Megacorte de luz en Chile: la dependencia de empresas extranjeras
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Este miércoles, un masivo apagón afectó a gran parte del territorio nacional, dejando sin suministro eléctrico a millones de chilenos desde Arica hasta la región de Los Lagos. La interrupción del servicio ocurrió a las 15:16 horas y tardó cerca de diez horas en ser restablecida a nivel nacional. Aún la mañana del jueves, diversos sectores seguían sin energía, evidenciando la fragilidad del sistema eléctrico en manos privadas.
La empresa colombiana ISA InterChile fue señalada como la responsable de la falla, que según el gobierno se debió a “una operación no deseada en los sistemas de protección y control de la línea”. Sin embargo, el problema de fondo va más allá de una falla técnica: la dependencia de empresas extranjeras en un sector estratégico para la seguridad nacional.
El megacorte de luz puso en evidencia cómo Chile quedó totalmente aislado: sin servicio de telefonía, sin redes sociales y sin información oficial inmediata. Una situación que revela el desamparo del pueblo ante la ausencia de control estatal en un área que no puede estar en manos de capitales transnacionales.
El suministro eléctrico es un pilar fundamental de la soberanía nacional. La información que manejan estas empresas es de alto valor estratégico y puede ser utilizada en contra de los intereses del país. La seguridad energética debe ser una prioridad del Estado, y la nacionalización de las empresas de generación y distribución eléctrica se presenta como una solución impostergable para garantizar la estabilidad del servicio y la protección de la soberanía de Chile.
La geopolítica de la energía un campo de disputa
A nivel global, la energía es uno de los sectores más codiciados en la lucha por la hegemonía económica y política. Grandes potencias y corporaciones transnacionales buscan controlar los recursos energéticos de los países en desarrollo, asegurando su influencia geopolítica mediante inversiones y concesiones que terminan condicionando las decisiones soberanas de los Estados.
Chile, al depender de empresas extranjeras para su suministro eléctrico, queda expuesto a presiones externas que pueden afectar su estabilidad. La privatización del sector eléctrico no solo debilita la capacidad de respuesta ante crisis como la ocurrida recientemente, sino que también pone en riesgo la autonomía del país frente a intereses foráneos.
En el contexto latinoamericano, varios países han optado por recuperar el control de sus recursos energéticos, como Bolivia y Venezuela, que han nacionalizado sectores clave para garantizar su soberanía. Chile debe avanzar hacia un modelo en el que el Estado recupere el control estratégico de la energía, protegiendo así sus intereses nacionales y fortaleciendo su posición en el tablero geopolítico.
La energía no es un simple negocio; es un recurso vital que debe estar bajo control soberano para evitar vulnerabilidades y proteger el interés nacional. La privatización ha demostrado su ineficacia en garantizar un servicio seguro y confiable, y es hora de que el Estado recupere el control de un área tan fundamental como la electricidad.
* Coordinador Nacional del Mov. Soberanistas
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