Maquillaje para avanzar la geoingeniería
La ONG británica 'Iniciativa Degrees' (ID) se presenta como un fondo de apoyo para que académicos del Sur realicen investigación sobre los efectos de la geoingeniería solar en sus regiones. Afirma que su proyecto muestra que hay creciente interés en los países del Sur global por estas riesgosas tecnologías. Aprobó este año dos proyectos con investigadores de la UNAM (https://tinyurl.com/bdevb22n).
No obstante, cuando se analizan en detalle los actores de esta organización, los proyectos de investigación y autores de los artículos financiados por la ID, queda claro que hay una presencia mayoritaria de actores del Norte global, con lo cual, además de influir en los proyectos, se usa financiación que se presenta como apoyo al Sur, para reforzar instituciones y autores basados en el Norte.
La geoingeniería solar es una de las formas más peligrosas de manipulación climática. Su supuesta meta es bajar la temperatura planetaria (que aumentó por el exceso de emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero). Si eso se lograra por esta vía tecnológica, tendría impactos muy desiguales a nivel global, con unas zonas que estarían mejor y otras mucho peor.
Los proponentes e investigadores de estas riesgosas tecnologías son mayoritariamente del Norte global –de países que son causantes históricos del cambio climático– por lo que un grupo de éstos buscaron una forma de maquillarla como si fuera de interés también para los países del Sur. En este contexto surge ID.
Un reporte de Anja Chalmin, publicado esta semana en el portal Monitor de Geoingeniería, realiza un análisis riguroso de proyectos y modelos de investigación de ID y concluye que la Iniciativa Degrees y organizaciones similares están desempeñando un papel clave en la normalización de la geoingeniería solar, al tiempo que promueven experimentos de campo y posicionan esta riesgosa propuesta como estrategia viable para el cambio climático y para los países del Sur (https://tinyurl.com/vf6fhhwj).
Los financiadores de la ID son principalmente fundaciones operadas por multimillonarios de la tecnología y las finanzas, varias de las cuales patrocinan también experimentos y comercialización de tecnologías de geoingeniería.
El equipo de ID y su consejo de administración, están compuestos mayoritariamente por personas e instituciones con sede en el Norte global, algunos conocidos promotores de la geoingeniería. Desde el inicio han habido investigadores del Norte en los equipos financiados, incluso en algunos hasta la mitad de los miembros, pese a presentarlos como equipos del Sur global.
Al analizar los autores de los 28 artículos publicados hasta 2024 con apoyo de ID, se revela una fuerte influencia de investigadores del Norte. En 22 casos, hay más de un autor del Norte, y en 14 más de dos autores. Solamente en seis estudios son todos del Sur. Entre los autores se listan instituciones de investigación de 24 países, pero más de un tercio de éstas son del Norte global.
Los autores del Norte global contribuyeron con 80 por ciento de las publicaciones; más de 50 por ciento fueron coescritas con un autor de una institución del Norte. Al menos ocho autores están vinculados al Programa de Investigación en Geoingeniería Solar de la Universidad de Harvard, sede del controvertido proyecto SCoPEx, que intentó hacer experimentos de esa tecnología en territorios indígenas en Arizona y Kiruna, pero fue detenido por protestas locales.
No se trata solamente de la notoria presencia de investigadores e instituciones del Norte en los proyectos (que ID presenta como proyectos del Sur), también se los encasilla en un marco muy limitado de temas a investigar y modelos a utilizar.
De los 28 artículos publicados, 26 se enfocan en una sola tecnología: la inyección estratosférica de aerosoles (en lenguaje común, nubes volcánicas artificiales). La mayoría usan los escenarios climáticos del IPCC más extremos, que llevan a un resultado comparativo de que como el cambio climático sería tan grave, la geoingeniería, pese a sus impactos negativos, podría verse como positiva en algún aspecto. Sólo se enfocaron en impactos de temperatura y precipitación, dejando de lado otros factores que intervienen con efectos sinérgicos en la complejidad dinámica de los ecosistemas. Tampoco tomaron en cuenta las diferentes realidades socioeconómicas.
Los modelos climáticos usados en los proyectos son todos desarrollados por instituciones del Norte, cuya credibilidad para análisis en el Sur global ha sido cuestionada por otros científicos, por no tomar en cuenta realidades y limitaciones de los países del Sur que cambiarían los resultados, por ejemplo, falta de acceso a agua.
En suma, además de reproducir los dominantes sesgos del Norte en desmedro del Sur global, la Iniciativa Degrees es un factor de promoción de la geoingeniería solar, que se maquilla con el Sur global, al tiempo que marca encuadres estrechos que no consideran muchos de los riesgos claves inherentes a esa tecnología, no sólo en clima, sino también en aspectos como los impactos sociales, culturales, económicos y geopolíticos.
La Jornada