La oportuna presencia de Al Qaeda

El descubrimiento de un supuesto nuevo plan terrorista que la policía británica ha calificado de "nivel incalculable", comienza a desvanecerse en una nebulosa de incredibilidad. Sobre dicho plan- que consistía en explosionar al menos diez aviones en vuelo entre Gran Bretaña y EEUU- se están aportando escasos datos, algunos de ellos incluso ridículos. Nadie sabe con certeza si los terroristas habían adquirido los billetes de avión, nos aseguran que iban a fabricarse ellos mismos los explosivos en pleno vuelo (por lo visto debe ser tan sencillo como rellenar un crucigrama) y, para mayor burla, nos sorprenden con la información de que tenían previsto realizar un ensayo previo como si, en lugar de una banda de asesinos, se tratara de una banda de músicos.

Curiosamente, estos acontecimientos suelen ocurrir en situaciones difíciles para el imperialismo; por lo tanto son muy útiles para justificar futuras agresiones, dar una vuelta de tuerca más a las escasas libertades de las plutocracias occidentales, y desviar la atención sobre la monstruosa masacre del Líbano. Sin embargo, noticias como éstas consiguen despertar las más variadas reacciones entre la gente. Una población asustada es más fácil de controlar. El Gran Padre Blanco vela por nuestra seguridad, nadie debe alzar la voz ni cuestionarse sus acciones represivas y criminales. Hay que obedecer, no importa que nos graben en video o se apropien de nuestros datos privados. Prohibido pensar. Vigilemos al vecino, si es árabe podría ser un terrorista.

Según los medios de información, Tony Blair y George Bush, conocían todos los detalles de lo que se estaba organizando desde hace, al menos, un año. Da la impresión de que, con tanto ruido, intentan ocultar algo más. Ambos países han regado la alarma, el miedo y la xenofobia en un momento en el que muchos ciudadanos desaprueban sus brutales acciones guerreras. Es probable que, entre bastidores, se esté planeando una nueva jugada en forma de toneladas de bombas listas para ser arrojadas sobre algún país "gamberro", y si éste es rico en materia prima, mucho mejor. Mientras que George Bush afirma estar en guerra "contra los fascistas islámicos", el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Michael Chertoff, dirige su dedo acusador hacia la red terrorista Al Qaeda.

Al Qaeda, excelente recurso. Especie de varita mágica que todo lo puede. Sólo hace unos días que Al Zawahri, número dos de la organización, amenazaba con no cruzarse de brazos ante lo que sucede en Líbano y Gaza. Está claro que, cada vez que alguno de sus cabecillas salta a la palestra, las posturas de los imperialistas se ven fortalecidas en su "guerra contra el terror". Al Qaeda y Ben Laden apestan tanto que, incluso el ex agente británico David Shayler, ha llegado a denunciar la estrecha relación que mantienen EEUU y Gran Bretaña con los terroristas islámicos. Shayler aseguró que los servicios secretos británicos y estadounidenses organizan la mayoría de los atentados ejecutados por Al Qaeda en Iraq, con el fin de servir a los intereses de sus respectivos países.

Por otro lado, para nadie es un secreto que Ben Laden estuvo al servicio de la CIA durante la ocupación soviética de Afganistán y después siguió prestando sus servicios en Bosnia y Kosovo. Respecto a este personaje sucede algo curioso. Según la revista militar británica Jane"s, padece una enfermedad renal que precisa intervención de hemodiálisis.

Sin embargo EEUU siempre ha negado ese extremo porque resulta harto complicado explicar cómo un enfermo de esas características puede aplicarse sesiones de diálisis en medio de un páramo desértico o bajando, con un bastón en la mano, por las laderas de una montaña. Otras informaciones más realistas apuntan la posibilidad de que se las realizan en un confortable hospital de Arabia Saudita, sin duda un lugar mucho más apropiado para un viejo agente de la CIA.

¿Ha sido ésta la enésima maniobra orquestada para justificar futuras agresiones imperiales o, por el contrario, es una macabra realidad, consecuencia de la imposición de la "democracia" a golpe de misil?. En cualquier caso, lo único evidente es que la presencia habitual de Al Qaeda en todas estas situaciones, resulta- además de oportuna-, más que sospechosa.