Víctor Toro: un mirista en Nueva York
En el corazón del barrio del Bronx hay un chileno que está realizando una actividad insólita. En un galpón tiene su centro de operaciones Victor Toro. Se llama La Peña del Bronx. Desde ese lugar está tratando de aplicar en EE.UU. la misma ideología que hizo suya hace más de 30 años.
El sur del Bronx es un territorio poblado por medio millón de latinos pobres que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal. En este lugar se registran los índices más altos de violencia, de drogadicción, de SIDA y de asesinatos de toda Nueva York.
En el corazón de este barrio, en un galpón llamado La Peña del Bronx, hay un chileno, Víctor Peña, que está tratando de aplicar en Estados Unidos la misma ideología que hizo suya hace más de 30 años.
Desde Chile hasta Nueva York
Víctor Toro partió a Nueva York hace más de una década, tomándose por la fuerza edificios vacíos y organizando a los grupos latinos para protegerse de criminales y drogadictos que se instalan en las esquinas de este barrio. En este país ha encontrado además, el espacio de libertad para difundir sus ideas.
En el barrio del Bronx se viven agudos conflictos sociales. Se pueden encontrar decenas de jóvenes que se han marginado de la sociedad y se están matando entre ellos.
Víctor Toro fue una de las 13 personas más buscadas en Chile por los militares después del 11 de septiembre de 1973. Era mirista y como dirigente poblacional lideró varias tomas de terreno durante los años anteriores. Desde que se fue expulsado de Chile, hace 24 años, nunca más volvió.
La historia de Víctor comenzó hace 58 años en el norte de Chile. Nació en 1942 cerca de Ovalle y creció en el sector costero de Punta Teatinos, siendo el mayor de 12 hermanos.
Su madre era analfabeta, pero él aprendió a leer con los mineros, porque a los siete años dejó la escuela para irse a trabajar junto al padre en las minas y recorrer el litoral.
A los 14 años se inició en la actividad política en poblaciones y cuando sólo tenía 23 años decidió incorporarse al MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) como muchos otros jóvenes de la época. No dudó en participar en este movimiento que proponía la lucha armada y la violencia para lograr el cambio social.
Victor llevó a la práctica la ideología del MIR encabezando violentas expropiaciones y ocupaciones ilegales de terrenos. En enero de 1969 lideró la apropiación ilegal de un gran predio en la actual comuna de San Ramón, llamado La Bandera. Junto a 600 familias impidió por la fuerza que el predio le fuera restituido a sus dueños.
Aunque el MIR apoyó al Gobierno de Allende, no participó en él, pues se dedicó principalmente a su actividad partidista y revolucionaria en poblaciones.
Al día siguiente del 11 de septiembre de 1973, Toro apareció en la prensa como uno de los 13 hombres más buscados por los militares. Estuvo escondido durante un año y en 1974 fue detenido por las Fuerzas Armadas.
Después de esto, Víctor Toro estuvo en cuatro lugares de detención. Pero uno de los lugares donde permaneció por más tiempo fue en el centro de reclusión de Tres Alamos.
Fue en este lugar donde por primera vez tomó contacto con una mujer que años más tarde jugaría un rol muy importante en su vida.
Cuando las prisioneras del centro de detención de Dos Alamos eran llevadas a Tres Alamos para ser sometidas a exámenes médicos, Toro se fijó en una de ellas: Nieves.
En 1976 Toro fue liberado. Lo subieron a un avión, lo expulsaron de Chile y se radicó en Cuba durante 5 años. Desde que se fue del país, Víctor Toro nunca más dio señales de vida. Ante esto, su familia intentó ubicarlo, pero al no tener resultados solicitó a los tribunales que iniciaran el procedimiento para declararlo legalmente muerto. Su muerte presunta salió publicada en el Diario Oficial en 1984.
Un muerto con vida
Pero Víctor Toro seguía y sigue más activo que nunca. Eligió el Bronx para vivir, porque en la marginalidad de este reducto neoyorquino, con gente en extremo pobre y en riesgo social, encontró un ambiente propicio para su actividad social y de propaganda política.
Él reconoce que a pesar de que ha cambiado el mundo, que cayó el muro de Berlín, que sus ex compañeros evolucionaron ideológicamente, él sigue siendo básicamente el mismo que hace 30 años.
En Nueva York, junto con ser reconocido por su labor social, por años ha sido un gran dolor de cabeza para la policía y las autoridades locales, ya que ha encabezado innumerables tomas de edificios abandonados.
El 4 de diciembre de 1997 la policía de Nueva York se movilizó con una orden judicial para desalojarlo de una de sus tomas. Un grupo de 48 familias llevaba 11 años instalados en una propiedad que no les pertenecía y Víctor Toro los respaldaba.
El desalojo motivó un gran operativo de la policía neoyorquina. A los pocos días Toro, actuando de la misma forma como lo hacía en Chile hace 30 años, se tomó la famosa iglesia de Saint Patrick´s, en pleno Manhattan, en protesta por el desalojo de las 48 familias desde el edificio abandonado.
La Peña del Bronx
Después de 13 años de existencia, La Peña del Bronx, fundada por Víctor Toro, intenta ser un lugar de encuentro para una comunidad cosmopolita y muy diversa, integrada fundamentalmente por inmigrantes latinos de extrema pobreza.
El sábado por la noche Víctor Toro facilita el espacio de su peña a los jóvenes fanáticos de la música. Casi cualquier cosa puede ocurrir, incluso descubrir a este ex mirista disfrutando de un concierto de rock pesado. La mañana del domingo les toca ocupar la peña a un grupo de indígenas hondureños de la tribu Garifona.
Este lugar nació como un local para acoger a los artistas pobres que no tenían más que la calle para bailar y cantar. Además, es un centro para las minorías étnicas que luchan por una causa política. Como Carmen Huallihuaica, de Temuco, y Carlos Edén, que vive en un catre en el galpón, y es la única persona no mestiza de la etnia kawesqar (ver reportaje de Contacto) que hay en el hemisferio norte y uno de las pocas que quedan en el mundo (sólo quedan otros nueve en el sur de Chile).
Víctor Toro no se fue solo a Nueva York. Cuando decidió quedarse en el Bronx mandó a llamar a Nieves, la mujer que conoció en el centro de detención en Chile y con quien se pudo reencontrar durante su paso por Cuba. Actualmente llevan 23 años juntos.
Tienen una hija, Rosa, que ya estudia en la universidad. Por eso su madre trabaja cuidando niños para poder pagar las cuentas, la matrícula y pasar los tiempos de apreturas, ya que lo poco que gana Víctor estampando poleras no alcanza.
Nieves Ayress acaba de ser reconocida por un diario latino como una de las mujeres más destacadas del año, especialmente por su activismo a favor de las mujeres golpeadas.
La labor más conocida de la peña es el trabajo que hace Víctor Toro, con los homeless, como se llama en los Estados Unidos a las personas que viven en la calle. Todos los lunes se reúne en las afueras del galpón una larga hilera de personas sin casa. Ya saben que Víctor, Nives y los demás voluntarios que trabajan en la peña les entregarán a cada uno de ellos unas cajas con comida que Toro consigue de las organizaciones gubernamentales.
La peña ha llegado a repartir un promedio de 5 mil raciones de alimentos al mes. Aunque hace tres meses los programas de Gobierno se están cortando, Víctor está buscando una manera para seguir ayudando.
El gran dolor que tiene hoy Víctor Toro es haber sido expulsado del MIR en 1979, por oponerse al retorno clandestino de miristas a Chile. A pesar de ello, cada cierto tiempo en su peña recuerda a Miguel Enríquez, fundador del movimiento.
Viaje con retorno inseguro
Hace 24 años que Víctor no regresa a Chile. Él dice que nunca se fue. Por Internet escucha la radio y lee 5 diarios chilenos, incluso está enterado de los triunfos deportivos.
Sabe de todo lo que ocurre en el país, pero curiosamente nunca ha llamado a su madre y nunca ha hecho ningún intento de visitarla. Este hijo mayor hace 31 años que no la ve.
El equipo de Contacto le preguntó muchas veces a si regresará a radicarse en Chile y la respuesta nunca fue un sí tajante. Al parecer, junto a Nieves ya encontró en el sur del Bronx su hogar definitivo.