Las aventuras del terrorista Leopoldo López con el ex embajador español Jesús Silva

En septiembre de 1960, Nixon perdió el debate por la presidencia de Estados Unidos contra Kennedy por no haberse querido maquillar. Acudió con una barba de dos días, piel sudorosa y traje de un color inadecuado para la televisión en blanco y negro. Kennedy vistió un traje más fotogénico e incluso lució un tono de bronceado que resaltaba frente a la palidez y rostro sin afeitar de Nixon. La pérdida del debate representó para Nixon la pérdida de la presidencia.

El prófugo de la justicia venezolana Leopoldo López, residente en el caro barrio de Salamanca en Madrid, fue descubierto «tomándose algo» en una terraza de Cambados, junto a su mujer y el exembajador del Estado español en Venezuela, el sevillano Jesús Silva. «Tomarse algo» pasó a ser una actividad de «alto riesgo» debido a las implicaciones sanitarias de la pandemia y a las sanciones administrativas que supone «saltarse» los cierres perimetrales (Galicia es una comunidad cerrada a otras comunidades) por viajar de una comunidad a otra sin causa justificada, por el momento ir de copas y vivir «la vida loca» no justifica infringir la ley.

Cuenta la noticia que Leopoldo, especialista en «saltarse» lo que haga falta en Venezuela, sacó una serie de papeles ante la policía para justificar el marisco y las bebidas que estaba consumiendo a 638 km de su domicilio a costa de infringir la ley y la salud pública de gallegos y madrileños.

Entre la documentación que enseñó para justificarse tal vez habría recortes de prensa de sus bravatas para «derrocar este gobierno», fotos suyas cantando el «Gloria al bravo pueblo» con Guaidó y unos gorilas armados a sus espaldas y cientos de fotos con Felipe González, Aznar, Pedro y Marta Sánchez, Bertín Osborne, Pablo Casado, Vargas Llosa, Ayuso, Miguel Bosé y toda la extensa fauna que pide «libertad y democracia» para un grupo de amigos.

Aparecía Leopoldo bronceado, pero no tanto como para ganar unas elecciones a Nixon ni a nadie; porque detrás del bronceado de Kennedy había mucho más que un bronceado y detrás del de Leopoldo sólo hay unos recortes, unas fotos y saltarse un cierre perimetral autonómico… para tomarse algo mientras le da el sol junto al exembajador de España en Venezuela, que por cierto a pesar de ser un funcionario del Estado, también se estaba «saltando» el cierre perimetral.

CALPU