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EE.UU., EE.UU. :: 24/07/2008

Otra avenida cerrada para Mumia Abu Jamal

Amig@s de Mumia
El 22 de julio el Tribunal Federal de Apelaciones del Tercer Circuito rechazó la apelación de Mumia Abu-Jamal para una audiencia en pleno. Si la fiscalía decide pedir la pena de muerte rechazada en el 2001, habrá una audiencia sólo para determinar la sentencia: muerte o cadena perpetua.

Una vez más una corte de Estados Unidos envía un mensaje al mundo: Los derechos constitucionales de Mumia Abu-Jamal no nos importan en lo más mínimo. La única manera de que él salga de nuestras prisiones es por la avenida de la muerte.

El 22 de julio el Tribunal Federal de Apelaciones del Tercer Circuito rechazó la apelación de Mumia Abu-Jamal para una audiencia en banc, un procedimiento en el cual la corte en pleno pudo haber revisado el dictamen emitido por el panel de tres jueces el 27 de marzo. El pleno hubiera sido compuesto de nueve jueces porque tres de los doce ya se habían descalificado.

Ni tuvieron que pensarlo dos veces. ¡No, no, y no! A pesar de que el fallo de marzo violó los propios precedentes establecidos por el Tercer Circuito y de la Suprema Corte de la nación, los jueces ni siquiera aceptaron escuchar la apelación en banc, con sólo el juez Thomas Ambro a favor. Ambro había escrito una opinión discrepante en marzo sobre el tema del racismo en la selección del jurado.

Unos detalles legales reflejan el racismo y la naturaleza política del caso. Bajo el precedente establecido por la Suprema Corte federal de Estados Unidos en el caso Batson vs Kentucky, una persona merece una nueva audiencia si hay “una inferencia” de discriminación racial en la selección del jurado. En esta audiencia el fiscal tiene que dar sus razones por haber eliminado los candidatos africano-americanos del jurado. El acusado sólo tiene que comprobar que una sola persona fue eliminada del jurado debido a la discriminación racial para ganar todo un nuevo juicio.

El panel del Tercer Circuito reconoció el alto índice de eliminación del sub-fiscal Joseph McGill, quien utilizó 66.7% de sus vetos perentorios (10 de 15) para eliminar 71% (10 de 14) de africano-americanos disponibles para servir en el jurado. Sin embargo, en la audiencia del 17 de mayo de 2007, el juez Cowen había planteado la absurda posibilidad de que la mayoría de los candidatos pudiera haber sido negra. Por eso, en un votó de 2 a 1, el Tribunal falló que Mumia Abu-Jamal no tendrá una audiencia tipo Batson porque no presentó evidencia de la composición racial del grupo de candidatos convocados para formar el jurado, la cual, según los jueces Scirica y Cowen, sería necesaria para determinar el índice de exclusión. En su opinión discrepante, el juez Ambro criticó a sus colegas por haber inventado un nuevo estándar en el caso de Mumia Abu-Jamal porque otras personas habían ganado nuevas audiencias sin tener que presentar este tipo de información.

No hay mención alguna en el dictamen del 27 de marzo de la evidencia presentada por la defensa mostrando un sistemático patrón de discriminación empleado por la fiscalía de Filadelfia en general y por Joseph McGill en particular. La defensa había presentado estudios indicando que a principio de los ’80 la fiscalía bajo Ed Rendell eliminó a los negros de los jurados en 58% de los casos capitales comparado con la eliminación de blancos en 22% de los casos. El propio McGill eliminó candidatos negros en 74% de lo casos capitales comparado con 25% para los blancos. La defensa también alegó que el infame video de entrenamiento hecho en 1986, en el cual el sub-fiscal Jack Mc Mahon detalló los mecanismos para eliminar candidatos africano-americanos del jurado, refleja las prácticas comunes de la fiscalía en los años anteriores, incluso durante el juicio de Mumia en 1982.

Además, el tribunal debería haber tomado en cuenta cuestiones relevantes, por ejemplo, las tensiones raciales en el caso debido a que el acusado era africano-americano y la víctima era blanco; también, el hecho de que el acusado había sido Pantera Negra y que era partidario de la organización MOVE mientras la víctima era policía. Aunque la Suprema Corte y el Tercer Circuito han tomada semejantes factores en cuenta en otros casos, en el caso de Mumia no los consideraron.

Está claro que el panel de tres jueces tomó una decisión política en marzo y que el pleno del Tercer Circuito acaba de avalarlo. No toleran que la voz de un luchador del Movimiento de Liberación Negra llegue a los oídos de los jóvenes africano-americanos. No toleran que un preso político siga atacando al estado desde el corredor de la muerte. No toleran sus palabras de aliento a los movimientos sociales en el mundo. No toleran su sonrisa. Siguen en su afán para callarlo para siempre.

A Mumia Abu-Jamal le queda sólo una apelación legal para ganar un nuevo juicio: su petición ante la Suprema Corte de la nación.

Por otro lado, si la fiscalía decide pedir la pena de muerte rechazada en el 2001, habrá una audiencia sólo para determinar la sentencia: muerte o cadena perpetua.

Siguen las acciones para reclamar su libertad.


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