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Mundo, Mundo :: 17/05/2024

Roque Dalton y la poesía necesaria

Cristóbal León Campos
Roque cuestionaba a la poesía, le exigía aquello que la “pureza neutral” del intelectual acomodado no ofrece

La escritura para el salvadoreño Roque Dalton no fue sólo el ejercicio estético que busca el placer relegando la convicción y el compromiso, sino que unió a su ser y su obra la razón de los que luchan por un mundo mejor y la esperanza de la justicia humana como medio de expresión que devora y rehace el canon literario para renacer en las palabras necesarias, aquellas que evoca Gabriel Celaya cuando dice: “Poesía para el pobre, poesía necesaria/ como el pan de cada día,/ como el aire que exigimos trece veces por minuto,/ para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica/[…] No es una poesía gota a gota pensada./ No es un bello producto. No es un fruto perfecto./ Es algo como el aire que todos respiramos/ y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos”.

Dalton vivió en carne propia las palabras que escribió, su obra es reflejo de sus convicciones políticas y humanas. Buscó la construcción del socialismo y murió, el 10 de mayo de 1975, ejecutado por intrigas alimentadas por el imperialismo entre guerrilleros en El Salvador. Su poesía no es ajena al tema de la muerte, el dolor y la traición, y sus ensayos políticos analizaron las formas de opresión imperialista en Centroamérica, sabía Dalton de los riesgos de comprometer las palabras y los actos, pero no dudó en hacer suyo el sufrimiento de los pueblos, de su pueblo al que regresó tras el exilio para entregarse a su liberación.

En el poema “A la poesía”, que forma parte de la compilación “Poemas clandestinos” (1980), escribió: “Agradecido te saludo poesía/ porque hoy al encontrarte (en la vida y en los libros)/ ya no eres sólo para el deslumbramiento, gran aderezo de la melancolía/ Hoy también puedes mejorarme,/ ayudarme a servir, en esta larga y dura lucha del pueblo”.

Roque perteneció a la Generación Comprometida que surgió en El Salvador durante la década de 1950, la cual estimuló un movimiento social y literario que reunió a escritores y escritoras de esa nación y de otras de Nuestra América, cuyas obras revolucionaron el papel de la literatura y del intelectual, vinculándose a las grandes causas de los pueblos oprimidos. Los procesos revolucionarios de mediados del siglo XX contaron con plumas que dieron voz a las injusticias, a los sujetos sociales invisibilizados y a las demandas proletarias y campesinas que al interior de los países clamaban por un mejor porvenir.

Dalton no rehuyó de la polémica y debatió sin temor con otros escritores, por ello, en 1956, escribió “Canto a nuestra posición”, donde se lee: “Ay, poetas,/ ¿cómo pudisteis cantar infamemente/ a las abstractas rosas y a la luna bruñida/ cuando se caminaba paralelamente al litoral del hambre/ y se sentía el alma sepultada/ bajo un volcán de látigos y cárceles,/ de patrones borrachos y gangrenas/ y oscuros desperdicios de vida sin estrellas?”.

La revolución poética y literaria que Dalton genera, otorga a la escritura el compromiso y la tarea de ser testigo de su tiempo, reflejo de sus sociedades, sin renunciar a la libertad en la creación. Roque cuestiona a la poesía, le exige aquello que la “pureza neutral” del intelectual acomodado no ofrece, aunque es consciente de que la belleza es incuestionable en la poesía y que ella es parte esencial del poema. Roque Dalton nos dejó una poesía humanizada y comprometida con las injusticias y urgencias sociales, en sus “Poemas clandestinos” lo expresa con maestría: “Poesía.
Perdóname por haberte ayudado a comprender/ que no estás hecha sólo de palabras”.

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