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Jornada de reflexión entre organizaciones populares en el Bosque
En el espacio okupado "La Fábrica" (ubicado en la comuna de El Bosque), diversas organizaciones populares, invitadas por los y las compañeras que dan vida a este centro social, el Encuentro por la Libertad, el Colectivo Mariano Puga y el Colectivo Wairuro, se reunieron durante prácticamente todo el días para compartir experiencias y debatir acerca de la prisión política (en particular del caso del Pueblo Mapuche y de los Internacionalistas que se encuentran encarcelados en Brasil y en el Perú) y del movimiento Okupa, el cual fue sumamente golpeado y criminalizado en un show montado por el Estado y los grandes medios de comunicación, luego de los sucesos ocurridos en septiembre último.
Sobre el conflicto mapuche, se dio hincapié a la situación en que se encuentra actualmente el joven comunero mapuche Waikilaf Cadin Calfunao. El 17 de agosto fue detenido en su comunidad, en un confuso incidente en donde comuneros mapuche frenaron el avance de un camión de una empresa eléctrica que se encuentra instalando postes de luz para los grandes latifundistas de la zona. Los cargos fueron variados: hurto (de tornillos), desordenes públicos e incluso "secuestro". Las pruebas: como era de esperar inexistentes. No está demás indicar, que el vehículo transitaba por un camino instalado a la fuerza por el Estado, que por "casualidad’ divide a la comunidad en dos. Este joven comunero, ha sido torturado, golpeado, amenazado, y humillado brutalmente, hoy cumple 68 días en huelga de hambre (estuvo 6 días en huelga seca), en medio de un enorme cerco comunicacional que ha ocultado su caso. La situación para los Mapuche que se han alzado contra el Estado Burgués chileno, no ha sido muy diferente. Varios peñi y lamgen continúan encarcelados con penas que van de 5 años y un día hacia arriba, en las cárceles de Angol y Victoria, mientras otros tantos sufren allanamientos constantes en sus comunidades, persecuciones, amenazas y muertes, todo amparado y fomentado por el Estado y sus fuerzas represivas. Sin embargo, la lucha continúa, y muchas comunidades siguen recuperando su tierra, a pesar de este clima de la brutal represión que día tras día las golpea con total impunidad.
La situación vivida por las hermanas y hermanos mapuche, no es ajena a lo que sufre nuestra clase cada vez que se organiza y comienza a luchar por su liberación. La prisión política es una consecuencia directa de la lucha social que se va acentuando. Los explotadores sólo tienen dos opciones frente a un pueblo que se está haciendo cada vez más consciente, fuerte y comienza a tomar las riendas de su vida: la muerte y la cárcel. Las compañeras y compañeros que se encuentran recluidos en los penales de Perú y Brasil, con enormes condenas sobre sus espaldas, son sólo un ejemplo más de lo que es capaz de hacer el capital para frenar la lucha de los oprimidos y mantener los privilegios de unos pocos. La criminalización del movimiento okupa, entra también dentro de esta lógica. El bullado caso de la "Mansión Siniestra", la "siniestra fábrica de bombas molotovs", es sólo uno de los tantos montajes que se han sucedido y se seguirán sucediendo, mientras cada vez sean más los que abren los ojos y se unen a sus hermanos para transformar radicalmente la sociedad.
Todas las organizaciones que participaron en la jornada, valoraron la existencia espacios de retroalimentación como este, y pusieron énfasis en la necesidad urgente de unificar las luchas, construyendo y actuando en conjunto con todas y todos los que se encuentran luchando desde sus distintas trincheras, una alternativa real de poder frente a la hegemonía capitalista.
