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La dictadura de Bahrein llamó a matar al líder de Hezbolláh
El ministro de Exteriores de Bahrein, Jalid bin Ahmad Al Jalifa, convocó a asesinar al secretario general de Hezbolláh, Sayyed Hassan Nasralá, como un “deber nacional y religioso”.
El canciller de la monarquía lanzó este llamamiento criminal a través de su cuenta de Twitter, que inmediatamente fue levantado por varias agencias de prensa locales, como la oficialista BNA.
En el mensaje de Twitter, Jalid bin Ahmad Al Jalifa calificó a Sayyed Nasralá de “terrorista que declaró la guerra a su nación”. Cabe recordar que la dictadura absolutista de Bahrein culpa a la República Islámica de Irán y a la organización revolucionaria libanesa Hezbolláh de instigar la insurrección popular en contra de la monarquía.
Hace unos día atrás con respecto a la crisis de Bahrein, el secretario general de Hezbollá dijo que la insistencia del régimen de los Al Jalifa en criminalizar la comunicación entre la población shiíta de Bahrein con su organización era una decisión política incorrecta y errónea, ya que causaría más violencia en la isla.
“No estamos sorprendidos por la postura del gobierno de Bahrein que describe a Hezbollá como terrorista. Nosotros apoyamos la revolución pacífica en el país del Golfo, principalmente, luego que Manamá expulsó a los libaneses que vivían allí”, había señalado Nasralá.
Además, el líder de Hezbolláh había afirmado que la oposición de Bahrein toma sus decisiones de forma independiente e interna y que Irán no interfiere en la situación en ese país, al tiempo, que había convocado a los sabios y estados musulmanes para que reaccionen ante la represión en Bahrein.
El viernes pasado, se volvió a convocar una manifestación multitudinaria opositora en la capital bajo la consigna: “Estoy dispuesto a sacrificarme por mi patria”. De la misma participaron importantes referentes sociales y religiosos del país.
“El movimiento popular va a proseguir con sus símbolos y sus sabios a pesar de las sanciones, la represión y el terror infligidos por el gobierno. La patria se niega a dejarse arrastrar hacia el sectarismo, la violencia y el terrorismo en contra del gobierno o a utilizar los mismos métodos violentos que él utiliza”, dijo Sheij Qassem en su discurso del viernes ante miles de bahreiníes.
Los enfrentamientos callejeros entre la población y las fuerzas monárquicas se intensifican con el correr de los días. La represión y los encarcelamientos de ciudadanos opositores al régimen de Al Jalifa se producen con la impunidad del silencio de los medios de comunicación hegemónicos y de la comunidad internacional.
Desde el inicio de la insurrección a principios de 2011, la monarquía asesinó a más de 100 ciudadanos mediante disparos y lanzamiento de gases lacrimógenos durante las manifestaciones y bajo tortura en las prisiones. Sin olvidar los secuestros arbitrarios sin juicio. El Gobierno de Arabia Saudita no sólo respalda políticamente a la dinastía Al jalifa, sino que también envió tropas de su Ejército para reprimir las manifestaciones antimonárquicas.
