la militarización de los territorios en reclamación por parte de Argentina. No es nueva la relación colonial de Chile con los británicos, pero en el contexto regional forma parte de un escalamiento en el escenario intervencionista que desafía la soberanía y la paz del surcontinente.
La ambigüedad de la dictadura de Boluarte
También existe una situación ambigua desde la administración del gobierno golpista e ilegítimo de Perú que, de manera contradictoria, por una parte, inaugura la primera fase del complejo portuario de Chancay, a 78 kilómetros al norte de Lima, un mega-puerto a gran escala liderado por Cosco Shipping Company, una empresa estatal china dedicada al transporte marítimo, en la cual estuvieron presentes los presidentes de China, Xi Jinping, y de Perú, Dina Boluarte. Y por otra parte aprueba la Resolución Legislativa N° 32214 que autoriza el ingreso de un cuerpo militar de EEUU, así como sus armas a su país para realizar actividades de cooperación de entrenamiento con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional del Perú. Dichas actividades se desarrollarán del 1 de enero al 31 de diciembre de 2025.
Cabe preguntarse ¿cómo afrontara esta incómoda presencia la nueva administración de EEUU, furibunda enemiga de los despliegues asiáticos en la región?
Las tres cumbres de noviembre
En torno a los devaneos transicionales de la política norteamericana de la administración Demócrata saliente y la próxima administración trumpista en la región, existen algunas señales que han dejado las tres cumbres realizadas en noviembre del 2024.
La de la APEC (Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico) en Lima, Perú, contó con la participación de 21 miembros, incluida la presencia de Joe Biden y Xi Jinping. Por América Latina estuvieron Chile, México y Perú. Tuvo una importancia geoestratégica, especialmente para China, pues la firma de acuerdos con Perú y la presentación al resto de la región del megapuerto de Chancay como un eje estratégico para el comercio con Asia, amplía las perspectivas para el desarrollo de “La Franja y la Ruta de la Seda” y la incorporación de los países BRICS Brasil y Bolivia a una dinámica de desarrollo de infraestructura que acentuará su crecimiento comercial con el mercado asiático, generando preocupación en EEUU por la creciente influencia de china en la región.
La otra cumbre que abre las puertas a la polémica con la administración trumpista, fue la Cumbre del G20 realizada en Río de Janeiro, Brasil y en la cual participaron los 19 países miembros y algunos invitados latinoamericanos. En ella se abordaron temas como la erradicación del hambre y la pobreza, el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático, destacándose la creación de la «Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza». Nota aparte merece la participación grotesca de la delegación argentina encabezada por el presidente Milei, que no dudó en aportar su impronta retardataria y oscurantista al debate con sus pares, que no le hicieron el menor caso.
Por último, debemos mencionar a la XXIX Cumbre Iberoamericana efectuada en Cuenca, Ecuador, la cual dejó en evidencia el decadente poder de convocatoria de la que gozan tanto el presidente Noboa del país anfitrión, como la OEA y la saliente y fracasada administración Biden. Fue la primera vez desde 1991 que ningún presidente latinoamericano asistió, y en ella no se logró un documento final oficial. Nuevamente la delegación argentina dejó explicita su aversión a la unidad latinoamericana protagonizando un incidente con el gobierno de Cuba.
Ecuador y el Estado policial
Del gobierno del empresario Noboa cabe destacar su histórico aporte al colonialismo norteamericano, al desandar el camino soberanista de la Constitución del 2008 y entregar su país a las fuerzas militares norteamericanas, especialmente con la entrega de las Islas Galápagos para la constitución de una base militar.
En Ecuador la aplicación de políticas neoliberales gestadas por Lenin Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa, alternativamente, que han utilizado al Estado para sus negocios, es la responsable de la crisis política y social que vive el país andino ante la indetenible irrupción del crimen organizado. A la cual piensan combatir estableciendo un Estado neoliberal policial autoritario, al estilo Bukele en El Salvador, desamparando a su pueblo que vive en un estado de indefensión, sin acceso a la salud, a la vivienda y a la educación, con sueldos miserables en medio de una desigualdad escandalosa.
Entre los planes neo-monrroistas para la región, la caotización destituyente, ha alimentado y alineado a los sectores neofascistas de distintos países, algunos más radicales que otros han logrado llegar al gobierno, otros trabajan desde la oposición marginal, siempre financiados por el Departamento de Estado y con la cobertura mediática que les permite instalar, ya sea un relato fascista para la aplicación de sus políticas neoliberales o un relato golpista para destituir a los gobiernos populares.
Bolivia
Precisamente, en el caso de Bolivia la fragmentación y ruptura del Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP), no puede dejar de verse como una instrumentalización operada desde los centros de inteligencia norteamericanos, que aportaron toda una batería de elementos para profundizar las lógicas contradicciones que pudiera tener cualquier proceso político, llevándolas a una instancia divisionista en la que sólo puede obtenerse como resultado el deterioro y colapso del Estado plurinacional.
Los enfrentamientos entre Evo Morales y el presidente Lucho Arce, escalaron hacia pugnas institucionales, fallidos golpes de Estado, acusaciones y pronunciamientos judiciales y acusaciones sobre delitos que ensombrecen la credibilidad del pueblo en sus dirigentes y representantes, aportando elementos para la acción destituyente de la derecha que se une en torno a la división del MAS para sacar provecho en las elecciones del 2025.
Mapa electoral 2024
El calendario electoral de este 2024 presentó una variada composición gubernamental en América Latina y el caribe.
Comenzando el año 2024 Bukele era reelegido en una elección desarrollada en el marco del “Estado de excepción”, acorde con el Estado policial con el que maneja su “democracia” liberal que comulga con aquella imagen de los militares dentro de la Asamblea Legislativa y con la suma del poder político de la mano de la mentira y del terror. Pero a pesar de todo, la calle sigue su propio camino y construye con esfuerzo una experiencia alternativa, que ante el derrumbe de la farsa se puede constituir como opción de gobierno.
Producto de las elecciones en Panamá accedió al gobierno Jose Raúl Mulino, líder derechista, alfil del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), asilado en la Embajada de Nicaragua por blanqueo de capitales. Mulino, aseguró que impulsará “un gobierno pro inversión y pro empresa privada”.
Plantea que el problema migratorio es de los EEUU y ante las recientes amenazas de Trump sobre la devolución del Canal de Panamá a manos estadounidenses, si no se cumplen las exigencias del ejecutivo norteamericano, el presidente de Panamá expresó, “los peajes del canal interoceánico no se van a rebajar”, «No, la respuesta es no (…) los peajes no se hacen al antojo de los presidentes (de Panamá) y del administrador» de la vía, se fijan en un «proceso público y abierto» en que participan clientes y otros actores, declaró el mandatario para aseverar, “mientras el canal fue operado por EEUU, «era una miseria lo que nos pagaban (al Estado panameño)”[2]
Ante esta posición fue acompañado por los movimientos sociales que lo enfrentan por temas que tiene que ver con su política neoliberal.
El 19 de mayo hubo elecciones en República Dominicana en las que fue reelecto Luis Abinader, quien continuará en el cargo cuatro años más, el ex empresario había anunciado que sería inflexible con la migración ilegal desde Haití y el 2 de octubre el gobierno anunciaba un plan “de ejecución inmediata” para “repatriar hasta 10.000 indocumentados por semana”. [3]
Haití
Haití es un país devastado por las políticas injerencistas tanto de EEUU como de Francia. En la Patria de Toussaint Louverture, de Alexandre Sabès Pétion, la insidia imperial se incrementó después de la invasión de 1915 y continúa en este siglo XXI con distintas intervenciones militares y policiales bajo el paraguas de los organismos internacionales, como el envío de un nuevo contingente internacional policía dirigido por Kenia con la pretensión de pacificar el país que ellos han caotizado y que es enfrentado por la resistencia popular como lo hicieran desde su cuna de esclavos, defendiendo su cultura y su derecho a ser libres.
México
Para mediados de año, precisamente en junio, Claudia Sheinbaum derrota en las elecciones Generales en México a Xóchitl Gálvez con el 60% de los votos, convirtiéndose en la primera mujer en ser presidenta del país norteño limítrofe con EEUU.
Desde su asunción el 1º de octubre, se ha caracterizado por su férreo convencimiento en ejecutar todas las políticas que permitan la concreción de la Cuarta Transformación (4T) elaborada y desarrollada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Entre las primeras medidas de su gobierno se destaca haber podido lograr la unidad partidaria para ejecutar la reforma judicial. La transformación del Poder Judicial prosperó, después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desestimara la acción de inconstitucionalidad contra la reforma que plantea la elección de jueces, juezas, ministras, ministros, magistradas y magistrados y que se ejecutará el 1° de junio del 2025.
Venezuela
En Venezuela el 28 de julio hubo elecciones presidenciales que dieron como ganador a Nicolás Maduro en medio de una nueva campaña violenta por parte de la oposición de ultraderecha, acompañada por países de la región como Colombia y Brasil países fronterizos y aliados en organismos internacionales como la Celac, y de Europa que se sumaron a la campaña de denuncias de fraude. En una jornada que en 72 horas produjo 27 muertos a manos de bandas derechistas, heridos y detenidos, sectores de la derecha y del oficialismo participantes del acto electoral acudieron al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para ratificar o rectificar la validez de la votación, pronunciándose en tiempo pertinente a favor de lo emitido por el CNE y consolidando la proclamación del presidente Maduro para el periodo 2025—2031.
El 10 de enero Maduro asumirá el nuevo mandato con un repunte de la economía del país y con la expectativa que se deriva sobre cuál será la actitud de los gobiernos de la región.
También se espera lo que hará Trump, que en un momento de la campaña electoral sentenciara, “Cuando me fui, Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos hubiéramos apoderado de ella, nos hubiéramos quedado con todo ese petróleo”.
El tiempo ha pasado y hoy Venezuela alberga intereses de las principales potencias del BRICS, que acompañan a Maduro junto con Colombia y México. Hoy la oposición venezolana es un desconcierto, pero aquel concepto que emitiera Trump permanece vigente en las aspiraciones monrroistas de quien pronuncia constantemente 'Make America Great Again' (Haz a los EEUU grande otra vez), MAGA.
Uruguay
Para octubre en la República Oriental del Uruguay volvía el Frente Amplio de la mano de Yamandú Orsi que se había impuesto en segunda vuelta al candidato derechista Álvaro Delgado. De Orsi el pueblo espera que revierta las políticas neoliberales con las que Luis Lacalle Pou condujo al Uruguay hacia un camino de desigualdad, desempleo, violencia y corrupción.
Asume en marzo del 2025 cuando la política de Trump se este desplegando, marcando una nueva agenda que para muchos países endeudados y dependientes de las exportaciones no será auspiciosa, habrá que ver que papel asuma y que encuadramiento tome el Uruguay en el plano internacional.
EEUU
Donald Trump volvió a la “Casa Blanca” como el presidente número 47, luego de derrotar a la candidata Demócrata Kamala Harris el 5 de noviembre, prometiendo terminar con la “Guerra de Ucrania” y amenazando con cerrar la frontera entre EEUU y México, además de impulsar “el mayor programa de deportaciones de la historia de EEUU”, agilizar los permisos para perforaciones y fracking, derogando las normativas medioambientales.
También prometió indultar a las personas condenadas por delitos relacionados con el asalto del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EEUU y firmar una orden ejecutiva que recorte la financiación federal de cualquier escuela que “promueva la teoría crítica de la raza, la locura transgénero y otros contenidos raciales, sexuales o políticos inapropiados en las vidas de nuestros hijos”.
A esto se suma la revocación de las políticas de vehículos eléctricos desarrollada por el presidente Joe Biden, la aplicación de aranceles a los productos procedentes de México, Canadá y China implementando su llamada agenda comercial “EEUU primero”.
A pocas semanas de su asunción como presidente, Trump aparece lanzando amenazas a cuatro vientos, sin importar si los gobiernos amenazados son de derecha o no, se comporta como un patán prepotente y presiona tanto en el caso del canal de panamá para que adapte sus políticas soberanas a las necesidades de los empresarios de su país, como a Groenlandia para que, como lo planteara en el 2019, venda su territorio o se incorpore como un Estado asociado a la confederación, ya que él considera que “el territorio es rico en recursos naturales, incluidos minerales de tierras raras y petróleo, y ocupa una ubicación estratégica para el comercio, ya que las potencias mundiales buscan expandir su alcance en el Círculo Polar Ártico”.
Queda por ver cuál será su comportamiento con Nicaragua, luego de que el presidente Daniel Ortega ofreciera a China el proyecto de construir un canal interoceánico por el país centroamericano, está vez con una nueva ruta en la que, en vez de atravesar el Gran Lago o Lago Cocibolca, pasaría por el lago Xolotlán o de Managua.
También que determinación tomará con Venezuela, teniendo en cuenta que este 2025, de cambiar la posición de Brasil que ejercerá como presidente del Brics, el país caribeño podría unirse junto a Cuba y Bolivia a los Brics como socio del acuerdo.
¿Reforzará Trump el “apoyo incondicional” prometido por Biden al presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, sobre la soberanía del país suramericano en la disputa territorial con Venezuela por la región del Esequibo? ¿Incrementará la explotación petrolera que viene desarrollando Exxon Mobil en Guyana siendo que, en 2015, el país anunció el descubrimiento de un yacimiento de petróleo frente a sus costas que contiene 11.000 millones de barriles?
En muchas mesas de análisis se ha tratado de separar al Trump empresario, del Trump emperador, especulando con que las necesidades que pudiera tener la nueva administración norteamericana, no contemplarían la “mano militar” para su resolución.
Lo concreto es que mientras se aguarda la asunción de Trump el 20 de enero del 2025, la actual administración no deja de marcar presencia militar en nuestra América, avanzando en distintos acuerdos con gobiernos de la región para reforzar y desplegar su poder bélico.
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Referencias:
[2] La masa terrestre de la Antártida está protegida, pero el océano que la rodea no lo está. El Tratado Antártico de 1961 prohibió toda actividad militar y estableció el entorno terrestre para la investigación científica, pero, por el momento, el océano Antártico no está protegido de la misma manera.
Los Gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión del África del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los EEUU de América figuraban con derechos sobre en la Antártida al momento en que se diera la firma en 1961.
Ni el Protocolo, ni el Tratado Antártico tienen fecha de vencimiento.
Si bien durante los primeros cincuenta años desde la entrada en vigor del Protocolo (1998), este solo podía ser modificado por el acuerdo unánime de todas las Partes Consultivas del Tratado Antártico, a partir de 2048, cualquiera de las Partes Consultivas del Tratado Antártico, puede convocar a una conferencia de revisión del funcionamiento del Protocolo (art. 25.2) y como vemos, los gobiernos y los intereses de 1961 ya no son los mismos.
[3] https://efe.com/mundo/2024-12-26/panama-trump-eeuu-canal-mulino/
[4] https://www.bbc.com/mundo/articles/ckg23g7ykpzo
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