La gran estafa de la “nueva” constitución
Chile. La gran estafa de la “nueva” constitución
Jaime Yovanovic (Profesor J)
La Constitución chilena de Pinochet vino a sustituir la Constitución de 1925 que no era ninguna maravilla pero permitió la elección de un presidente socialista y permitió que el Parlamento declarara la inconstitucionalidad del presidente, lo que otorgó base jurídica de legalidad al golpe de estado de Pinochet. La diferencia fundamental entre ambas constituciones estaba en que en la de Pinochet se consolidaban los aparatos del poder y se disminuían los espacios y metodologías de participación democrática, además que se recortaban los derechos sociales, lo que tuvo dos grandes consecuencias: una gran desigualdad social y una gran apertura al capital globalizado que irrumpió fuertemente en todas las áreas naturales posibles.
Una vez establecido el modelo, los militares lo entregaron a la partidocracia que estableció su eje principal en la alianza de los partidos del gobierno derrocado de Allende con los facilitadores del golpe en el parlamento, quedando fuera solamente el partido comunista que luchó incansablemente por sumarse al gobierno hasta conseguirlo progresivamente utilizando el trampolín municipal mediante los pactos por omisión.
A esa partidocracia que unificaba desde la democracia cristiana golpista hasta el partido comunista de fuerte raigambre estalinista, le correspondió dar buen uso de la constitución dictatorial con un poder centralizado e intocable, con escasos espacios y metodologías de participación democrática y con pésimos derechos sociales, aumentando notablemente la gran desigualdad social y la apertura del capital extractivista destructor de la madre tierra, lo que empezaron a notar y a alertar sectores del partido socialista como el constitucionalista Atria y otros sectores de la izquierda socialdemócrata más radicalizada como sectores salidos de la Surda y de la antigua juventud radical revolucionaria quienes levantaron desde la facultad de derecho de la Universidad de Chile entre surdos, radicales y seguidores de Atria, aliados a un sector afín de la masonería, comenzaros a realizar estudios y difusión a los que invitaron a algunos intelectuales que habían pasado por la idea de la Mancomunal del Pensamiento Crítico y descubren América al definirse por una nueva Constitución que ampliara los derechos sociales y consiguen que el tema fuese acogido por la presidenta Bachelet, se comienza a divulgar la propuesta de la AC, la asamblea constituyente, con aquellos que en el fondo aspiran a reeditar el allendismo utilizando la figura y contenido institucionalizado del ex presidente.
A esta idea se había sumado la intelectual ya fallecida Marta Harnecker que convenció a los dirigentes de la Surda de que la izquierda social debía ser dirigida por la izquierda política y para ello servía de mucho el disfraz de autónomos en lo que se llamaron las corrientes autonomistas que se fueron dividiendo en varias corrientes: por una parte los grupos que se unificaron con ex PC como Lautaro Huanca, con los pobladores de San Bernardo y el MPL sustentado ideológicamente por el grupo de profesores gramscianos de la ONG ECO y la Universidad de Santiago y que formaron entre todos ellos el partido Igualdad, en tanto otros se orientaban hacia la pequeña burguesía progresista repleta de recién graduados universitarios convencidos de que salvarían el planeta y la patria (como fueron los demócrata cristianos que formaron el MAPU y terminaron gloriosamente en la socialdemocracia del partido socialista) y que finalmente se aglomeraron tras de Gabriel Boric, el hijo del latifundista magallánico, gran amigo de los hijos de los otros dos grandes oligarcas de la región, Sharp cuyo hijo llegó a ser alcalde de Valparaíso, y al tercer mosquetero rey de las ovejas, el inefable Somersville cuyo hijo llegó a ser presidente de la Confederación de los Bancos de Chile.
De estas perlas del collar dictatorial capitalista chileno que heredó a la dictadura militar nace la izquierda que salvará a la patria: el frente amplio, que se unifica con otras perlas para renovar la ilusión izquierdista con una sostenida campaña que hará creer a la gente que el problema está en la constitución de Pinochet, o sea, la responsabilidad es de la derecha, gran gol de chilenita!
De esa manera se borra de una plumada que si bien el golpe acabó con el gobierno Allende, preparó más bien las condiciones para el gobierno de los civiles con la misma izquierda allendista que demostró que sabía gobernar y hacer producir ganancias extraordinarias a las empresas nacionales y globales con un gobierno civil dictatorial haciéndolo pasar como gobierno democrático ante los ojos de la opinión pública generando una extensa capa marginada bien controlada por modernos y apertrechados servicios de inteligencia. Los pagos, dineros, beneficios y espacios para robos masivos en el interior de las filas uniformadas mostró escándalos explosivos que fueron muy bien manejados por el poder, al tiempo que mostraba que cientos de miles de tropas a los largo del país se preparaban para hacer de cortafuegos de cualquiera otra perspectiva de derrocamiento de ese poder capitalista sostenido por el bloque de los partidos de izquierda y derecha que peleando entre ellos nos hacen pelear a todos como idiotas mientras allá arriba se mueren de la risa.
Eso explica como la mayor parte de los partidos prefieren perder sus bases de sustentación y aferrarse a los mecanismos del poder, pues esta nueva Constitución que se quiere discutir no tocará para nada el poder militar, el poder ejecutivo y el poder judicial, así como la posibilidad de meter empresas por todos lados a destruir la madre tierra y la vida. Eso quiere decir que todos los que van detrás de una constitución, vieja o nueva, apruebo o rechazo, en realidad van detrás del poder, que será inamovible y permitirá hacer lo que quieran las empresas locales o globales, que son las que sueltan el bille, la pasta para engrasar los engranajes y endulzar la vida.
Veamos la explosión social y como se están moviendo estos actores de la partidocracia, de las empresas y del poder para lograr sus objetivos de contar con una “nueva” constitución que no tocará el tema del poder.
El gobierno y la derecha.
Inicialmente sacaron los milicos a la calle, pero el ímpetu social no amainó, no hubo miedo y la gente siguió empujando en las calles, lo que demostró que sólo podrían detenernos en base a una masacre, por lo que era mejor esperar a que los partidos calmaran a la gente arrojándoles dulces de esperanzas e ilusiones y así dividir a los luchadores callejeros contra los esperanzados que preferían quedarse en casa a ver como los vanguardias arreglaban y pacificaban el país convirtiéndolos en mansas ovejas dispuestas a entregar la soberanía popular a los representantes en las urnas.
El gobierno ha tenido que llegar a acuerdos con sus partidos y con los milicos, sus partidos se han dividido en dos, quienes no quieren cambiar la constitución y quienes quieren llenarla de nuevos derechos que calmen las aguas, es decir los duros y los “democráticos”. Los milicos dicen que hay que seguir apaleando gente con los pacos como hace la dictadura de Ortega en Nicaragua, donde los policías se queman y los militares quedan de “neutrales”. Ja. La idea de los uniformados es reducir las filas de los combatientes callejeros y desprestigiarlos ante los ojos de los que se benefician del circulante que permite la libre acción de las grandes empresas y el chorro que comparten hacia la burocracia estatal.
La izquierda parlamentaria
Estos son los avivados, los que más se han beneficiado del libre juego empresarial extractivista que destruye la naturaleza y la vida en nombre del lucro. Son los que se unen, negocian y aún se abrazan con los que organizaron el golpe militar, en fin que se trata de los partidos de la Unidad Popular que hoy trabajan con los golpistas demócratas cristianos, con nombre de fantasía como Concertación para la Democracia o Nueva Mayoría y que se sacan los balazos defendiendo a brazo partido la “nueva” constitución, pues ahí estaría la causa de las actuales miserias, de esa maldita constitución que nos dejó Pinochet y dale con el cuco que cuidaron y alimentaron decenas de años y de esa manera se lavan las manos olímpicamente y preparan las condiciones para que les voten nuevamente y seguir aprovechando del poder. Así que cuando ellos gritan “Nueva constitución” en realidad están gritando “Que siga el poder y que nosotros estemos al mando”. Sería ridículo que esos partidos y los partidos en general lucharan por una constitución sin poder y por eso nos llenan de derechos frustrados y que ahora si que vendrán en esta nueva constitución.
El partido comunista es tal vez el que más ha luchado por este tipo de gobierno, es decir, un gobierno con mucho poder centralizado desde donde poder apretar a quien le venga en gana o echar del país a cinco millones de personas como Maduro en Venezuela o encerrar a cientos como Ortega en Nicaragua, que son los dos modelos que defienden y se enojan con uno si les critica. Por miedo a perder votos los socialdemócratas del PPD, PS y PR junto a los golpistas DC no los aceptaron hasta ver como sacaban votos en las municipales y los compartían con ellos en los pactos por omisión, es decir no eran principios ni ideología lo que les aproximó, sino los votos, un vulgar chalaneo. Así llegaron a compartir ministros de estado y elevados cargos burocráticos por todo el país, lo que los hace parte del problema y no de la solución.
El Frente Amplio
Esta agrupación que intentó diferenciarse de la máquina de la izquierda oficial metiéndose en el mismo saco del parlamento y de los municipios, se ha quebrado con una parte aliada a la partidocracia que ha firmado con el gobierno para no quedar fuero de la nueva constitucionalidad, y otra parte que permite encontrarse con el partido comunista en una falsa lucha callejera que tiene como objetivo acrecentar sus posibilidades institucionales de acceso al poder mediante el camino de mostrar el ejemplo del poder municipal en forma clientelar, como las experiencias del PC Jadue en Recoleta y del ex autonomista Sharp en Valparaíso.
Las organizaciones sociales
Durante muchos años la reina de las organizaciones sociales fue el movimiento social de Calama aplaudido y notificado a cada momento por el periódico de la Surda El Ciudadano, pero bien mirado no era un movimiento social, pues sus tres dirigentes eran el alcalde de Calama, el presidentes de la CUT de Calama y el presidente del Colegio de Profesor de Calama, todos ellos militantes del partido comunista, lo que transformaba dicho “movimiento” en un frente de masas o apéndice del partido.
Otras experiencias de movimientos sociales como Chiloé, Aysén, Magallanes, Freirina y Quintero terminaron sin resultado por el accionar partidario, como el reclutamiento del dirigente de pescadores de Aysén, Fuentes, que finalmente reconoció como diputado haber recibido coimas de millones de pesos para apoyar a los empresarios en la famosa ley de pesca contra los propios pescadores y otras situaciones donde los dichosos partidos quebraron la dinámica social cambiándola por platos de lentejas.
Pero los periódicos “populares” como ese Ciudadano del movimiento Surda y otros órganos dirigidos por las izquierdas, sembraron la idea de los movimientos, ocultando que siguieron la idea de Harnecker de su control partidario y como los partidos están bastante desprestigiados entonces los movimientos sociales les sirven de enmascaramiento y así la gente va detrás y les apoya porque son “movimientos” u “organizaciones sociales” y no son partidos, quedando así todos contentos, o mejor con la conciencia tranquila aunque se sabe que es un descarado engaño.
Tomemos algunos ejemplos como el movimiento No+AFP que se dice autónomo pero ha sido creado por militantes de partidos troskistas que dirigen la Confederación de Trabajadores Bancarios y ha establecido alianza con diferentes otros partidos para los comités regionales de dicho movimiento o un importante sector del movimiento feminista que ha sido cooptado por partidos o algunas que forman su partido feminista, lo que es una contradicción, pues un partido se forma para disputar el poder patriarcal.
La Fenapo, federación nacional de pobladores es dirigida por el partido Igualdad. El Ukamau, otra federación de pobladores, es dirigido por una de las divisiones del MIR, en alianza con los estalinistas del Frente Manuel Rodríguez y una de las divisiones del movimiento libertario plataformista, al igual que el movimiento secundario Aces, en tanto el movimiento secundario Cones es dirigido por el partido comunista y sus aliados. Modatima, el movimiento por el agua es dirigidos por el partido Igualdad, en tanto Anamuri, organización de mujeres campesinas e indígenas es creación del partido comunista
De esa manera las mesas de unidad social que convocan a marchas son en realidad los partidos que convocan con sus máscaras junto a la CUT, Colegio de Profesores, Confusam (salud municipal) y los demás sindicatos u asociaciones.
Partidos extraparlamentarios
Entre los maoístas o m-l tenemos el PC(AP), acción proletaria que se acaba de inscribir como partido con el nombre de Unión Patriótica. El otro es el Partido Revolucionario Marxista Leninista, bastante reducido, ambos luchan por el poder estatal.
Varios partidos troskistas de poco arraigo que también aspiran al poder central.
Los grupos guevaristas tienen varias expresiones, algunas de ellas provenientes de las divisiones del MIR que se ha dividido en tres o cuatro grupos mayores y varios otros grupos menores. Los más conocidos son el MIR EGP (ejército guerrillero de los pobres) que lucha por la toma del poder, apoya el gobierno de Maduro en Venezuela y ha establecido su alianza fundamental con el estalinista Frente Patriótico Manuel Rodríguez, con quienes dirigen la CAM Coordinadora Arauco Malleco, la organización mapuche dirigida por Llaitul que declara haber sido militante del Frente Rodríguez y ha ido a visitar a Maduro en Venezuela. También dirigen juntos la Unión Clasista de Trabajadores, a la que se ha unido la cgt del disidente de la CUT Manuel Ahumada.
El otro MIR es el de la Dirección Nacional y el otro es de Demetrio que ha establecido alianzas electorales con el partido comunista y los humanistas. Estos demetrios tienen bastante fuerza estudiantil universitaria y dirigen la Juventud Rebelde Miguel Enríquez.
Otro grupo guevarista salido del MIR es el GAP, Grupos de Acción Popular, que al igual que todos los anteriores organizan el llamado poder popular y disputan sectores marginales a los Lautaros y Camina Libre. Los Lautaro son el Movimiento Juvenil Lautaro que sólo ha creado grupos de combate clandestinos y derivan de la fracción marxista del MAPU salido de la DC. Sus grupos tuvieron notoria actuación en los inicios del golpe militar asaltando camiones de pollo y zapatos que eran distribuidos a la población. De ese grupo se desprende una fracción que asume el anarquismo y se denomina Camina Libre teniendo actuación a fines de la dictadura militar y comienzos de la dictadura de la partidocracia promoviendo colocación de explosivos y saqueos a supermercados.
Todos estos grupos y partidos están reclutando como locos en las actuales batallas callejeras y cada uno o en casos en alianzas van configurando los llamados cabildos o asambleas de combate que integran la primera línea junto a las barras bravas de los grandes equipos de fútbol y a los drogos de barrios marginales que se suman por identidad de la marginación que se ha vivido por decenas de años, haciendo así una gran cantera y caldo de cultivo para los diversos grupos que disputan el rol de vanguardia del pueblo, incendiando comercios y locales institucionales además de atacar cuarteles de policía o de militares.
Los anarquistas
Están notoriamente divididos en dos corrientes, la de combate y la comunitaria. Los de combate son sectarios y vanguardistas al cubo, pues con sus pechos se hará la revolución y los demás deben copiarlos o afiliarse a sus grupos. En todas las ciudades tienen sus grupos formados básicamente por universitarios y algunos artesanos. Los comunitarios son menos en cantidad, pero tienen la particularidad de que trabajan organizando vecinos, en algunos casos priorizando el reclutamiento y en los menos respetando la autononomía del protagonismo social.
Las autonomías
A nivel general son mayoría, pero se sienten débiles frente a las redes locales, regionales y nacionales de los partidos y de las necesidades económicas que llevan a algunos casos a virar lentamente a formas organizativas institucionales como ONGs o asociaciones municipalizadas o disputando fondos estatales, lo que les transforma en dinámicas de intenciones ideológicas autónomas, pero de práctica mercantilizada o institucionalizada.
Su ventaja es que son muchos y están presentes en todos los barrios y localidades, pero aún están vacilando entre tantas corrientes luchadoras de gente bien intencionada que inflan globos teóricos y macro-estructurales que hacen aparecer como inútil el trabajo de hormiga de vecino a vecino.
El poder popular
Los partidos de izquierda parlamentaria participan en cabildos y asambleas, así como en reuniones y publicidad para promover la nueva constitución llena de derechos sin tocar el tema del poder. Los partidos extraparlamentarios se dedican más a la construcción de órganos de poder popular estructurados sobre la base de militantes, activistas y estudiantes por barrio, comunas y coordinaciones de comunas, estructuras vacías de vecinos y familias, lo que les transforma en los perfectos burócratas vanguardistas absolutamente subordinados a sus aparatos partidarios,
Durante el gobierno de Allende nacieron órganos de poder popular independientes del gobierno formados por trabajadores de industrias pequeñas y medias que se agrupaban por localidades en los llamados Cordones Industriales, que también se formaron entre campamentos de pobladores sin casa, que finalmente se aunaban entre todos constituyendo los Consejos Comunales de Trabajadores, que al incorporarse miembros del partido socialista de gobierno pidieron que se llamaran Comandos Comunales, lo que fue aceptado por el MIR y otras organizaciones. En el campo las organizaciones del Movimiento Campesino Revolucionario y sus tierras ocupadas formaron los Consejos Comunales Campesinos que comenzaron a llevar alimentos a las ciudades en caravanas constituyéndose los Almacenes Populares que empezaron a mostrar que era posible una economía directa del protagonismo social demostrando que era innecesario el estado.
Esa idea del poder popular que era popular en su origen, esencia, estructura y metodología, no tiene nada que ver con las actuales estructuras de “poder popular” que levantan algunas de las fracciones en que se dividió el MIR o que salieron del MIR como el GAP y otras como algunas organizaciones troskistas. Si bien la organización de los GPM del MIR de los años 60-70 se demostró que no daba abasto para las necesidades y posibilidades de expansión de ese naciente y creciente poder popular que se nutría del protagonismo social, la actual comprensión burocrática hace imaginar que esa es una construcción técnica como una mecano al que se le van incorporando las piezas y por eso se va armando sobre la base de militantes y activistas combativos y disciplinados, mientras vecinos y trabajadores miran de lejos, lo que no importa, pues ya serán atraídos y reclutados en la lucha.
De allí que “la lucha” contra el sistema se transforma en la lucha por organizar los modos de entrar a dirigir ese mismo sistema siguiendo los avatares del frente sandinista en Nicaragua que acabó en dictadura de tanto burocratizar el aparato, o como Venezuela.
Por eso a esos grupos les interesa la toma del poder, la ocupación del estado.
¿Por qué ya no interesa la toma del poder?
Marx enseñó que había que ocupar el estado y hacer un estado socialista para avanzar al comunismo dejando claro que la economía a aplicar era la capitalista hasta que todas las empresas fuesen propiedad del estado.
Pero luego Marx cambió de opinión en su estudio de la Comuna de París, en su libro “La Guerra Civil en Francia”, donde en el capítulo 3 sostiene que la comuna cumple las funciones del estado, cuestión que los estatistas dejaron de lado por su afán de dirigir desde arriba como Lenin en la URSS que acabó en dictadura y como China que acabó en el más sofisticado capitalismo.
La consigna del gobierno de trabajadores se refiere a los que asumen la dirección del proceso de producción de capital, cosa que nunca ha ocurrido, pues quien asume son los “representantes” de los trabajadores, el partido. Así, que tú seas trabajador es que creas plusvalía, o sea que produces ganancia que se llevaba el capitalista y ahora se la lleva el partido.
Estudiando Marx eso de la ganancia escribió el “Fragmento de las Máquinas” en los Grundrisses, su escrito previo al Capital donde dice que la mano de obra es sustituida por la máquina, de modo que habla de la “Ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia”, o sea mientras más se maquiniza el proceso de producción y sale de allí la mano de obra, hay menos ganancia, pues la máquina no produce plusvalía y para ganar el capitalista, o el estado, o el estado chino, debe vender mucho más y por eso la fase neoliberal o de libre mercado para aumentar el consumismo y la circulación mercantil.
Así del gobierno de trabajadores pasamos al gobierno de las máquinas, lo que quiere decir que se habla del reinado de la tecnología, lo que explica que las nuevas pistas rápidas de las comunicaciones virtuales multipliquen 100 veces su velocidad pasando de G4 al G5, lo que llevará a cambiar las antenas y las baterías de celulares y demás aparatos en todo el mundo y son los chinos los que tienen la tecnología para ellos.
Así se explica también que el capital haya llegado a su gigantesco potencial destructivo limpiando territorios y expulsando millones de sus tierras envenenando aguas y aires generando la respuesta desde abajo que viene de todas partes, mientras los partidos de izquierda capitalista quieren atraer y disciplinar trabajadores, por todos lados se organizan comunidades indígenas para defender los territorios, se organizan ambientalistas para defender la madre tierra, se organizan mujeres levantando la lucha antipatriarcal feminista por millones en todas partes, se organizan jóvenes secundarios, disidencias sexuales, nacionalidades oprimidas, etc y etc.
La lucha contra las empresas destructivas y sus estados que controlan a la gente para reventar sus territorios, se ha transformado en una lucha de todos contra el poder centralizado, eso explica la gran cantidad de población que ha salido a las calles en diferentes países a exigir cambios de fondo y eso explica que las izquierdas se están vaciando a nivel mundial debido a que ya nadie cree en su “gobierno de trabajadores”. Eso explica que haya tanta gente en Chile que ya no se deja atrapar por los partidos y explica que hayan tantos partidos y divisiones y subdivisiones de partidos y corrientes disputando entre ellos lo que ni ellos mismos creen, pues de otra manera no habrían las casi 100 corrientes y organizaciones que se siguen dividiendo cada día mientras nace cada día otro partido de trabajadores o feminista.
Ese es el resultado de la imposición del poder, pues cada partido quiere su cuota y quiere llegar a ser la guaripola del desfile de vanguardias.
¿Qué hacemos en medio de este circo de partidos?
En realidad este circo se mueve entre las nubes, pues sólo hablan del poder allá arriba y de una constitución que será como el remedio o la pomada milagrosa que todo lo cura…. Otra ilusión de la gran farsa del poder.
Frente al poder tenemos la potencia social, esto es la capacidad y energía de la gente para imaginar, crear y construir.
Pero … nos han transformado en seres pasivos, que sólo esperamos que gane el más mejol y ojala nos toque la suerte y pierda el malo. Ojala.
Pero no olvidemos que estamos en medio de una explosión social y esa explosión social se está transformando en miles de asambleas, cabildos, comunidades y encuentros vecinales.
La explosión social es eso: una explosión social, un estallido de rabia acumulada que sólo sirve para mostrar nuestra indignación, pero eso no derriba gobiernos ni construye otra sociedad, sólo contribuye a ampliar las posibilidades del reclutamiento de los partidos y acrecentar la guerra social si hay muertos o heridos.
Cuando los vecinos vuelven a sus barrios, están regresando a su terreno, a su hábitat, a su nicho ecológico, a su zona de control, a su espacio de vida, su espacio vital, que por ahora aparece como espacio dividido, lleno de personas individualistas que no se ven en la marcha o en la reunión, donde todos parecen hermanos y que podrían hacer muchas cosas, a diferencia del barrio donde cada uno de nosotros tiende a evaluar y a diagnosticar, porque nos conocemos más y en la marcha nadie se conocer, nos engañamos e ilusionamos, nos inventamos como revolucionarios encandilados por los gritos y consignas, a diferencia del barrio donde no hay esa grandeza de la revolución –ilusoria, pero revolución- donde están los mismos de siempre, pero no levantan el puño cerrado ni cantan el venceremos, sino que salen temprano a comprar el pan y la leche para los hijos, es decir nada más fome y vacío del encanto rebelde de la manifestación.
No vemos la grandeza del afecto y los cuidados cotidianos en el núcleo afectivo ni a los niños mirando otros niños por encima de la reja ni la pareja que se mira hacia dentro de los ojos y menos a la señora que cultiva tomates en el jardín, en fin que el barrio tiene vida y es esa vida la que choca con los intereses y actividades de las empresas que destruyen el planeta, por lo tanto no se trata de una guerra de los activistas contra las empresas o contra los pacos, sino de ese vida y formas de vida que no puede desplegarse en todo su esplendor no porque no le dejan los obstáculos, sino porque no se valora ni se evalúa como vida y forma de vida. La especie humana ha pasado miles de obstáculos en sus millones de años de vida en el planeta y cada cuerpo es portador de la memoria histórica de la especie, y la vida es autopoiética, al decir de Varela y Maturana, lo que significa que se produce y reproduce a si misma, lo que mirado más de cerca y en sentido práctico material se refiere a la autogestión, a la administración de si misma, pero la especie humana no es individual ni colectiva, sino comunitaria y sólo ha vivido integrada en intercambio equilibrado con la madre tierra. De modo que nuestro primer paso debe ser el acercamiento de los cuerpos en tareas de solucionar situaciones y problemas en relación directa con la naturaleza, como otra economía, huertas, energía alternativa, salud comunitaria, etc, cosa de volver a nuestra estado originario de hormiguero humano o enjambre que éramos antes de la aparición del patriarcado que reventó las comunidades apropiándose de la mujer que era el eje del común.
Así, en vez de delegar nuestra soberanía popular en representantes, hacemos con ella el ejercicio de la democracia directa y aprendemos a administrar el barrio en común entre vecinos en el mundo de la vida atrincherados en nuestro nicho ecológico, lo que no significa que somos localistas o nos aislamos del resto, sino que aprendemos a ordenar primero la casa y el barrio para luego con otros barrios administrar las comunas.
Infórmese de nuestros talleres gratuitos: “Cambiar el mundo sin tomar el poder”