Un nuevo 8 de marzo en las calles del centro de Santiago

Dentro de todo el bombardeo mediático sobre la figura de la mujer producto de la elección de Bachelet como la primera presidenta del país, la emancipación del género femenino dentro de las relaciones de explotación y opresión a quedado reducido a una especie de "logro" porque una representante de dicho género es parte de la cara del poder. El olvido de la serie de relaciones en la que la mujer se hace parte por el hecho de estar inserta en un cierto momento de la reproducción del capital entonces queda olvidada.

El antagonismo que contiene esta sumisión queda reducida a una serie de reformas dentro de lo establecido, donde la condición de explotad@ no importa tanto como el reconocimiento de "ser mujer con derechos iguales a los hombres" .

Frente a esto es que un grupo de unas 100 personas se reunió en Portugal con Alameda a eso de las 7 de la tarde para marchar -en la llamada "antimarcha feminista libertaria"- por la arteria principal y "funar" el acto oficial del nuevo gobierno "progresista y parital".

Con consignas y gritos se intentó entrar en la lucha por el sentido de esta fecha, recuperar la memoria de las luchadoras feministas, como luchadoras contra un orden determinado, en cuya estructura patriarcal se expresa en contra de la jerarquía que impide una organización libre de todo tipo de opresión.

Intentando avanzar hacia el escenario los encontrones con l@s anestesiador@s y l@s jóvenes que protestaban amenazó con irse a los golpes, aflorando ese UDI que tod@s l@s concertacionistas tienen dentro. Aún así la "funa" se llevo a cabo y en cierta medida también se insertó el debate de que las luchas feministas deben orientarse -al igual que otras luchas muy dispersas- no sólo hacia sus objetivos especificos (equidad de género, liberación de la mujer, etc), sino hacia el fin de la sociedad mercantil y de todo aquello que nos aprisiona y nos convierte en esclav@s del capital.

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