Primero de Mayo del 2015 en Haití
Como siempre, conmemoramos el Primero de Mayo en varias partes del país, enfatizando en las luchas concretas y sensibles de la clase obrera, sin olvidar las alianzas necesarias para la construcción del necesario Campo del Pueblo, entonces bajo la dirección de la clase obrera.
Así, tanto en la ciudad de Cap-Haïtien como en Puerto-Príncipe organizamos la conmemoración no solo a partir de los sindicatos sino también en relación con organizaciones de barrio de diversos trabajadores al igual que con organizaciones más directamente de la pequeña burguesía de las universidades u otras. Cierta estructuración se está dando a luz, primero con la puesta en pie a partir de la unidad puntual a partir de los sindicatos (sobre todo del textil) y, luego, con las organizaciones de barrio o estudiantil.
Como cada año, nuestra intervención denunció el hecho increíble de que en Haití, el primero de mayo es una fiesta ¡enteramente burguesa!!! Este año, además de la cada vez más permanente “feria artesanal” que siempre llevan para alienar al pueblo, se dio “reconocimiento de honor” a varios empresarios, reconociendo su “enorme esfuerzo para el avance del ‘país’ y el ‘progreso’ de la ‘comunidad’ etc, etc...” y ¡un desfile de moda! ¡Un primero de mayo! ¡El Primero de Mayo!!
El hecho es que la manifestación obrera de Puerto-Príncipe, llegó hasta perturbar la estafa gubernamental, logrando forzar las barreras policiacas y llegar al pie de la tarima gubernamental, gritándole al presidente, al primer ministro y al gobierno entero sus infamas verdades. Estos, obviamente molestos, trataron de “abrir un diálogo”, pero los camaradas no les hicieron caso, siguiendo las protestas abiertas a voces entonces redobladas, hasta darles las espaldas e irse a casa.
En Cap-Haïtien, se resaltó el hecho de la presencia con nosotros de los pequeños campesinos de una ciudad cercana, la de Dondon, eslabón clave en la exportación de café. Allí, dado el avance de la penetración imperialista en la agro-industria, la proletarización de los pequeños campesinos se va acelerando día a día. Este proceso, sobre todo por su velocidad, conlleva un desequilibrio de enormes trastornos sociales. Nuestra relación con esos pequeños campesinos abre tanto una alianza fundamental como también la unidad en proyección con la clase obrera potencial: caso importante en su dinamismo mismo, ya que las luchas, a veces desfasadas, precisan de una concentración y de una justeza de decisión siempre muy atenta, cercana y acertada, en las relaciones concretas, en los tipos precisos de organización cada vez necesaria…
La mayor movilización sin embargo fue sin duda la de Ouanaminthe. De hecho, los obreros de Caracol (la última zona franca de los Clinton) se desplazaron y se unieron a los de Codevi (de la zona franca de Ouanaminthe) para ampliamente invadir las calles de esta ciudad fronteriza. Allí, las exacciones del dueño dominicano, el siniestro Capellán, se suman a los del gobierno Martelly para aumentar aún más la explotación sobre los obreros y la dominación global sobre el pueblo en general. Del gobierno, las promesas de electricidad nunca llevadas a cabo, aumentaron la nervosidad de la población entera, la cual se sumó poco a poco a los camaradas obreros para, al fin, completamente invadir la ciudad en unos agrios gritos populares de alta intensidad.
Nuestra intervención para el día (distribuida en todos los espacios de movilización), no solo conectaba todos estos diversos problemas con la política en sí y la mistificadora democracia burguesa, sino también invitaba a un grado superior de consciencia y a un paso igualmente superior de lucha, única solución frente a esta situación tan difícil que sufren los obreros y las masas en general, en Haití como en el mundo entero.
¡LA LUCHA ACABA DE EMPEZAR!