"Más del 92% de los trabajadores activos siguen oponiéndose a la reforma previsional de Macron"
En Francia, las protestas y los bloqueos en lugares públicos no han parado contra la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron.
Ante la inacción del Eliseo, los sindicatos franceses convocaron para el próximo 28 de marzo a una nueva jornada de manifestación, la décima tras la aprobación de dicha reforma.
Los disturbios han dejado hasta la fecha casi 500 detenidos y cientos más, entre manifestantes y agentes policiales, heridos.
Refinerías
Mientras el gobierno de Macron intenta romper la huelga de las refinerías de la plataforma petrolera de Normandía mediante requisas, la refinería de Total sigue resistiendo la ofensiva gracias a la solidaridad. El miércoles, tras el anuncio de las requisas, más de 300 huelguistas de todas las zonas industriales de Le Havre, así como estudiantes, lograron frustrar temporalmente la ofensiva anti huelga del gobierno. En continuidad, se convocó una nueva concentración de apoyo para el viernes a las 12:45 hora local frente a la refinería más grande de Francia.
Cientos de trabajadores y estudiantes respondieron: estibadores y recolectores de basura de Le Havre, trabajadores del depósito de petróleo CIM, de la central nuclear de Paluel, activistas del sindicato local CGT Harfleur y Le Havre, del sindicato departamental CGT de Eure, personal de educación, empresas energéticas, trabajadores de CGT Sidel y CGT Chevron, incluso el rapero Médine.
A ellos se unieron 150 estudiantes y trabajadores que llegaron con dos autobuses enviados desde París por la Red para la Huelga General. Entre ellos, estudiantes, trabajadores ferroviarios, trabajadores de la RATP, refinerías de la planta de Total en Grandpuits, también la actriz Adèle Haenel y el filósofo Frédéric Lordon.
Unos cincuenta policías acosaron a los refinadores y sus partidarios frente a la plataforma de Normandía. Finalmente, los huelguistas lograron recuperar el piquete, pero la policía bloqueó el acceso a los simpatizantes.
Mientras un numeroso cuerpo policial se presentaba frente a los simpatizantes reunidos, estos últimos comenzaron a avanzar para llegar a las puertas de la refinería y finalmente lograron que la policía retrocediera para retomar el piquete. Una enorme demostración de solidaridad ante la represión que intenta desplegar el gobierno.
Luego los petroleros y sus simpatizantes realizaron el piquete mientras cantaban las consignas de la huelga en un ambiente combativo. Más tarde las refinerías se reunieron en una asamblea general y votaron renovar la huelga.
Queman la entrada de Ayuntamiento de Burdeos
En apenas diez minutos, la puerta principal del consistorio fue pasto de las llamas, tras una movilización “histórica” al reunir el jueves a 110 000 personas en las calles de la ciudad gala, según indican los sindicatos. Los bomberos han acudido al Ayuntamiento y han extinguido rápidamente el fuego, que ya había calcinado la puerta.
El alcalde de Burdeos, Pierre Hurmic, dijo estar “conmocionado” ante la actitud de los responsables de estos disturbios. Además, afirmó a la televisión francesa BFMTV que la quema de la entrada del consistorio se produjo justo cuando la manifestación ya había finalizado y el Ayuntamiento no contaba con ningún dispositivo de seguridad para protegerlo.
Con su reforma de las pensiones, el presidente galo, Emmanuel Macron, ha desatado la mayor crisis política y social en Francia desde la revuelta de los ‘chalecos amarillos’ en 2018. La iniciativa, que busca, entre otras, aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años, ha hundido el liderazgo del mandatario, tanto en el Parlamento como entre la nación francesa.
Entrevista a Richard Neuville de la Fédération Solidaries des institutions de l’Etat (FSIE) de Francia
—Múltiples marchas convocadas recorren la mayoría de las ciudades de Francia. También la Intersindical que agrupa los sindicatos de peso nacional llamó a una huelga general para el jueves 23. Los sindicatos de base ya están en huelga indefinida o se han ido plegando al correr de las horas.
Uno de los más importantes, el sindicato de los recolectores de basura, de los trabajadores de energía, más de 400 personas detenidas y una moción de censura que no prosperó en el Parlamento francés, todo esto motivado por el intento de reforma previsional llevada adelante por el gobierno de Macron.
¿Qué nos podés comentar al respecto?
—Bueno, el pasado viernes 10 de marzo Macron y su gobierno decidieron no pedir el voto en el Parlamento y aprobar el proyecto de ley según una disposición particular que dicta la Constitución. Pero eso provocó una rabia y una cólera al punto más alto porque ahora después de 2 meses y medio de lucha hay más del 70% de la población y el 92% de los trabajadores activos que siguen oponiéndose a esta reforma.
El gobierno se obstina después de casi 3 meses de movimiento y a pesar de la mayoría de los medios de comunicación que defienden esto, el pueblo, la clase obrera considera que este gobierno no tiene legitimidad para adoptar esta reforma.
Macron, el martes por la noche, declaró que la multitud no tiene legitimidad, solo la tiene la delegación elegida. Entonces estamos en una situación de bloqueo completo entre el gobierno de Macron y los trabajadores que luchan. Hay un bloqueo completo y mañana tendremos el noveno día de movilización, pero desde el 7 de marzo tenemos muchos sectores que están en la huelga de combustibles. Tú has hablado de la basura; desde hace 3 semanas en París y algunas otras ciudades que no se recoge la basura…
—Diez mil toneladas de basura leí que se acumulan en las calles de París.
—Sí. Casi la mitad de la ciudad. Hay también ocupación de incineradoras que cuando se recoge tampoco se puede quemar ni tratar. Pero también hay bloqueo de la producción del servicio de electricidad, las refinerías también y ya tenemos más del 10% de gasolineras que no tienen combustible, que están cegadas y yo pienso que en los próximos días eso va a aumentar.
Hay también cada día bloqueos de carreteras, bloqueos de puertos, las guardias siguen en los ferrocarriles. Estamos ante un movimiento muy importante, pero el poder no quiere nada. Estamos en una situación completamente bloqueada.
La última vez yo hablaba de crisis política, crisis de la representación y estamos en eso. Hay un problema muy relevante y pienso que mañana estaremos muchos, habrá millones de personas, de trabajadores en la calle. Pero Macron sigue con su proyecto. De momento no hay perspectiva.
Macron declara que no es la calle la que gobierna.
—¿Cuál es la clave, a tu entender, para ganar, para el triunfo de los sectores populares?
—Lo que pasa es que hay mucha gente en la calle, hay muchas acciones cuando hay día de movilización, la lucha comenzó el 19 de enero, pero no hay muchos trabajadores en huelga, solo en sectores claves. Pienso que la huelga no se ha extendido de manera que bloquee completamente la economía. Entonces, aunque haya acciones cada día de bloqueos de parte de las carreteras y todo eso, pero no hay bastantes trabajadores en huelga. De momento estamos completamente bloqueados porque el poder no quiere entender nada y no sé si la huelga puede ampliarse. De momento no se produce. El 7 de marzo empezó la huelga de combustibles, pero no se ha extendido. Me parece que es un problema. Habría que bloquear todo.
—¿Por qué motivo no se ha logrado la extensión de la huelga como vos planteás?
—Lo que pasa es que en Francia en las tres últimas décadas hubo movimientos sindicales muy fuertes, pero se puede decir que la última huelga de masas fue en el 1995. Lo que quiero decir es que desde hace 30 años está difícil desarrollar una huelga en algunos sectores donde los sindicatos no están representados. También está la situación social con la inflación, que los trabajadores pueden hacer algunos días de huelga, pero salvo algunos sectores, no se pueden poner en huelga indefinida.
—¿Existe al respecto algún tipo de responsabilidad de las conducciones sindicales?
—No, desde el principio de este movimiento hay una unidad sindical que no habíamos conocido con 8 organizaciones sindicales, que comprenden algunos sindicatos que están mejores vistos y otros que son más radicales. Pero, la unidad sindical se mantiene. Lo que pasa es que no hay bastante organización en la base, cuando la Intersindical llama a días de movilización hay mucha gente en la calle, pero esta Intersindical ha llamado a la auto-organización en las empresas en distintas zonas y eso no se ha dado de cierto modo. Es un poco la historia de estos últimos años, que los trabajadores tienen dificultades de entrar en una huelga de duración indefinida.
Lo que pasa es que con este poder tenemos que bloquear la economía y haría falta un bloqueo, una huelga general indefinida. Pero eso no se produce de momento. Yo pienso que se producirá en los últimos días. No puedo explicarme, pero estamos casi al tope de lo que podemos hacer.
—¿Querés agregar algo más?
—Lo de la crisis económica y la crisis de representación que me parece muy importante. No solo es un problema que no es únicamente en Francia.
Estos últimos 15 años hubo crisis en varios países sobre la democracia y sobre la representación. Estamos frente a un gobierno que está sordo, que no toma en cuenta que hay una gran mayoría de la población y de la clase obrera que se oponen a esta reforma, pero que considera que fue elegido y que no tiene que consultar. Eso me parece un problema democrático. Por ejemplo, yo defiendo una articulación entre la democracia representativa y la democracia directa, pero es un debate.
—Te agradezco mucho este nuevo contacto que podamos tener esta visión en directo de lo que está pasando en este momento en Francia, que es uno de los puntos álgidos de la lucha popular a nivel mundial. Te mando un fuerte abrazo, que triunfe este movimiento porque es muy importante no solamente para los trabajadores y la población francesa, sino también para los trabajadores de todo el mundo.
—Sí, claro. Esta lucha es muy importante, sobre todo en Europa. Entonces es un movimiento importante que tiene que ganar. Un abrazo Mario, hasta luego.