Tatiana: bumerán Jalife
Tatiana Clouthier ha ejercido un derecho que está vigente en el Código Penal del estado de Nuevo León (difamación, artículo 344: https://goo.su/g0g8mp), pero que ha sido eliminado en la mayoría de las entidades del país y en la jurisdicción federal (en este caso, desde 2007), además de ser abiertamente rechazado por instituciones nacionales e internacionales (la CNDH mexicana y el Comité de DDHH de la ONU, entre otras, por considerar que la penalización implicaría un atentado a las libertades de expresión y de prensa). De manera irreversible se ha decidido encarrilar los litigios de ese tipo hacia el campo del daño moral en el derecho civil, no en el penal, sin encarcelamiento del acusado, pero sí con posibilidades de reparación de ese daño.
La ex secretaria de Economía, y ahora coordinadora de la vocería de la (pre)campaña de Claudia Sheinbaum, inició en diciembre de 2022 un proceso penal contra Alfredo Jalife-Rahme (en Nuevo León, no en la Ciudad de México) por difamación, calumnias y lo que resulte, a partir de señalamientos del escritor y articulista, especializado en temas de geopolítica.
Según explicó en su cuenta de X la propia Clouthier, el motivo de la demanda fue que el señor Jalife mintió asegurando que me robé el litio de México y que le entregué el Estado mexicano a los estadunidenses. El martes recién pasado, agentes de la fiscalía de justicia de la Ciudad de México aprehendieron a Jalife en cumplimiento de la solicitud hecha por la fiscalía de Nuevo León, y en la madrugada del miércoles lo trasladaron a la entidad norteña.
Un comunicado de la instancia a cargo de Ernestina Godoy se deslindó de responsabilidad en el fondo del asunto, pero, al mismo tiempo, dejó constancia de un tema que en cuanto se supo la detención de Jalife brincó en las redes: es absolutamente falso que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México haya solicitado su detención para coartar su libertad de expresión.
Jalife es ave de tempestades que genera reacciones encontradas, lo mismo adhesión clamorosa a sus análisis y señalamientos flamígeros que rechazo apasionado a sus palabras, por el contenido en sí y también, muchas veces de marcada manera, por la forma y el tono que utiliza. En tiempos recientes ha sido duro y rudo crítico de Claudia Sheinbaum y de las distorsiones que en algunos flancos de la llamada 4T cree encontrar, entre ellos los relacionados con temas energéticos (en los que también se ha especializado).
Uno de esos puntos altamente críticos, a juicio de Jalife, es el relacionado con el proceder de Clouthier mientras fue encargada de asuntos de economía. En la opinión (¿susceptible de procesamiento penal?) de este tecleador, Tatiana no tenía las credenciales profesionales ni de experiencia para llegar a tal cargo, pero arribó a él como parte del equipo de un gran depredador del interés nacional y practicante de diversas fórmulas de enriquecimiento a través de los entendimientos políticos, como es Alfonso Romo, quien ocupó la jefatura de la Oficina del presidente López Obrador e impulsó a personajes como Clouthier y, por dar otro ejemplo, al muy nocivo secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Manuel Villalobos Arámbula.
En lo inmediato, Clouthier abre la puerta al lawfare o guerra legal tan usada contra gobiernos progresistas. Aprovechando el antecedente, podrían presentarse en Nuevo León cascadas de denuncias contra quienes a juicio de los demandantes incurran en falsedades, calumnias, injurias y difamaciones. Ella misma y otros voceros de campaña podrían ser denunciados, así como otros personajes políticos de la 4T.
Por lo demás, este episodio llama a ahondar críticamente sobre el tema central del litigio y encarcelamiento: el litio en México, su falsa nacionalización y los negocios que se realizan por parte de nacionales y estadunidenses. Ya veremos si Tatiana Clouthier acabó montando una extraordinaria tribuna a Alfredo Jalife para hablar del tema.
@julioastillero